De Meo pide a Pedro Sánchez que reconsidere el veto a los coches de combustión

La patronal automovilística europea (ACEA) sostiene que la normativa Euro 7, tal como está concebida, «no tiene sentido». De Meo le ha dicho a Sánchez que los fabricantes no están en contra de esta norma (que endurece los límites máximos de emisiones contaminantes de los vehículos de gasolina y diésel a partir de 2025, incluyendo las de los frenos y las ruedas), pero que necesitan «plazos que se puedan cumplir», como por otra parte sí está dispuesto a asumir Estados Unidos.

Tanto el presidente de Renault y de la patronal europea, como los representantes de la asociación de fabricantes de España (Anfac) llevan meses advirtiendo de que sin una transición «ordenada, planificada y fiable» hacia la electrificación existe el riesgo cierto de que se cierren fábricas y se pierdan miles de empleos en España. Además, el sector asegura que la mejora de la Euro 7 con respecto a la vigente Euro 6 en cuanto a reducción de emisiones es «residual».

En el encuentro que De Meo ha mantenido con Sánchez por videoconferencia, el primero ha defendido la tesis de que España, por su propio interés, debería alinearse con una postura que contemple y valore los problemas de ejecución, inversión y amortización de una normativa que perjudica más a fabricantes de coches pequeños y de combustión, como son muchos de los radicados en el país.

Sánchez ha asegurado que España está dispuesta a mantener su «liderazgo en la automoción y que nuestro país ofrece condiciones extraordinarias para acoger la cadena de valor del coche eléctrico, entre ellas, el atractivo para el establecimiento de fábricas de microchips para este sector clave», según ha señalado la Moncloa en un comunicado.

En este sentido ha comentado que dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, el plan estratégico de semiconductores va a movilizar más de 12.000 millones de euros y plantea grandes oportunidades para una industria que ha sufrido la escasez de chips tras la pandemia.

Por otro lado, la constitución este lunes de la Alianza del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica del Vehículo Eléctrico y Conectado (PERTE VEC) con el objetivo de «reforzar el marco de colaboración público-privada entre las administraciones y las empresas del sector» redobla la presión sobre el Ministerio de Industria para que incluya los híbridos en el plan de ayudas europeas. Excluidos por las condiciones impuestas por la Comisión, recientes acontecimientos como las pegas de Italia y Alemania al veto de Bruselas a los coches de combustión a partir de 2035 hacen que la puerta de los híbridos, insistentemente reclamada por Renault, no esté cerrada del todo.

La ministra de Industria, Reyes Maroto, ha dado entrada en esta Alianza a las comunidades autónomas, los agentes sociales y las asociaciones del sector para que contribuyan con sus propuestas. Esta configuración de la Alianza del PERTE VEC da oportunidad a la Junta de Castilla y León de plantear sus demandas para que las ayudas se adapten a las necesidades productivas actuales, se abra una negociación con la UE, se reprogramen los objetivos y se flexibilicen las condiciones de acceso a los fondos.

La decisión de Ford, que ya ha anunciado que va a fabricar sus coches eléctricos en Valencia, de no concurrir a la primera convocatoria del PERTE VEC debido a la exigencia de que las inversiones estuviesen culminadas en 2025, ya ha contribuido a que Industria reconsidere los plazos de ejecución en la segunda convocatoria.

Desde UGT-Fica se ha pedido al Gobierno que evalúe las repercusiones en la industria española de la «oposición manifestada» por Alemania e Italia a la prohibición de la venta de coches con motores de combustión en la UE a partir de 2035. Tras participar en la constitución de la Alianza, UGT «ha exigido que se tenga en cuenta la situación industrial de España para no poner en riesgo ni el empleo ni la industria automovilística del país».

Además, el sindicato ha reclamado al Gobierno que en el diseño de las bases de la segunda convocatoria de ayudas públicas del PERTE VEC «unifique propuestas» y evite que se cometan los «mismos errores» que hicieron que en la primera convocatoria de ayudas se quedasen sin repartir 2.200 de los 2.975 millones de euros disponibles.

Renault ha pedido al Ejecutivo en repetidas ocasiones «condiciones menos excluyentes» en el PERTE VEC, la última en una reunión en enero. La marca implantada en Valladolid y Palencia es partidaria de que las ayudas puedan destinarse también a proyectos relacionados con la tecnología híbrida. Ya en octubre, José Vicente de los Mozos advertía de que «la transición no se puede hacer en tres años» y de que es un error no valorar la solución técnica que en este momento y en el futuro inmediato ofrecen los híbridos, con los que el PERTE es demasiado «rígido».

El PERTE VEC, en sus dos convocatorias, dispone de 4.295 millones de euros de fondos públicos de los que por el momento se han sacado convocatorias por cerca del 50% pero solo se ha aprobado la financiación de diez proyectos tractores con unos 800 millones de financiación.

La votación definitiva sobre el veto a la comercialización de motores de combustión en la UE, que debía realizarse este 7 de marzo en un consejo de ministros ordinario en Bruselas, ha sido aplazada sin fecha ya que Berlín pidió que se puedan seguir vendiendo vehículos con combustibles sintéticos ('e-fuels') e Italia plantea reticencias a la prohibición de este tipo de automóviles en 2035.

En este sentido, la asociación de Renault y el grupo chino Geely Automobile para crear la empresa de propulsores de combustión Horse a la que traspasarán la planta de Motores de Valladolid, la de Sevilla y parte de la Ingeniería, acaban de realizar un movimiento cuyos resultados podrían dar un giro a los acontecimientos: la entrada en el proyecto de la petrolera saudí Aramco para desarrollar alternativas de combustibles sintéticos y tecnologías de hidrógeno.

La clave para la entrada de los híbridos en los programas de ayudas estratégicas podría estar en la interpretación de la norma redactada por Bruselas, que impone que los fondos Next Generation EU se destinen a motorizaciones «que no provoquen un daño significativo al medio ambiente» (DNSH, en sus siglas en inglés).

Los motores híbridos que fabrica en Valladolid, como los que monta el Austral, tienen unas emisiones de CO2 de lo más reducido que puede encontrarse en el mercado: a partir de 4,6 litros a los 100 kms y 105 gramos de CO2 por km.

Mientras la postura oficial de Industria es que «es difícil» que se puedan subvencionar proyectos ligados a los vehículos híbridos, desde el Ministerio también se insiste en que «están analizando esta propuesta».