Palencia y Aranda, que pasarían al PSOE, efecto de aplicar la lista más votada que plantea Feijóo

La socialista Míriam Andrés logró en la capital palentina hace cuatro años 16.303 votos y 11 escaños frente a los 14.366 del popular Alfonso Polanco, (entonces alcalde) que se quedó con 9 concejales en un salón de plenos en el que Ciudadanos logró 3, Vox 1 y Gana Palencia 1. Ese duelo electoral entre Andrés y Polanco se reeditará el próximo mes de mayo. Ambos repiten como candidatos del PSOE y de PP.

El Ayuntamiento de Palencia fue una pieza más en el acuerdo que PP y Cs promovieron en Castilla y León, por el que Alfonso Fernández Mañueco pudo relevar a Juan Vicente Herrera como presidente de la Junta. Mañueco habría sido en 2019 un damnificado de la actual propuesta su presidente nacional de que gobierne la lista más votada. Logró hace cuatro años 432.837 votos y 29 procuradores frente a las 478.110 papeletas que obtuvo Luis Tudanca, que se tradujeron en 35 procuradores. Cs inclinó la balanza y salvó a los populares de hacer oposición. El escrutinio de febrero del año pasado, tras la ruptura de la coalición con Cs y el adelanto electoral, devolvió al PP el primer lugar, con 382.157 votos y 31 escaños, y al PSOE, el segundo, con 365.434 papeletas y 28 escaños. La ventaja de Mañueco sobre Tudanca fue de 16.700 votos.

Dejar gobernar a la lista más votada es una propuesta recurrente cada cierto tiempo. Suele partir de quien tiene mejores expectativas de escrutinio a futuro y no entra en cómo sería el día después de la toma de posesión del alcalde o alcaldesa, con un gobierno en minoría sin garantía de acuerdos con otros grupos políticos.

La oferta de Feijóo, rechazada por el PSOE y criticada por dirigentes de formaciones con aspiración a ser bisagra de gobierno (desde Unidas Podemos a Vox), se ciñe exclusivamente a los ayuntamientos. A mayo. El recuento de las urnas de 2019 dejó a los socialistas como lista más votada en seis capitales de Castilla y León. Todas salvo Salamanca, Ávila y Zamora. El consistorio charro es el único de capital de provincia con alcalde del PP, Carlos García Garbayo. Encabezó la lista más votada, pero necesitó de Cs para formar gobierno municipal. En la capital abulense, el candidato de Por Ávila, Jesús Manuel Sánchez Cabrera, le sacó más de 13 puntos de ventaja al PP, su partido hasta meses antes de las elecciones, y en Zamora ganó con mayoría absoluta Francisco Guarido, de IU, con un resultado incontestable, 14 concejales de 25, que supuso un serio correctivo para los contrincantes de PP y PSOE, del que aún se duelen ambas formaciones.

Aplicada esa propuesta de dejar gobernar a la lista más votada un escalón por debajo de las capitales de provincia, en los municipios de más de 20.000 habitantes, el cambio más significativo con los resultados de 2019 se produciría en Aranda de Duero. La localidad burgalesa tiene alcaldesa popular, Raquel González, aunque la lista más votada fue la del PSOE, que logró un concejal más que el PP. Los socialistas sacaron en la localidad ribereña 4.924 votos y los populares, 3.756.

La suma de populares, Ciudadanos y Vox decidió el gobierno arandino, como el de Palencia, y era lo previsible en Burgos capital, pero allí se torció la votación.

El pacto de 2019 entre PP y Cs para hacer presidente a Mañueco conllevaba que los populares cedieran la presidencia de la Diputación de Zamora al único diputado naranja y el bastón de alcalde a los liberales en Palencia y Burgos, con la concurrencia del apoyo de Vox. Mario Simón resultó elegido alcalde de Palencia, por Cs, pero no así su compañero burgalés Vicente Marañón, que culpó al popular Javier Lacalle de haber torpedeado el acuerdo al descarrillar negociación con Vox. El resultado de las urnas otorgó 11 concejales en Burgos al PSOE, 7 al PP, 5 a Cs,2 a Vox y 2 a Podemos. La suma de PP, Cs y Vox nombraba alcalde, pero los dos ediles de la formación de Abascal decidieron no respaldar al candidato naranja. Fue investido alcalde el candidato de la lista más votada, el socialista Daniel de la Rosa, que mediado el mandado llegó a un acuerdo de gobierno con Cs.

Aplicar la regla de dejar gobernar a la lista más votada a los resultados municipales de mayo de 2015 habría cerrado la puerta del despacho de la Alcaldía de Valladolid al socialista Óscar Puente. El PP fue la lista más votada hace ocho años y logró 12 concejales, pero la suma de los 8 del PSOE, los 4 de Valladolid Toma la Palabra (IU, principalmente) y los 3 Si se puede Valladolid (la marca municipal de Podemos), superaban a los 12 del PP en un consistorio en el que el Cs completaba el pleno con dos ediles.