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El continuo incremento de la atención médica fuera del horario habitual y programado llevó ya al viejo Insalud a ampliar las jornadas de los centros de salud y a convertir a algunos de ellos, en lugares estratégicos, en puntos de atención continuada (PAC). La ... mayor oferta en realidad se tradujo en un aumento de la demanda; pero mejoró la calidad asistencial y los tiempos de espera fueron más cortos, fundamentalmente en los PAC nocturnos. Sacyl heredó esta estrategia y la volvió a reestructurar en 2003 para incrementar el tiempo y los puntos de atención de urgencias en el primer nivel asistencial. Luego llegaron los recortes, en 2012, y el anterior equipo de la Consejería de Sanidad volvió a suprimir este amplio horario de centros de salud para concentrar atención en busca de un ahorro. Esta falta de oferta de cercanía empujó a los pacientes a dirigirse directamente al hospital, incluso en momentos en los que su centro de salud está abierto, y pronto desbordó la atención de urgencias hospitalaria, en unos complejos más que en otros, y algunos tuvieron que ampliar plantilla y otros soportar saturación. Todos implantaron la clasificación de pacientes para, al menos, ordenar los tiempos de atención.
Y ahora llega una nueva vuelta que persigue, si las condiciones presupuestarias lo permiten, recuperar la atención urgente en centros de salud estratégicos para liberar de presión asistencial a los servicios hospitalarios. Cuanto más resuelva Atención Primaria, menos llega a los hospitales y además está el concepto de adecuación. Como explica el actual director del Clínico en una entrevista, José Manuel Vicente, «no tiene sentido que un neumólogo atienda un catarro. Hay que adecuar el tratamiento y las técnicas de diagnóstico y el nivel asistencial a cada caso para manejar bien la patología y que el sistema sea eficiente».
Actualmente, casi el 80% de los pacientes atendidos en el hospital ha llegado directamente al mismo bien por sus propios medios o en ambulancia y solo el 21% lo ha hecho derivado de Atención Primaria. Cierto es que en muchos casos, el nivel de emergencia lo justifica; pero en otro buen número es la falta de horario suficiente y accesibilidad al sistema lo que hace a un usuario de Sacyl decidir ir a un complejo asistencial y no a su ambulatorio pese a que sabe que la espera va a ser mucho más larga.
Por hospitales hay unas grandes diferencias del porcentaje de pacientes que llegan derivados desde Primaria a las urgencias de Especializada. Así mientras en Ávila se envía al hospital hasta el 54% de los enfermos y el 42% en Palencia, en el Río Hortega baja al 16%, en el Clínico de Valladolid al 14% y al 10% en Salamanca, según datos del Observatorio de la Consejería de Sanidad. Burgos, donde ya se ha hecho efectiva la reorganización de la atención continuada recibía un 11% desde sus centros de salud;un 8%, el Santos Reyes y el 17%, el Santiago Apóstol, ambos en la provincia burgalesa.
La reforma de 2012 hizo disminuir considerablemente esta oferta ambulatoria en las zonas urbanas al concentrarla en determinados PAC e, incluso, desaparecer rurales asumidas por las ciudades, en particular, las nocturnas; lo que trajo fuertes polémicas y protestas ciudadanas, incluidas las mareas blancas.
La asistencia en Atención Primaria se puede llevar a cabo por medio de consultas, mediante atención domiciliaria o a través de las urgencias. El 88,4% de las asistencias se realizan con una cita con el médico o enfermero, un 9,5% son urgencias y el resto, un 2,1%, se resuelven mediante atención domiciliaria.
Durante el año 2018, se produjeron 28.197.188 visitas en Atención Primaria, un 0,7% más que en el año anterior y el primer semestre de este año ya suma 11,4 millones. En las consultas, el mayor descenso se produce en Enfermería (-1,9%). Por otro lado, en la atención domiciliaria se ha producido un aumento en Pediatría del 62,9%, según los datos del ejercicio cerrado.
Mientras en las urgencias de adultos, la postura mayoritaria de los implicados es la de potenciar la Primaria con atención continuada para frenar las urgencias hospitalarias, en la asistencia infantil el enfoque parece ser diferente. Así lo apuntan las diferentes sociedades científicas de la especialidad.
El uso de los servicios de Urgencia para los más pequeños como alternativa a las consultas en el centro de salud es una práctica cada vez más habitual y frecuente, que genera un coste añadido al sistema sanitario y que obedece más a causas sociales que sanitarias.
La Asociación de Pediatría de Atención Primaria (Apapcyl); la Sociedad de Pediatría y la SEPEAP, que agrupa a la de hospital y la de centro de salud, elaboraron un documento consensuado de análisis y propuestas con medidas a corto y medio plazo que incluyen la concentración. Plantean una remodelación de la Atención Urgente Pediátrica en Castilla y León, homogénea en toda la comunidad, para lo cual la eliminación o traslado de los PAC existentes sería un primer paso en una mejor utilización de los recursos disponibles». Su apuesta y propuesta es la de concentrar.
Por su parte, las urgencias de este primer nivel asistencial han aumentado un 12,2% en un ejercicio.
El número de las visitas en consultas y en atención domiciliaria se distribuye de forma diferente al desagregar por tipo de profesional. Así, el 56,9% de las citas en el centro de salud las atiende el médico de Familia, mientras que el 75,8% de las que se realizan en casa del paciente son atendidas por personal de enfermería. La presión asistencial en Medicina de Familia es de una media de 24,44 pacientes atendidos por día. Valladolid Oeste es el área de salud con mayor presión asistencial, con 28,73, mientras que Segovia y Soria siguen siendo las zonas con menos demanda de Castilla y León, con 20,28 y 20,30 pacientes por médico y día respectivamente.
Más recursos y medios económicos sigue siendo la demanda de estos profesionales para mejorar su nivel de resolución; mejorar el acceso a más pruebas de diagnóstico, al catálogo completo de técnicas complementarias, según indicación razonada y criterios de eficiencia clínica. Así, sería necesario el incremento de la disponibilidad de técnicas como ecografía, radiología, endoscopias y la definición de un catálogo de pruebas complementarias homogéneo en todo el país. Las líneas anunciadas por la nuevo equipo de la Consejería de Sanidad apuntan en este sentido. La situación actual de Castilla y León es, junto a Galicia, Extremadura o Castilla-La Mancha, entre las peores de España.
Pese a todo, la respuesta de los centros de salud de Castilla y León es muy eficaz, al menos según los datos de resolución que maneja la Consejería de Sanidad. Así, en 2018 se realizaron 28,2 millones de consultas en Atención Primaria de diferentes profesionales. La derivación de casos a los especialistas hospitalarios fue del 4,4% del total de consultas realizadas. Por lo tanto, de forma ambulatoria se resuelve el 95,6% de la demanda sin precisar intervención hospitalaria.
El sindicato UGT encuentra que el nuevo Observatorio del Sistema de Salud de Castilla y León de la actividad sanitaria de la Atención Primaria no resulta eficiente ni transparente al tratarse de una exposición meramente numérica de actividad. Señala que supone ponerse «la venda antes que la herida tras un verano en el que desde la Consejería de Sanidad se ha repetido el mantra de la 'abundancia' de médicos en el medio rural, ahora publica unos datos que parecen cubrir sus espaldas». Los datos publicados «se basan en los recogidos por el programa fiasco Medora, que tantos problemas da y del cual todavía seguimos esperando que, en aras de la Transparencia, alguien nos cuente cuánto costó, lo que podría restar bastante fiabilidad a estos datos».
«Los datos fríos –añade–, como avisamos en anteriores ocasiones, son engañosos ya que no se pueden comparar por las distintas características y peculiaridades de la asistencia sanitaria en el mundo rural y en el urbano, en cuanto a dispersión o despoblamiento» y la comparación buscada entre zonas, parece perseguir una criminalización interesada de los profesionales que atienden a los pueblos de nuestra Castilla y León vaciada, tachándoles de 'vagos' por tener menos tarjetas sanitarias a su cargo que los sobrecargados compañeros del medio urbano. Desconocemos si, por ejemplo, los datos recogen los pacientes desplazados al mundo rural en ciertas épocas del año, si los datos del medio urbano contabilizan las acumulaciones debidas a la falta de sustituciones autorizadas desde las diferentes gerencias… lo que pone en solfa los datos publicados».
Las únicas conclusiones «razonables e inapelables que desde el sector de Sanidad de la FeSP de UGT Castilla y León podemos extraer de estos datos son las que ya se sabían: que las plantillas del medio urbano están infradotadas y sobreexplotadas tras años de recortes en recursos humanos y financiación y que la atención sanitaria en el mundo rural de nuestra comunidad, mundo que nos hace únicos en este país, no puede ser evaluada únicamente en base a criterios numéricos que olviden el factor de servicio público».
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