

Secciones
Servicios
Destacamos
El año 2020 comenzó con los agricultores subidos en sus tractores, como siempre, pero en este caso pisando asfalto en las numerosas tractoradas organizadas a lo largo y ancho del país para hacerse oír y contar a la sociedad los problemas por los que atraviesan que suelen estar muy relacionados con los bajos precios que perciben por sus producciones. Según los cálculos de COAG, cerca de 20.000 agricultores con 4.000 tractores desbordaron las calles de todas las capitales de la región.
El confinamiento supuso abandonar esas calles, casi de manera apresurada, pero tal y como destacan las organizaciones profesionales agrarias de manera general, esos agricultores y ganaderos continuaron con sus tareas para que no se produjera un desabastecimiento.
“El año 2020 ha puesto a prueba la resistencia y profesionalidad del sector agrario y ganadero, prueba que ha superado con nota. Comenzamos el año saliendo a la calle, en una protesta que rápidamente se extendió por toda España, y en cuestión de días tuvimos que parar unas justas reivindicaciones para centrarnos en trabajar para garantizar la alimentación de nuestro país”, señala Donaciano Dujo, presidente de Asaja.
Desde la organización liderada por Aurelio Pérez, COAG, insisten en que con la mayoría de la sociedad parada “alguien tenía que alimentarla y una vez más fue el sector agrario quien asumió el cometido. Los agricultores y ganaderos continuaron desarrollando una labor que además se complicó por el cierre de todos los canales comerciales que eran presenciales antes de la pandemia, como el Horeca”.
Aurelio González, secretario general de UPA, añade que “se ha demostrado que la agroalimentación no solo es muy relevante por lo que aporta al PIB de Castilla y León, cerca del 10 %, sino porque se muestra esencial en momentos de crisis como los que llevamos viviendo desde hace nueve meses”.
Desde UCCL, su coordinador, Jesús Manuel González Palacín también reconoce que el año agrícola ha estado determinado por la covid y que influirá, especialmente, en los primeros meses de 2021.
Producciones
Desde el punto de vista productivo, “el año 2020 ha sido favorable climatológicamente hablando, lo que ha permitido el crecimiento de las producciones de cereales y forrajes, lo que, unido al sostenimiento e impulso exportador del sector porcino, ha permitido mantener la renta agraria global, gracias también a una cierta contención en los insumos, salvo el caso de los piensos, que se han encarecido”, destacan desde Asaja. Aunque la pandemia ha causado problemas en todos los sectores, los más perjudicados por la caída de la demanda, principalmente por los cierres y limitaciones en establecimientos de hostelería y restauración han sido dos tan importantes para la región como son el ovino y caprino y el vacuno de carne, aunque también se han visto afectadas las ventas de porcino ibérico, cochinillo, patatas y, por supuesto, el vino. “No solo han sufrido una caída importante de los precios, es que ha habido problemas para comercializar, que se han tratado de paliar, al menos en una pequeña parte, incrementando otros canales, como la venta directa y online, o potenciando la exportación”, indica Donaciano Dujo.
Entre los matices del año, COAG también introduce que “la producción histórica de cereales durante la presente campaña, 8,5 millones de toneladas, un 45% más que la media de los últimos cinco años y la segunda mayor producción en los últimos 35 años, se vio empañada por la caída de precios en cebada (un 10% inferior a la media de los últimos cinco años), en centeno (un 9%) y en trigo (un 1%)”. Además, constatan una pérdida de activos agrarios en el campo de Castilla y León del 14,6% desde 2009. “Cada año 600 explotaciones echan el cierre, casi dos diarias. Ello a pesar de que un millar de jóvenes campesinos se ha incorporado a la agricultura y a la ganadería en la última convocatoria”.
Con respecto a lo que está por venir, el año 2021 “será clave para conocer qué ocurrirá con la Política Agraria Comunitaria (PAC) en los próximos años, puesto que la propia supervivencia del modelo familiar agrario, mayoritario en Castilla y León, está en juego si se reducen los pagos compensatorios. La sociedad debe saber que recortando la PAC no pierden los agricultores y ganaderos, sino que pierde toda la sociedad”, avanzan desde UPA.
En ese capítulo de la PAC, UCCL recuerda que continuará la negociación y defienden la figura del agricultor genuino como el que sus ingresos proceden, al menos en un 20% de la agricultura o la ganadería, cotizan como tales a la Seguridad Social y están al corriente en los pagos de Hacienda.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.