Odile Rodríguez de la Fuente posa para la entrevista ante el río Manzanares, en la capital de España. fotograf VIRGINIA CARRASCO

Odile Rodríguez de la Fuente: «Cuando estás bien, haces mejores a los demás»

Publica 'Félix, un hombre en la tierra' porque «la faceta más humanista y filosófica» de su padre «había quedado en el olvido»

J. I. Foces

Valladolid

Sábado, 13 de noviembre 2021

He aquí una mujer que desde el mismo momento de su nacimiento está comprometida con el futuro del planeta. Odile Rodríguez de la Fuente, hija del burgalés universal que fue Félix. El gran divulgador de la naturaleza y su conservación y el inigualable maestro para ... varias generaciones de españoles, que vieron en él al mejor ejemplo de que es necesario proteger a las especies animales y vegetales, parece que se hubiera reencarnado en Odile. O tal vez sea que el dicho popular siempre tiene razón: 'De tal palo...'. Félix Rodríguez de la Fuente vuelve al primer plano de la actualidad –¡bendito regreso!– con la publicación de 'Félix, un hombre en la tierra' (Ed. geoPlaneta) , que lleva la firma de su hija, quien difunde la esencia de la filosofía de vida de su padre, a la que el paso del tiempo no ha hecho sino dar la razón.

Publicidad

–Esta obra llega cuando en la sociedad existe una creciente preocupación por el futuro del planeta. ¿Coincidencia consciente con la salida de la pandemia?

–No, no, qué va, qué va. GeoPlaneta me propuso escribirla en 2019, cuando nadie sabíamos de la pandemia absolutamente nada, como se puede imaginar. Justo el 14 de marzo, cuando se cumplían 40 años de su fallecimiento, se declaró el estado de alarma. Casualidad es que haya ocurrido lo de la covid, pero lo del medioambiente no porque ya son muchos años. Incluso mi padre ya lo tenía como de suma actualidad.

–Una generación creció y otra maduró con el magisterio de Félix Rodríguez de la Fuente. Por el deterioro del planeta, ¿no aprendieron mucho de él?

–Ha habido enormes cambios desde los años 70 del pasado siglo cuando, por ejemplo, ni había Ministerio de Medio Ambiente. Pocos años antes existía la Junta de Extinción de Animales Dañinos...

–¡Vaya nombrecito!

–Por ella el Estado pagaba por los restos de cualquier depredador que un ciudadano llevase a un ayuntamiento. ¡Fíjese lo que hemos avanzado!

–¿De verdad lo cree?

–Tanto en concienciación como a nivel de lo público. Hay una Administración que incluso ha creado una Vicepresidencia de Transición Ecológica, las empresas hablan de sostenibilidad y de responsabilidad social corporativa... Se ha avanzado mucho, claro, pero no lo suficientemente rápido como, por ejemplo, le hubiese gustado a mi padre, o como él mismo nos urgía a cambiar. Todos los ecólogos de la época sabían y ya se nos advertía del impacto que los seres humanos estamos causando al entorno, y más con el aumento exponencial demográfico y con el crecimiento ilimitado que se propone tener la economía para funcionar.

Publicidad

Odile Rodríguez de la Fuente v. carrasco

–La última frase de su padre que recoge en este libro reza de esta forma: «A veces pienso que mi meta última no es otra que la Filosofía con mayúsculas».

–Creo que es una faceta poco conocida de mi padre y ha sido una de las razones por las que al final decidí sacar este libro porque inicialmente no veía yo qué podía escribir sobre mi padre.

–Ande, que si lo llega a saber, ¡le sale una enciplopedia!

Publicidad

–Es que el libro que he publicado realmente es un libro de mi padre. El 90% de lo que está escrito es suyo, son citas suyas. Un día me di cuenta de que la gente se había quedado con un recuerdo un poco reduccionista cuarenta años después.

–¿Reduccionista?

–Sí, el amigo de los animales, de una persona que tuvo mucho éxito y fue muy popular pero en una época en la que solo había dos canales de televisión; fue la primera persona que nos acercó a la naturaleza, a la que se le identifica con el lobo, con el halcón... Pero la faceta más humanista y filosófica había quedado en el olvido. Era una persona con mucho rigor científico, pero también muy buen conocedor de la historia y muy sensible a las tradiciones, a quiénes somos. No era alguien que llevara al conflicto o a la separación sino que fue una persona que unía a la población de una manera que yo creo muy pocos españoles han sabido hacer. Con un sentido de pertenencia a algo mucho mayor, que es una historia común, un planeta único y el estar vivos y tener conciencia, básicamente.

Publicidad

La autora de 'Félix, un hombre en la tierra'. V. CARRASCO

–Señala en el trabajo que iba a escribir un libro sobre su padre pero que le ha salido «una biblia de reflexiones como guía». ¿A quién quiere guiar? ¿Para qué?

–Es un libro que recomiendo mucho a los jóvenes, la gente que no tuvo la fortuna de vivir el fenómeno Félix.

–Buena definición: el fenómeno Félix. En esencia, fue eso, un fenómeno, tanto él como su obra.

Publicidad

–Mi padre cambió a toda una generación y él arrasaba con los niños y los jóvenes. De hecho, él es la inspiración y el ejemplo para muchísimas personas que hoy se dedican a temas de naturaleza, investigación, docencia y, sobre todo, que tienen una relación con la naturaleza que se estableció ya en su infancia. Eso no les abandonará nunca. En un momento de pérdida en muchos sentidos, precisamente mi padre va a la raíz y a una raíz que el efecto que tiene este libro, al menos el que ha tenido ya en algunas personas que lo han leído, es el de ganar en autoestima, conocerte mejor a tí mismo, quererte más y buscar tu propio criterio ante un momento de tanta avalancha informativa y de tantas ideas conflictivas.

–Miguel Delibes cuenta en este libro que en vida ya vio que sería muy difícil, «por no decir imposible, que Félix Rodríguez de la Fuente fuera sustituido en el quehacer diario». ¿A qué achaca que España no cuente con una figura de referencia de la magnitud de su padre?

Noticia Patrocinada

–Mi padre era un verdadero líder en el sentido de que él sacaba lo mejor de cada uno de nosotros y no buscaba ostentar ese liderazgo como se entiende hoy en día, en el sentido de pastorear a ovejas que ni piensan y que uno puede manipular. El verdadero liderazgo es aquel que te enseña a encontrar tu propia fortaleza, desarrollar tu propio criterio y en se sentido mi padre fue un líder nato, pero de los buenos, de los que desafortunadamente no hay muchos.

Odile Rodríguez de la Fuente. VIRGINIA CARRASCO

–Uno termina de leer este libro y llega a la conclusión de que con más Félix Rodríguez de la Fuente en el mundo otro gallo le habría cantado al planeta.

Publicidad

–¡Totalmente! De hecho, mi padre desarrolló su profesión en apenas 20 años y, sin embargo, causó el enorme impacto que causó. Falleció con 52 años, muy joven; con más de 90 años podría estar aquí con nosotros. Con lo que hubiese hecho realmente en estos cuarenta y picos años, teniendo en cuenta lo que hizo en 20, estoy segura de que no estaríamos como estamos actualmente.

–'El Hombre y la Tierra' es el programa televisivo más exitoso de todos los tiempos: 800 millones de espectadores. ¡Y lo logró sin Internet, sin YouTube, sin Facebook! Tiene mérito.

–Es verdad, es verdad. Fue la única persona en la historia de la Humanidad que consiguió convertir la naturaleza en un fenómeno de masas. Tal cual. Los niños de entonces seguían más a mi padre y a los animales de los que hablaba que a los futbolistas. Cuando se lo cuento a mis hijos les digo que igual que ellos hablan con sus amigos de juegos de la 'play' en aquella época los niños se reunían para ver 'El Hombre y la Tierra' y luego hablaban del trote lobero, de las egagrópilas y de las cosas que hablaba mi padre.

Publicidad

–De haber tenido en aquel tiempo redes sociales, ¡qué no habría alcanzado!

–Para empezar, estoy segura de que hubiese dado el salto internacional y estaría en algún organismo como la ONU, en el sentido ideológico de lo que representa la ONU: es el único organismo que existe que fue creado a partir de la I y II Guerra Mundial precisamente para representar a todos los países del mundo y tratar de evitar conflictos como esos, dar lugar a espacios de acuerdo y de discusión de las diferencias entre países. Y hemos llegado a un punto de inflexión en el que nos estamos enfrentando a un problema global y lo tenemos que afrontar como especie.

–No parece que el ser humano esté muy por la labor...

–No lo podemos afrontar como diferentes culturas, distintas naciones o diferentes políticas. No. Hemos de afrontarlo de manera unida, como especie humana y aprovechando la enorme riqueza en términos de diversidad que tenemos en el planeta porque nos ofrece diferentes puntos de vista. Las herramientas las tenemos, pero hace falta un liderazgo como el que estoy segura que nos habría ofrecido mi padre, que probablemente estaría allí. En la ONU a día de hoy se reúnen los países, pero carece de herramientas para obligarles a que se comprometen a hacer determinadas cosas. Nos hace falta un organismo que verdaderamente pueda asegurarse de que se desarrollan determinadas actividades.

Publicidad

La autora posa con su libro. VIRGINIA CARRASCO

–Estas semanas es imposible no preguntarse qué postura habría tenido Félix Rodríguez de la Fuente ante la Cumbre de Glasgow sobre el Clima.

–Estoy convencida de que habría sido el primer divulgador, absolutamente obsesionado con la transición que tenemos que hacer, porque ya habló de ello en su día. Pero también estoy segura de que lo hubiese hecho de una manera muy diferente y mucho más exitosa: lo habría hecho de una forma muy seductora. Hoy en día o se utiliza el miedo, o la desinformación o se manipula políticamente... Y él tenía el arte de llevarse a personas, y de hecho hoy en día las hay de todos los partidos que se identifican con el mensaje de mi padre. Es fundamental esa visión transversal y unificadora porque ante un reto tan sumamente importante solo podemos estar unidos, no se puede hacer de otra manera. Y en ese sentido, el enfoque ahora mismo me preocupa porque lleva al conflicto y a las diferencias.

Publicidad

–En 1970, Félix Rodríguez de la Fuente logró que se dejara de perseguir al lobo como alimaña. 51 años después, ¿habría aplaudido que haya dejado de ser especie cazable al norte del Duero?

–El hecho de que el lobo esté protegido en toda la península en sí mismo es algo que hubiese celebrado, pero habría sido enormemente crítico con cómo se ha hecho. Mi padre fue una persona muy ecuánime porque era de un pueblo de pastores y entendía el conflicto y la realidad que existía entre el pastor y la necesidad de seguir teniendo una especie como el lobo. Hay que tener en cuenta que en los años 70, cuando mi padre empezó a hablarnos de este carnívoro, el lobo era una alimaña y pasó a ser una especie cinegética en 1973. Pero incluso en ese momento tan complejo, en el que el lobo estaba tocando la extinción ya que había muy pocos ejemplares en la península, nada que ver con lo que hay ahora, él decía que ante un conflicto serio entre una persona y su modo de vida y un lobo debería dársele prioridad a la persona. Mi padre nunca ocupó posiciones radicales: siempre trataba de ponerse en la piel del otro y de entender las razones que subyacían a haber legado a la situación en la que estamos.

Odile Rodríguez de la Fuente fotografiada junto al Manzanares, en la capital de España. VIRGINIA CARRASCO

–¿Cómo crece una cuando su padre tiene una dimensión vital y una proyección profesional tan extraordinarias como el suyo?

–¡Con muchísima admiración! Y con muchísima inspiración, también.

–Usted admite en el libro que el ejemplo de su padre le ha ayudado en la vida a cuestionarse las cosas y a defender su propio criterio. La internetización de la vida parece que es lo que no ayuda a hacer a la juventud de hoy.

–Creo que no podemos hablar en términos generales. Las generaciones, cuando vamos llegando a una edad determinada, siempre hemos sido críticos con la juventud. Esto ha pasado en todas las etapas.

–Síntoma de que la persona se hace mayor.

Publicidad

–¡Exacto! Nos pasa lo mismo. Pero en la juventud hay de todo y hoy, ahora mismo, hay divulgadores científicos en Internet que tienen 21 o 24 años y hablan de unas cosas que mi padre habría dicho 'Ole, ole y ole'. No se puede generalizar sobre la juventud. El momento es complejo,también para los jóvenes y los niños. La juventud es verdad que adolece un poco de desarrollar ese criterio y esa autoestima, pero es muy difícil hacerlo en un momento en el que estás absolutamente expuesto al mundo.

–¿Al mundo?

–Claro. Antes estabas expuesto a tu pueblo, a tu barrio, a tu ciudad, como máximo. Podías cambiar de ciudad. Era diferente. Ahora estás expuesto a todo el mundo: cuelgas una cosa en las redes sociales y las ve el mundo entero. Eso es una presión muy grande, también para la juventud.

Cambio climático

«Hemos llegado a un punto de inflexión en el que nos estamos enfrentando a un problema global. Y lo tenemos que afrontar como especie»

ODILE RODRÍGUEZ DE LA FUENTE

Autora de 'Félix, un hombre en la Tierra'

–¿Qué espera del libro?

–Que abra conciencias y corazones y que inspire y dé fuerza a las personas que no han seguido vocaciones, por las razones que fuere, y que encuentren fuerzas para hacerlo porque la vida es única y lo más importante es tratar de vivirla de forma plena y feliz. Y en ese empeño propio, tratar de hacer felices a los demás porque cuando uno está bien y desarrolla su vocación, fluye con lo que le rodea y hace mejores a los demás también.

–¿Alguna vez ha imaginado cómo habría sido su vida con él y la vida con él de no haber fallecido hace 40 años?

–Sobre todo muchas veces me pregunto a título personal cómo habría sido mi vida si mi padre hubiera seguido aquí. Y a veces pienso que bueno, que a lo mejor yo no hubiese tenido esta vocación porque cuando tienes a alguien tan cerca, tu quieres ser diferente. No lo sé. Pero lo que sí echo de menos muchísimas veces, muchísimas, es haber tenido conversaciones con él. Como me estimula y amo lo mismo que él amaba y lo mismo por lo que sentía una enorme pasión y curiosidad, con las cosas que sabemos hoy, con lo que va avanzando la ciencia, me habría encantado haber tenido largos diálogos con él.

Publicidad

–¿Se ha parado usted ya a pensar qué quiere ser de mayor?

–Quiero seguir como ahora, sintiéndome libre, por eso soy autónoma; tener la libertad de poder seguir decidiendo cuándo trabajo, en qué proyectos y dedicarme a lo que me apasiona.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

0,99€ primer mes

Publicidad