Castilla y León registra la tasa de natalidad más baja desde que hay registros

La tasa de natalidad de Castilla y León se ha desplomado en las últimas décadas, hasta el punto de quedar reducida a la mitad en 2018 respecto a la existente cuarenta años antes, cuando el Instituto Nacional de Estadística comenzó a medir esta variable demográfica, que ahora detalla que nunca nacieron tan pocos bebés.

Según los datos aportados este miércoles por el INE en su estadística sobre el Movimiento Natural de la Población, la tasa de natalidad en esta comunidad está actualmente en los 6,24 nacimientos por cada mil habitantes, con datos definitivos de 2018, mientras que cuarenta años antes (1978) este registro era de 13,81 y de 13,91 cuando comenzó a medirse en 1975.

La evolución de la natalidad en Castilla y León ha disminuido algo más de dos puntos en la última década, ya que en 2008 se registró un repunte de los nacimientos que elevó esta tasa hasta los 8,37 alumbramientos, un registro que no tenía lugar en la comunidad desde casi veinte años atrás, en 1990, cuando se alcanzó la tasa de 8,35.

La estadística también indica la evolución de la fecundidad en la comunidad, con una media de 1,15 hijos por mujer en edad fértil en 2018, alejada de los 2,19 de cuarenta años atrás, aunque en este caso el último año analizado refleja un ligero repunte respecto a 2017, cuando la tasa era de 1,14 hijos.

El INE también refleja los casos de mujeres que deciden ser madres sin estar casadas, hasta alcanzar en 2018 una cuota del 46,84%, frente al 31,23% de hace 10 años, informa Efe

Castilla y León perdió la referencia de «la parejita» de hijos en 1980, ya que fue el último año en que las mujeres superaban los dos descendientes, 2,03 en concreto.

La evolución de la esperanza de vida en esta Comunidad se encuentra actualmente en su punto más alto, tras alcanzar en 2018 los 83,92 años, casi 4 años más que hace diez años, 6 años más que en 1988, casi 9 años más en 1978 y casi 10 años respecto a 1975, cuando arranca la estadística del INE a nivel autonómico.

Por último, la evolución de la denominada tasa bruta de mortalidad en Castilla y León presenta en 2018 su máximo histórico con un registro de 12,15 defunciones por cada mil habitantes, casi 1,4 puntos más que hace 10 años y 3,4 puntos más que en 1975.