Dedicar parte del tiempo y aportar conocimientos a las Fuerzas Armadas en España es posible gracias al perfil de reservista voluntario. Cualquier ciudadano español puede formar parte, aunque hay algunos requisitos, y los propios militares aseguran que se trata de una figura necesaria y mayormente ... desconocida por la población. Pero en la última década el número de efectivos a nivel nacional ha descendido un 56,7 por ciento, ya que en 2010 había 5.491 y en 2020, 3.112, según datos del Anuario Estadístico Militar. Entre las causas de esta caída, que se acentúa año tras año desde 2011, está la crisis económica y la baja dotación presupuestaria destinada a la reserva voluntaria, que ha sufrido altibajos desde su creación.
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La existencia de este perfil profesional y militar se remonta a la segunda mitad del siglo XIX, cuando la reserva del Ejército estaba integrada por componentes del Servicio Militar Obligatorio. Años más tarde, ya suprimido este servicio y con España dentro de la OTAN, se crea en 2004 la figura del reservista voluntario para cubrir las necesidades de un ejército mermado en personal y presupuesto. En sus inicios contó con 340 ciudadanos y alcanzó el máximo histórico en el año 2011, con 5.493 efectivos, lo que suponía el 4,3 por ciento de los militares en activo.
Su creación se realiza como una necesidad de la Defensa del país y los reservistas aportan sus conocimientos y tiempo al Ejército. El Ministerio de Defensa afirma que España cuenta con reservistas voluntarios para «reforzar las capacidades de las Fuerzas Armadas, para satisfacer las exigencias de la defensa nacional y hacer frente a los compromisos adquiridos por España». La realidad militar pasa por la existencia de un ejército profesional y efectivo, capaz de hacer frente a las situaciones más complejas, pero hay que contar con una reserva importante en caso de combate. Por eso, Daniel Muñoz Doyague, presidente de la Asociación de Reservistas Voluntarios de Castilla y León, explica la necesidad de que la población conozca la oportunidad de unirse al Ejército de esta manera. «Es una opción diferente para formar parte de las Fuerzas Armadas. Basta con desear aportar algo y pensar cuál es el punto fuerte de cada uno. Además, en el Ejército se ven las capacidades de cada persona y se descubren algunas nuevas que pueden servir para ayudar y mejorar», asegura.
En nuestro país, los reservistas son «ciudadanos que firman un compromiso con las Fuerzas Armadas y que permanecen en situación de disponibilidad para integrarse, si fuera necesario, en las unidades existentes», según el artículo 'Implantación fallida de los reservistas voluntarios en España. Una visión presupuestaria (2004-2021)', de José Miguel Quesada González.
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Pero el motivo principal de la merma en el número de reservistas voluntarios es la falta de presupuesto. Así, en el año 2005 se destinaron poco más de cinco millones de euros; el año 2006 se duplicó la cantidad y se alcanzó el máximo histórico. Los siguientes tres años, hasta 2009, subió tras una pequeña caída y volvió a descender desde los casi diez millones de euros en ese año hasta el millón en 2015. Desde entonces, la evolución anual del presupuesto destinado a las activaciones de los reservistas voluntarios de los dos Ejércitos, la Armada y los Cuerpos Comunes ha ido en aumento, año tras año, hasta alcanzar los siete millones en 2021.
El perfil actual del reservista voluntario es de un ciudadano con experiencia profesional que tenga la voluntad de aportar sus conocimientos al ejército. «Cualquier persona es válida para formar parte de la reserva y es necesario contar con ciudadanos dispuestos a ofrecer sus conocimientos al país», explica Doyague. Pero hay una serie de requisitos que se han de cumplir para poder formar parte de la reserva, como carecer de antecedentes penales o no llevar tatuajes que puedan ser contrarios a los valores constitucionales o atentar contra la imagen de las Fuerzas Armadas. Además, se deberá acreditar una buena conducta ciudadana y no haber sido separado mediante expediente disciplinario del servicio de las administraciones públicas, así como no hallarse inhabilitado con carácter firme del ejercicio de la función pública.
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En lo referente a la edad también hay limitaciones, pues solo podrán acceder a los puestos de Oficial y Suboficial los menores de 57 años y a Tropa y Marinería los ciudadanos de hasta 54. Una vez se accede al servicio, el reservista deberá asistir a un periodo de familiarización con la vida militar, que consta de una formación básica y según sea el caso, otra específica. Ambas tienen como finalidad capacitar a los reservistas voluntarios para el desempeño de los cometidos propios del puesto o destino asignado, en función del empleo y especialización. En cuanto a la incorporación, se firma un compromiso inicial de tres años, en el que se expresa cuánto tiempo al año puede estar activado y su predisposición para realizar misiones en el extranjero o participar en misiones de mantenimiento de la paz y la seguridad.
En la proyección de futuro, Doyague confía en el incremento de los reservistas. «Estoy esperanzado porque cada vez necesitamos un mayor número de voluntarios y es cierto que gran parte de la población desconoce la existencia de esta figura dentro del ejército español. Lo que hacemos es ejercer el derecho constitucional de defender a España y vincularnos de forma temporal y voluntaria con las Fuerzas Armadas a través de un compromiso de disponibilidad», concluye Doyague.
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Concepción Salgado, Sargento 1º Reservista
Su unidad de activación es la subdelegación de defensa de Valladolid y pertenece a la comandancia de obras. Concepción lleva todo tipo de gestiones administrativas, siempre donde más útil puede ser. «Mi vida civil se aplica a la vida militar y es una gran satisfacción saber que sirvo para ayudar».Lleva desde 2007 y decidió unirse a los reservistas porque consideraba que tenía «una espinita clavada» desde hace tiempo y no apenas tuvo dudas. «Cuando tuve que decidir qué quería hacer con mi trayectoria profesional España estaba en un momento en el que las mujeres no podían pertenecer al Ejército. La gente y mi familia me decía que estaba loca por querer ser militar y al nacer la figura del reservista me lancé a ello. Me llevé incluso a mi hija a la formación militar a Cádiz, que por entonces tenía un año y medio, porque para mí era una manera de hacer algo que siempre había querido».
Daniel Muñoz Doyague, Presidente As. Reservistas CyL
Pertenece a la tercera promoción de 2004 y está entre los primeros reservistas de Valladolid, pero antes de formar parte de este servicio estudió la carrera de Derecho y la de Políticas y Sociología. Lo suyo fue una vocación tardía cuando realizó la mili, ya de los últimos y de soldado, y pertenece a una generación que miraba a la transición. « Los ejércitos no deberían existir en un mundo idílico, igual que los abogados o los médicos, pero la realidad es que son necesarios. Consideraba un deber cívico formar parte de la defensa de mi país y por eso fui a la mili», precisa. Destaca la cuestión vocacional de los militares y cuando surgió la posibilidad de ser reservista no lo dudó. Su carrera militar ha sido un «privilegio y un honor». Cuando está activado sus cometidos son los propios de un oficial reservista, es decir, aplicar sus conocimientos profesionales y académicos a la defensa del país. También se ha dedicado a promover y participar en actividades de formación militar para reservistas.
José Luis Herrero Escribano, Capitán Veterinario Reservista
Especializado en reproducción equina, Herrero es veterinario y ha decidido prestar sus servicios al Ejército para dar lo mejor de sí.«Es una forma de poder aportar lo que hago a nivel profesional para la defensa del país», explica. Su última activación fue en la operación Balmis, que sacó a los militares de toda España a las calles para luchar contra la propagación del coronavirus. Allí, en el batallón número 5 en el Ferral del Bernesga, León, preparaba desinfectantes.Herrero es funcionario de la Junta, más concretamente Inspector Veterinario en el Servicio Territorial de Sanidad. Para él, compaginarlo es fácil porque su mujer también es reservista y comparten valores e inquietudes. Se hace con mucha ilusión pero al principio de mi activación usaba periodos vacacionales. En vez de irme de vacaciones a la playa me iba a prestar servicio a mis conciudadanos.
Mercedes Pordomingo, Teniente Reservista
Entró de reservista como licenciada en ciencias económicas y empresariales y desempeña temas relacionados con economía, pero no siempre. El año pasado llevó tema de créditos y otras veces han sido temas del tema de personal o administrativos. Desde 2007 es reservista voluntario, cuenta que siempre había querido ser militar.«Por razones personales no lo hice y cuando surgió esta oportunidad no dudé. Es algo muy bonito porque formas parte de la defensa de tu país pero desde tus propias capacidades profesionales», explica.Anima a los ciudadanos a que se interesen, pero destaca que lo más importante es la vocación. «A una persona joven que lo vea como un puesto de trabajo no se lo recomiendo, tienes que tener vocación de servicio y unos valores muy arraigados, como el sacrificio o la obediencia». Eso sí, «si le gusta que se meta, que es una muy buena opción para servir al país».
Francisco Gutiérrez, Teniente Reservista
Su inclinación hacia la historia militar y el conocimiento de los vehículos blindados le llevó a unirse al cuerpo de reservistas en 2007. Recuerda que cuando empezó las condiciones eran «muy buenas» por la gran cantidad de recursos que se destinaba a esta sección. Tras su primera activación pasó bastantes años sin ser demandado, pero en 2019 volvió a ponerse el traje militar. «He podido estar activo todo el tiempo que he querido y es un orgullo saber que estoy ayudando a mi país de la forma en la que puedo, aportando mis conocimientos y mi tiempo», expresa.Entre las funciones que desempeña está la administración, pero ahora su destino es la biblioteca del Museo de la Academia de Caballería, en Valladolid. «Estamos recopilando los volúmenes y ver si hay alguno repetido. Los clasificamos por materias para que el archivo sea más accesible al público general».
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