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De golpe y porrazo, más de mil positivos. 1.020. A los que se sumaron otros 113 que se contabilizaron en días anteriores. Ese fue ... el dato, el bofetón de realidad pandémica, que se llevó ayer Castilla y León. La última vez que se pasó del millar fue... el 6 de enero. Y no pasaba algo similar desde la bajada de la segunda ola, cuando se registraron 1.112 el 21 de noviembre.
La tabla en la que se visualiza el semáforo de riesgo en cada categoría, en el portal de la Junta, empieza a abandonar los tonos naranjas -incluso algún amarillo esperanzador- para retornar al rojo. Hay seis indicadores relativos a la propagación de la enfermedad y dos que marcan el nivel de ocupación hospitalaria. En los que reflejan los contagios, la incidencia acumulada a 7 días ya se ha teñido de color 'rojo riesgo máximo' en Ávila, Palencia y Segovia. Valladolid y Soria están a punto.
En el otro lado, el de la hospitalización, se estima que el riesgo es muy alto cuando se está por encima del 25% de ocupación de camas de UCI por casos de covid-19. Y ya hay seis provincias en esos porcentajes: León, Palencia, Segovia, Soria, Valladolid y Zamora.
¿Puede haber otro dato peor? Pues sí. Uno que habitualmente permanece más escondido, la incidencia a 7 días de la enfermedad en mayores de 65 años. O lo que es lo mismo, en el tramo de edad en el que se sufren más complicaciones graves -aunque nadie esté exento de padecerlas- cuando el Sars-Cov-2 hace presa. Y ahí, en esa fila, solo Salamanca, que está en 62 cuando el límite del riesgo máximo es 75, y Zamora (45) se libran del rojo dramático.
El médico internista salmantino Miguel Marcos lo describía así: «Pensaba que la tercera ola sería más pequeña y con un pico menor que la segunda. Es lo que tocaría al tener mejores herramientas diagnósticas y llevar un cierto porcentaje de inmunidad natural. Pero mucha gente vulnerable se ha expuesto y ha habido mucha movilidad... el desastre», señalaba de modo elocuente.
«Veinte pruebas en mi centro y 18 positivos y no son ni las 11 de la mañana», escribía en Twitter una enfermera madrileña. Y aunque pueda ser una estadística con cierto sesgo, la verdad es que en Castilla y León hay otro indicador que apoya el pavor a la tercera ola que ya está aquí. La positividad de las pruebas diagnósticas está ya en el 11,25% de media. el riesgo máximo se sitúa por encima del 15% y seis provincias están por encima del 10% y subiendo.
En este mundo pandémico lleno de conceptos que hace un año eran cosa de epidemiólogos estudiosos a veces hay que recordar qué significan los números. El Instituto de Salud Carlos III define la incidencia acumulada como «la proporción de personas que enferman en un periodo de tiempo concreto». Y añade que «se calcula dividiendo el número de casos aparecidos en un período, entre el número de individuos libres de la enfermedad al inicio de ese período». En este caso se mide a 7 y a 14 días. Lo de los 14 días, además, se ajustó hace ya algunos meses en el Consejo Interterritorial de Salud al aprobar que se tomara el dato consolidado cinco días antes.
Esa línea cambió desde el jueves, cuando el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, anunció una modificación relevante. «Siguiendo la recomendación unánime del comité de expertos, el criterio para aplicar las medidas del semáforo y adicionales será la incidencia acumulada a 7 días y no a 14, y el dato del día anterior».
La influencia de esta decisión es clara. Se trata de anticipar la toma de decisiones para tratar de mitigar cuanto antes la propagación del virus, que una vez que coge velocidad adquiere una inercia muy difícil de frenar incluso con restricciones severas.
Panorama de la covid en gráficos
Cuando la incidencia acumulada a 14 días presenta un nivel máximo de riesgo, ya hace una semana que el otro indicador pasó por lo mismo. El ejemplo se vio este jueves. Ávila, Palencia y Segovia recibieron el mazazo de tener que volver a cerrar la hostelería y centros comerciales y deportivos. La incidencia a dos semanas en Ávila, sin embargo, es de 229 casos por cien mil, no alcanza los 250 que fijan la frontera al nivel máximo. Pero la incidencia a 7 días, sin embargo, está en 187 (sobre 125), por lo que solo es cuestión de días que la rebase en el indicador a dos semanas.
Quince fallecidos en los hospitales y dos más en las residencias dejó ayer el coronavirus en Castilla y León. Ya son 82 en lo que va de 2021. Y la tendencia es, de nuevo, al alza. Son matemáticas simples. Crecen los contagios y al poco tiempo empiezan a subir las hospitalizaciones, los ingresos en UCI y los fallecidos. Desde el 1 de enero, hay 120 personas más ingresadas en hospitales. Y las líneas de la incidencia a siete días marcan la evidencia. Ávila, Segovia y Palencia se han desbocado, pero Valladolid y Salamanca también han repuntado.
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