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Cuando Isabel Blanco, zamorana, llegó a la política, enrolada en las filas del PP provincial, Zamora tenía 196.175 habitantes. Hoy, trece años después, es consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades y una de las responsables de la campaña electoral de Alfonso ... Fernández Mañueco y Zamora tiene 172.539 habitantes.
Cuando Ana Sánchez, zamorana, llegó a la política en 1999 como concejal del PSOE, Zamora capital tenía 64.906 habitantes. Hoy es secretaria de Organización del PSOE, responsable de la campaña de Luis Tudanca, que prepara desde hace muchas semanas, y Zamora tiene 60.988 habitantes.
Allí, en Zamora, dijo Isabel Blanco que «la despoblación es uno de los objetivos» sobre los que su partido «lleva trabajando muchísimo tiempo». Y su compatriota de terruño y oponente saltó en Twitter como un resorte: «¡Según las previsiones del INE la provincia de Zamora, de seguir con sus políticas, desaparecería en 76 años, señora! Ustedes y su régimen han creado la España Vaciada». Y escrito así, con mayúsculas, cabe la duda de si se refería al fenómeno despoblador o a las siglas de un recién llegado rival político.
España Vaciada, con las siglas y plataformas que compongan las candidaturas, es otro de esos actores incómodos para los estrategas electorales y la demoscopia. ¿A quién le arrebata votos, al PSOE o al PP? Porque no, desde luego, a los urbanitas y alicaídos Podemos y Ciudadanos. Los dos grandes partidos, los de más implantación en el medio rural, son los que más tienen que perder. Y Vox, que aspiraba a capitalizar ese voto rural descontento. Para averiguar quién teme perder más hay que acudir a sus reacciones.
Vox ya tenía clara en noviembre su opinión sobre un fenómeno que apenas amagaba: «España Vaciada es una marca blanca de la izquierda», dijo Iván Espinosa de los Monteros en una rueda de prensa. Frase calcada por Milagros Marcos (PP) esta semana en 'El Periódico', pero con un matiz: «Es la marca blanca del PSOE».
Un PSOE que ha optado por la prudencia respetuosa. Luis Tudanca casi habla ya en clave postelectoral. Lo hizo en Barrio de Muñó (32 habitantes, Burgos): «Que la gente quiera participar más en democracia nunca me va a parecer una mala noticia. Necesitamos todas las manos posibles para cambiar las cosas», aplacó.
En el PP, el partido que más candidaturas presenta en la comunidad autónoma en unas elecciones municipales, el mensaje continúa la senda iniciada cuando decidieron quebrar la reforma sanitaria impulsada por sus socios con su beneplácito: «Somos el partido que mejor representa a las personas que viven en el medio rural», presumió Mañueco en la Ejecutiva autonómica del lunes. Y empezó la campaña: «Impulsaremos una Ley de Desarrollo y Competitividad Rural con nuevas ventajas fiscales, medidas de apoyo a la actividad económica y consolidación de los servicios públicos de calidad».
Y a ese órdago replicó Tudanca con otro. «Este Gobierno [de Pedro Sánchez] ha hecho más por el reto demográfico que todos los del PP de aquí y nacionales ¡juntos!».
Mientras crecen las promesas, llega al correo electrónico un mensaje sobre la Franja Céltica. Porque la despoblación no se queda en los límites de una circunscripción electoral. Esta denominación aglutina a los pueblos situados en La Raya. 517 municipios entre Ourense, León, Zamora, Salamanca, Cáceres y Badajoz que suman 241.324 habitantes en un territorio extensísimo. Tanto, que tocan a 7,90 habitantes por kilómetro cuadrado. Eso, recuerdan las asociaciones de los dos lados de la frontera, Viriato y A Raia, se denomina científicamente «desierto demográfico».
El anticipo electoral no cogía desprevenido al PSOE, aunque creían que se votaría en marzo, ni a Vox, que lleva desde octubre en modo precampaña y solo espera el momento de anunciar las listas, en las que quieren incluir algún golpe de efecto. Sí ha pillado a trasmano a IU y Podemos, a medio coaligar; a su ex socio naranja, que ha reaccionado rápido con la proclamación sin primarias de Francisco Igea; y ha querido zafarse así de esa amalgama de plataformas bajo las siglas España Vaciada. Le ha salido a medias. Soria Ya se presentará, y su ejemplo ha animado a otras a anunciar que harán lo mismo. Palencia Meseta Limpia y Burgos Enraíza se lo piensan. León Ruge decidió apartarse. Y si finalmente llegan a tiempo de presentar listas, tendrán que ahondar en la pedagogía de las siglas. Y es que al calor del movimiento han surgido quienes pretenden hacerse un hueco con nombres que guardan claras referencias a formaciones que han tenido exito: Ahora Decide en Zamora, (Zamora), Palencia Existe o Segovia Existe (restos de una formación política que ya se presentó en su día).
El PP tiene, incluso, una amenaza más. Por Ávila. Formación surgida de una escisión popular, cuenta con Jesús Sánchez Cabrera en la Alcaldía de la capital. Desde allí hace campaña activa contra los que fueron sus compañeros y tira de hemeroteca para recordar los proyectos fallidos y cotejarlos con esas enmiendas no aprobadas que han servido como detonante electoral.
El hartazgo de los despoblados complica el escenario electoral en unas autonómicas sin acompañamiento de urnas municipales. Con PP, PSOE y Vox lanzados a por esos 568.000 votos en liza en municipios de menos de dos mil electores, lejos de las urbes y sus alfoces, las formaciones territoriales pueden complicar la adjudicación de escaños o, quién sabe, quizá ser la nueva llave de la gobernabilidad en Castilla y León.
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