Cantro de salud Campo Grande de Valladolid. Carlos Espeso
Castilla y León

Los médicos de familia urbanos atienden diez pacientes más cada día que antes de la covid

Los facultativos de Valladolid y Palencia sufren la mayor presión asistencial con 40 y 45 usuarios diarios pese a que baja la frecuentación

Ana Santiago

Valladolid

Martes, 1 de noviembre 2022, 00:05

Nada que ver la Atención Primaria actual con la de hace un decenio cuando la cita con el médico era prácticamente de un día para otro. Vuelve la vieja reivindicación de los 10 minutos (15 sería lo ideal) por paciente y la de atender un ... máximo de entre 27 y 30 pacientes al día. Así lo recogen las distintas sociedades científicas de la especialidad. Ahora hay menos tarjetas sanitarias, en las zonas urbanas acuden menos veces a consulta y, aún así, la presión asistencial se ha disparado en una comparativa con 2019, año prepandémico. La causa, la de siempre, no hay médicos suficientes ni los cupos están bien repartidos. La organización de la Atención Primaria apenas ha sido tocada en más de veinte años.

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Cada especialista en Familia ve cada día una media de diez enfermos más en las zonas urbanas de Castilla y León y seis más de media en las rurales que antes de la pandemia. Algunos profesionales tienen una demanda asistencial de hasta 50 y 60 usuarios cada jornada.

Los datos de la propia Consejería de Sanidad revelan que, en 2021, el número total de pacientes atendidos en una consulta cada día es de 39,78 mientras que en 2019 eran de 29,51. Y son los entornos urbanos y semiurbanos de Palencia, con 45 y Valladolid, con 40,40, las zonas que más presión asistencial sufren, en esta última particular en la zona Oeste donde alcanza los 41,40 usuarios de Sacyl por jornada.

Aunque más contenida, la Medicina de Familia también tiene una alta demanda en los municipios rurales, en este caso ha aumentado en seis pacientes más cada día comparado con la época precovid hasta los 26,37 de media. El Bierzo y otra vez el área Oeste vallisoletana empeoran esos números con 33,82 y 32,41 enfermos cada día. Zamora es la provincia que, en ambos ámbitos, disfruta de los mejores datos. Y todo ello pese a que la frecuentación se ha atenuado. Cada castellano y leonés acude a su centro de salud 6,49 veces al año, una vez más que en 2019 en las ciudades y similares entornos. En los municipios rurales, el incremento apenas es de una visita más diaria y alcanza ahora las 8,45 veces. En Pediatría, hay menos diferencias entre pueblos y ciudades; pero el incremento de pequeños que tienen que atender es también importante, de casi nueve más cada día. Las consultas infantiles siempre suponen más tiempo dada la necesidad de revisión completa en casi cada cita y el tiempo que lleva preparar al niño para ello. En este caso, en las áreas urbanas además ha crecido la frecuentación con una cita más al año hasta las 6,53. En enfermería, el aumento de la demanda es más leve, de unos cuatro pacientes al día pero también importante y repiten Palencia y Valladolid, sobre todo el Oeste, con los datos de mayor saturación.

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Suponen estos registros medios una altísima presión asistencial. Cuarenta pacientes en una sola jornada y así cada una de ellas e, incluso, de los 32 de media total de todas las áreas sean ciudad o campo es una barbaridad muy alejada de los estandares deseables. Además es una media para cada día pero anual; lo que conlleva a mayores concentraciones en la época invernal. Y ello pese a que Castilla y León ha perdido 12.199 tarjetas sanitarias entre 2019 y 2021.

La asistencia de la Atención Pimaria se desarrolla en 247 centros de salud, 3.648 consultorios locales –21 menos que en 2019, 196 puntos de atención continuada (PAC) –18 más que antes del covid– repartidos en 249 zonas básicas de salud. El 91% de su actividad son consultas; el 7%, urgencias y el 2%, atención a domicilio. La demanda en horario continuado ha descendido y, a cambio, han aumentado las citas en consulta ordinaria. Durante el año 2021 se produjeron más de 27,6 millones de visitas a los centros de salud. supone un incremento con respecto al año más duro de la pandemia, el de 2020, del 7,4%, año en el que la actividad, dada la pandemia, había caído un 10% en este primer nivel asistencial que en 2019 sumó 28.531.312 citas en Primaria de todo tipo, incluidas las urgencias. Todavía no se ha recuperado el número habitual de consultas previas al covid y aún así la dotación profesional es insuficiente para responder a la demanda.

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El mayor incremento del año pasado con respecto a 2020 fue el de las matronas y los trabajadores sociales con un 34% de aumento. En atención domiciliaria disminuyeron las consultas del médico de Familia, Enfermería y Pediatría, la de los especialistas infantiles la que más, casi un 38%. Las Urgencias bajaron un 30,29% en el último año.

La Medicina de Familia y Comunitaria, que es la más numerosa con el 27% de los facultativos totales de Sacyl, es donde más deficiencias de profesionales se registran dado que ha sufrido una pérdida de diez efectivos por 100.000 habitantes en tres años, pasando de los 129 a los 119. Esto hace que se anuncien seis u ocho años en los que será «muy difícil» compensar la salida de profesionales, hasta que las medidas adoptadas u otras surtan efecto.

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Los médicos de Familia desde las sociedades científicas, la organización colegial e, incluso, los sindicatos hace años quealertan no solo de la escasez de recursos sino del hastío hacia la profesión por estrés y ansiedad. «Desbordados, hastiados, cansados...», recoge una reciente encuesta a este respecto de sociedad científica SOCALEMFYC. Además, la pandemia ha venido a rematar una crisis anunciada durante años por el alto número de jubilaciones y la escasísima reposición para llegar a una Atención Primaria que sobrevive bajo grandes carencias que ya provocan demoras de atención de más de una semana.

El 87,2% de los médicos se siente 'muy insatisfecho' (51,3%) o 'insatisfecho' (35,9%) con su desempeño laboral, según este estudio realizado entre los socios de esta entidad.

El 75% de los facultativos de la región tiene más de 50 años y el 49,9%, más de 60

La situación de Atención Primaria cada vez es más complicada. Las cargas de trabajo, la saturación de las consultas, el incremento de las demoras, las acumulaciones por falta de sustitutos, las jubilaciones que dejan vacantes sin cubrir sobre todo en zonas de difícil cobertura… están haciendo cada vez menos atractiva la Atención Primaria para los nuevos egresados y en la convocatoria pasada quedaron 93 plazas MIR sin elegir en España y unos 70 no llegaron a tomar posesión. Es el repaso de la Cesm en su nuevo estudio de las jubilaciones en este ámbito asistencial. De no haberse realizado el drástico recorte de plazas MIR entre los años 2010 a 2019 se podrían haber formado 4.813 nuevos especialistas, que ahora se echan en falta y, además, no existiría la bolsa de dos o tres mil médicos de nuestras facultades que no han podido acceder a una plaza MIR en esos nueve años.

Castilla y León lidera el envejecimiento de las plantillas en España. El 75% de sus médicos de Familia supera los 50 años. De ellos, casi el 50% ya es sexagenario.

El trabajo del centro de estudios del Sindicato Médico de Granada estima que Castilla y León tendrá en seis años una carencia del 48,6% al 'perder' 695 médicos sin poder sustituirlos por nuevas generaciones.

La Cesm explica que España necesita, ahora y durante unos años, convocatorias con más plazas MIR de Medicina de Familia para formar a los licenciados de años anteriores que no han conseguido plaza para formarse. Posiblemente son unos tres mil, a los que hay que sumar los aproximadamente siete mil y en aumento que terminan cada año y los más de 1.100 procedentes de Facultades de otros países que se especializan en España. Pero pasados diez o quince años, no se necesitarán tantas plazas MIR de Medicina de Familia y es necesario realizar estudios demográficos más ajustados para ver las necesidades.

La actividad hospitalaria se recupera sin alcanzar la época prepandémica

Los hospitales llevan más de un año a pleno rendimiento para poner al día listas de espera, revisiones, consultas y pruebas de diagnóstico. Y la recuperación vuelve a dibujar una línea al alza pero sin logra todavía los números de antes de la pandemia.

La covid redujo los quirófanos en funcionamiento de los 156 a los 115 en 2020 y el cerrado ejercicio recuperó 18. La tendencia del número de intervenciones quirúrgicas programadas por día hábil es ascendente desde 2012 hasta alcanzar las 1.085 en 2018 y 2019 y caer a las 763 en el primer año de pandemia. No llegó al millar en 2021, con 999, pero recuperó actividad.

La influencia de la pandemia en las urgencias también fue notable. El año 2019 registraba una media de 2.866 atendidas en los hospitales que caen a los dos millares en 2020 para remontar hasta las 2.397; aún lejos de la actividad esperable normal. Y la presión de urgencias, como cabía esperar, aumentó en 2020: de cada cien pacientes que atendía el servicio, 75 terminaban en ingreso frente al 70% habitual. El año pasado ya se bajó al 73%. En cuanto a las consultas han pasado de las 1.858 en 2019 a las 1.450 ahora.

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