Los médicos defienden reforzar los centros de salud rurales en detrimento de los consultorios

Cuatro sociedades científicas de Pediatría y Familia, la organización autonómica médica colegial y la Cesm han acordado un documento conjunto de propuestas tras un análisis compartido. Tres puntos condensan su apuesta. El primero, el de implementar progresivamente un cambio del modelo de asistencia sanitaria de Atención Primaria. La apuesta de los profesionales es la de unos centros de salud potentes, bien dotados en cuanto a tecnología, con capacidad de alta resolución, formación continuada de los sanitarios, comunicaciones digitales... competentes en definitiva. En esta propuesta es básico, a su juicio, que sea el paciente quien acuda el médico y no al revés, salvo cuando el enfermo no pueda moverse de su casa, claro está, lo que hace necesarias en cualquier zona, como hasta ahora, las visitas a domicilio. Para paliar las dificultades de acceso, se necesita un buen transporte público, recalcan. Y obviamente, este modelo afectará de forma clara a los consultorios. «En Castilla y León –explicó el presidente del Consejo Autonómico de Colegios Oficiales de Médicos, José Luis Díaz Villarig– no se puede mantener la coexistencia entre el modelo de Atención Primaria con sus equipos ligados a los centros de salud con el de consultorios previo a la reforma impulsada por la Ley General de Sanidad». «No un sistema del siglo pasado que ni siquiera era universal hace 50 años» con el que se promovió posteriormente. Los consultorios, sostiene, son obsoletos, «un médico solo con un fonendo no puede dar la mayor calidad asistencial a un paciente». Y su apuesta es la de dar los «mejores medios y experiencia» en cualquier rincón de la comunidad; y «un consultorio no puede ofrecer esto».

El modelo propuesto por los profesionales es el de centros de salud fuertes en detrimento de los consultorios, y ello hasta la extinción final de buena parte de estos -si no de casi todos-, con el tiempo y de forma progresiva. Pero el doctor Díaz Villarig evitó una y otra vez, pese a las insistentes preguntas de los periodistas, pronunciar la palabra 'cierre' seguida de la de 'consultorios'. Sin embargo, estos profesionales reunidos ayer en un grupo de trabajo lo dejaron claro pese a sus rodeos. Explicó Díaz Villarig el mapa rural de Castilla y León: 3.666 consultorios, de los que 1.699 tienen menos de 50 tarjetas y solo 69 superan las mil. Entre 50 y 100 hay en 726; entre 100 y 200, en 583 municipios, mientras que con entre 200 y 500 tarjetas hay 453. Algunos apenas tienen una veintena. Un panorama «insostenible» para dar calidad asistencial. En paralelo, explicó que el «médico no puede perder el tiempo en desplazamientos» y que «es el paciente el que debe de ir al centro de salud». «Sumen ustedes», señaló ante la insistencia en preguntar sobre los posibles cierres.

Eso sí, puntualizó el presidente del Colegio de Médicos de Valladolid, José Luis Almudí, que hay que «dotar de medios y preparación al centro de salud. Nosotros no queremos entrar en el debate del cierre de consultorios, sino en proponer el modelo que mejor asistencia garantiza. Los consultorios pueden tener otras funciones, como el de las soluciones de problemas sociosanitarios, curas de enfermería... esto se puede seguir haciendo en ellos».

Los médicos acordaron un documento en el que, subyace la eliminación por inanición de estos espacios asistenciales. La misma filosofía del tan denostado Plan Aliste que Ciudadanos puso sobre la mesa y el terreno en pilotaje en su corto mandato. Pero el doctor Díaz Villarig, también presidente de la Cesm, marcó una distancia para él insostenible, la de que, pese a su posición dialogante, el equipo de la exconsejera Verónica Casado elaboró un plan de forma «unilateral, no en conjunto. Esa fue la equivocación, ni siquiera lo consensuaron con la Junta».

El cómo potenciar los centros, si los consultorios desaparecen por número de tarjetas, accesibilidad, demandas y frecuentación... en eso no quieren entrar los profesionales. «Hay que llegar a un acuerdo político, entre profesionales, sindicatos, sociedades científicas y políticas para alcanzar un pacto que permita dar lo mejor a la población, que es lo que decidamos entre todos». Por eso, insistió en llegar a un entendimiento de manera inminente» y en sacar a la sanidad de la confrontación política, algo que «es un error, porque el paciente se merece lo mejor».

Un pacto para evitar más demoras en la reforma, en plena época de elecciones, y con una larga historia de tal propuesta sin resultados. Pero «nosotros teníamos que hacer esto, es nuestra obligación llamar la atención sobre el problema y aportar soluciones», sostienen.

El segundo punto del comunicado es el de la reordenación negociada de recursos humanos para resolver las diferencias en las cargas asistenciales de los médicos de familia y pediatras en zonas básicas de salud rurales y urbanas, teniendo en cuenta la población asignada y las características de la misma. Por último, ven necesario ajustar la oferta de formación MIR en Medicina Familiar y en Pediatría, a la tasa de reposición, que permita conseguir un equilibrio en el tiempo, entre las bajas por jubilación y las futuras necesidades de médicos, aumentando la capacidad docente de los centros de salud.

Este frente común lo configuran, además del Consejo Autonómico de Colegios Oficiales de Médicos de Castilla y León y la Cesm, la Sociedad Castellana y Leonesa de Medicina de Familia y Comunitaria (SocalemFYC); la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) y la de Pediatría de Atención Primaria de Castilla y León (Apapcyl).