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La naturaleza está tensionada y los fuegos son cada vez más devastadores, arrasan miles de hectáreas y su control resulta más complejo. En España, en los últimos años las comunidades autónomas han adaptado sus estrategias y se ha aumentado la inversión pública para combatir la ... principal catástrofe que cada verano -y cada vez con más frecuencia en otros meses- arruina paisajes y enclaves naturales, amenazando la supervivencia del entorno y quienes lo pueblan.
Con 4,8 millones de hectáreas de las 27,8 del total nacional, Castilla y León es la comunidad con más superficie forestal seguida por Andalucía (4,4). Y en época estival es también uno de los territorios donde las llamas causan más estragos, convirtiendo en cíclico el debate sobre la falta de efectividad de cómo se encara la lucha contra el fuego desde los despachos de la Junta de Castilla y León.
Las críticas han arreciado tras la catástrofe que ha arrasado más de 30.000 hectáreas en la Sierra de la Culebra por la falta de previsión y reacción de la Consejería de Medio Ambiente, que ha mantenido en el 1 de julio (hasta el 31 de septiembre) el inicio de una campaña de incendios que venía precedida por una ola de calor a mediados de mayo y otra durante seis días de la semana pasada.
El cambio climático y los períodos cada vez más prolongados de sequía han llevado a la mayoría de las regiones españolas a adaptar sus planes de lucha y prevención, adelantando la campaña antincendios al 1 de junio e incluso antes. El plan de Castilla y León fue aprobado en 1999 y se mantiene inalterada la fecha de la temporada de riesgo alto del 1 de julio al 30 de septiembre.
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Contrasta como caso peculiar de adaptación a la actual coyuntura climática el caso de Extremadura, que ha adelantado este año al 23 de mayo el despliegue de efectivos contra el fuego. Su consejera de Agricultura, Desarrollo Rural, Población y Territorio, Begoña García, pidió «mucha prudencia» ante una temporada de vigilancia que suele comenzar el 1 de junio y se prolonga hasta el 15 de octubre. Y desde mucho antes, desde el 1 de mayo, estaban preparados en Baleares para unos meses de alto riesgo.
También se anticipan en Andalucía, donde el Plan Infoca se pone en marcha desde el 1 de junio hasta el 15 de octubre y en ocasiones se alarga hasta finales de ese mes el operativo, que tiene un coste global de 175 millones de euros y cuenta con 4.702 efectivos.
En Navarra el adelanto de la recolección de cereal y la sequía son los argumentos esgrimidos por el Gobierno Foral para anticipar quince días (al 1 de junio) la movilización de medios contra el fuego. Sus vecinos de Aragón activaron el pasado 16 de junio un plan que durará hasta el 15 de septiembre, que cuenta este año con el triple de recursos para afrontar unos meses de alto riesgo y con veinte millones adicionales para nuevos vehículos, centros de trabajo y aplicaciones informáticas. También desde mediados de junio tiene Cataluña desplegados unos 5.000 efectivos. El incendio de Artesa de Segre (Lérida) que devastó 2.700 hectáreas se produjo el mismo día 15 de junio -al igual que el de la Sierra de la Culebra- en que comenzaba la temporada de riesgo alto.
A la idea de que los incendios del verano se previenen durante el invierno eliminando maleza y cuidando el monte se encomiendan en Castilla-La Mancha. En el Plan Infocam –operativo desde el 1 de junio hasta el 30 de septiembre– se pone especial atención a las labores de limpieza y desbroce de naturaleza durante todo el año, «enmarcadas en una estrategia de empleo en el medio rural que reduce el riesgo de propagación de las llamas».
Desde el Gobierno manchego defienden el mantenimiento de la estrategia antincendios «los 365 días del año, combinando trabajos de extinción y prevención». Al primer capítulo dedican 40 millones de euros y al segundo 55,2, informaron en la presentación del plan.
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En Galicia el alto riesgo se contempla, al igual que en Castilla y León, desde el 1 de julio al 30 de septiembre; y en Asturias el plan de protección se ajusta a las épocas de peligro alto (15 de enero al 30 de abril), medio (15 de julio al 15 de octubre( y bajo (16 de octubre al 14 de enero).
En Cantabria el presidente Miguel Ángel Revilla ha pedido que se amplíe dos meses más el tiempo de permanencia de la Brigada de Refuerzos de Incendios Forestales dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica.
El 1 de mayo incorporó la Generalitat valenciana a 180 bomberos de refuerzo para afrontar la campaña de incendios forestales abierta ese mismo día, y que se suman a otras 40 que trabajarán hasta el 31 de octubre con el fin de dar también respuesta a posibles episodios de lluvias torrenciales que en los últimos años se han registrado a comienzos del otoño.
Al 1 de junio se ciñe también la región de Murcia para aplicar el Plan Infomur (hasta finales de octubre), una fecha que ha servido como referencia a La Rioja para mantener activo todo su operativo contra el fuego, aunque la temporada de riesgo alto esté establecida entre el 15 de julio y el 18 de octubre.
En la Comunidad de Madrid se activó el 15 de junio el plan de lucha contra el fuego en el que participan 5.276 profesionales con un presupuesto de 42 millones. Entretanto, a medida que avanza el calendario con los niveles de alerta al alza, miles de efectivos de agentes medioambientales, bomberos y cuadrillas de extinción están dispuestos para dar batalla al fuego en unas regiones que se saben más vulnerables que otras.
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