He aquí una destacada representante de la nueva generación de magistrados de España. María Antonia Díez García (León, 1975), magistrada del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo 1 de León, quien desde hace un mes lidera el proyecto judicial de hermanamiento de España yAlemania con República ... Dominicana. Este proyecto, financiado por la Unión Europea, busca «acompañar» a República Dominicana en su plan 'Visión Justicia' para que el sistema judicial de este país caribeño pueda ser más rápido y eficaz y mejore la integridad de los servidores jurídicos del país y la transparencia de su Poder Judicial. Convencida de que la Justicia es universal y es un instrumento eficaz para la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos, esta magistrada leonesa afronta el reto de coordinar esta iniciativa internacional que sitúa a España y a la Unión Europea en primera línea mundial en esta materia.
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–España y Alemania participan en este proyecto para mejorar la calidad de la Justicia de la República Dominicana. ¿Por qué España y Alemania?
–Este es un proyecto denominado Twining, que siempre se había realizado dentro de la Unión Europea. Es la primera vez que este proyecto de cooperación internacional sale de sus fronteras y viene a Hispanoamérica con el fin de mejorar la Administración de Justicia de República Dominicana. El proyecto salió a convocatoria y se presentaron España y Alemania. República Dominicana ya había trabajado con España y su administración de Justicia es muy parecida. La UE decidió que España fuera el Estado miembro prioritario en el proyecto y que Alemania ayudara para la digitalización, donde tiene experiencia suficiente.
–¿Y por qué República Dominicana? ¿Va más atrasada que otros países del entorno?
–No, no va más atrasada que otros países hispanoamericanos. Cada uno tiene su avance. La Administración de Justicia Dominicana mira a la Justicia de frente siempre. Ha intentado mejorar su Administración de Justicia desde hace muchos años. No hay especial problema de corrupción; puede haber cierta corrupción administrativa pero no hay una fuerte corrupción en el ámbito de la Administración de Justicia. Pero sí ven que la satisfacción del ciudadano no es suficiente.
–¿Han escuchado a los afectados?
–El presidente que hay ahora en el Tribunal Supremo y el Consejo General del Poder Judicial, que se llama Luis Henry Molina, quiso escuchar a los ciudadanos y a los usuarios de la Administración de Justicia e idear un plan estratégico que verdaderamente mejorara su calidad.
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–¿Qué advirtieron éstos?
–La mayor queja era por la falta de prontitud en la Administración de Justicia, que iba lenta. Es verdad que en eso sí que estaban un poco atrasados, pero han mejorado con el covid, que impulsó mucho las audiencias virtuales, la digitalización e impulsó la prontitud de la Justicia, en cierto modo. Hicieron un plan estratégico, que se llama 'Visión Justicia', en 2020, que tiene un periodo de 4 años, hasta 2024 y pidieron acompañamiento en modernización de la digitalización y ahí es donde entramos nosotros con Twining.
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–Va a estar dos años en República Dominicana. ¿Para hacer qué?
–Mi misión es poner en comunicación a los expertos dominicanos con los expertos españoles y alemanes y coordinar ese trabajo.
–Que sea el primer proyecto de este tipo fuera del entorno europeo, ¿le añade presión?
–No. El instrumento lo que hace es intentar facilitar el trabajo. Lo que sí presiona es que consigamos verdaderamente acompañar a la República Dominicana, que sepamos responder a lo que ellos piden y que podamos llevar a cabo este acompañamiento con éxito.
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MARÍA ANTONIA DÍEZ
Magistrada
–Lo visto hasta ahora, ¿cuánto le ha hecho cambiar las percepciones previas que tenía sobre la tarea que le han encomendado en la UE?
–Nosotros habíamos hecho un estudio de la República Dominicana, pero no teníamos todavía conexión con el equipo dominicano. Me han sorprendido varias cosas gratamente.
–Detalle cuáles.
–La primera, que ellos habían avanzado muchísimo en el Plan 'Visión Justicia'. La segunda, que tenían clarísimo lo que querían, que nosotros en algún resultado que nos pedía la Unión Europea dudábamos de en qué punto estaban, si habían avanzado o si había que acompañarles desde el principio, pero vimos que no, que tenían bastante avanzado. Y luego, que los dominicanos, pese al estereotipo que manejamos en Europa, trabajan muy rápido y de forma muy eficaz. Les veo muy similares a nuestra forma de trabajar y con una administración de Justicia muy parecida, con unos ideales de futuro muy parecidos a los que tenemos en Europa o, por lo menos, en España.
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–Los jueces españoles se muestran inasequibles al desaliento en la persecución de los delitos de corrupción. ¿Está muy avanzada España respecto a República Dominicana en esta lucha?
–En República Dominicana corrupción administrativa hay en el sentido de que como todo va tan lento, a veces dependiendo de en qué situación estén las personas sí que puede haber cierta corrupción administrativa, contra la que la administración de Justicia dominicana quiere luchar y lo está consiguiendo.
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–¿De qué manera?
–La digitalización impide mucho esa corrupción administrativa. En el ámbito de la integridad de los jueces yo creo que los de República Dominicana son muy íntegros; es verdad que les faltan algunos instrumentos que nosotros ya tenemos... Ellos están haciendo los reglamentos disciplinarios de los servidores judiciales, están intentando mejorar los reglamentos de los jueces y también ver cómo gestionar la transparencia en lo que es el patrimonio que tienen los jueces y si se corresponde con su trabajo.
–¿Y ahí España qué enseña?
–Están en ese camino en el que nosotros les podemos acompañar porque el nivel de transparencia y los instrumentos de integridad que hay en España son elevados. En España lo que hay es una forma de entrar en la carrera judicial que beneficia mucho la independencia de los jueces y los fiscales y que también favorece que no haya corrupción dentro sobre todo de las escalas del Poder Judicial.
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–¿Por qué?
–Entrar en la carrera judicial en España es muy difícil. Requiere no solamente un esfuerzo de memorización, sino de entendimiento, de voluntad y de una vocación de un servicio público ideal. Y eso a un juez que pasa por una oposición así, y que luego ejerce un trabajo que es verdaderamente duro, no se le olvida. Y eso hace que los jueces sean íntegros.
–¿Qué podemos enseñar los españoles sobre la independencia judicial cuando aquí tenemos la polémica de la politización de la elección de los miembros del Consejo General Poder Judicial?
–Nosotros lo que venimos a ofrecer a República Dominicana es lo mejor de nuestra Administración de Justicia, no aquellas cuestiones en las que nosotros patinamos. Todos sabemos lo que hay que hacer para que las cosas funcionen. Otra cosa es que haya voluntad. Y también la forma de entender cómo funcionan las cosas. El Consejo General del Poder Judicial tiene una visión de cómo debería funcionar la independencia en el ámbito de esa organización, el Gobierno parece ser que tiene otra idea y no encuentran un entendimiento. Pues ese entendimiento tendrá que llegar a lo mejor de instancias superiores que pongan freno a lo que puede restar independencia al Poder Judicial. De los errores también se aprende.
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–La falta de medios es una queja permanente. Comparativamente, ¿cómo está España respecto a países como República Dominicana? ¿Es real que podemos estar años luz por delante?
–Años luz yo creo que no. La administración pública dominicana tiene un presupuesto bastante elevado para cumplir con sus objetivos. No es un presupuesto pequeño. Lo que pasa es que ellos reciben más ayuda externa de la que recibe la administración pública española. Nosotros tenemos que gestionarnos con nuestros propios medios y ellos reciben ayuda a veces de programas americanos, otras veces de programas de la Unión Europea... Pero la administración de Justicia de la República Dominicana no es de las administraciones públicas que más sienten la falta de recursos.
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–En cierto modo, privilegiados...
–Hombre, los recursos nunca son suficientes; ni en España ni en República Dominicana, pero aquí están intentando hacer un modelo de Justicia creando nuevas ciudades de Justicia, con las edificaciones y los medios digitales y tecnológicos que están a su alcance y yo creo que lo van a conseguir. Hay mucha inversión que nosotros ya hemos hecho y que ellos tienen por delante, porque en el ámbito de la digitalización están por detrás, y claro, todo eso afecta a la inversión que van a tener que hacer, a la lentitud que ahora tiene la administración de Justicia, pero lo están intentando cambiar, con apoyo, claro...
–Viendo su tarea, uno no puede evitar preguntarse si es verdad que la Justicia no conoce de fronteras.
–Creo que no. Somos ciudadanos del mundo. Los objetivos de desarrollo sostenible de la Agenda 2030 de Naciones Unidas, que España ratificó, pusieron punto final a entender la Justicia como algo propio. La Justicia es universal y cómo evolucione en el mundo nos afecta a todos. Ucrania o el covid son un buen ejemplo de que cualquier inestabilidad en un ámbito que se refiere a un hecho universal afecta a otros países.
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MARÍA ANTONIA DIEZ
Magistrada
–Ya, pero hay que saber sacar conclusiones como sociedad. ¿Qué necesitamos ver fuera?
–Si la administración de Justicia funciona bien en todos los países tendremos sociedades más pacíficas e inclusivas, podremos ir a cualquier país sin pensar que allí pueda existir un conflicto y tendremos sociedades más respetuosas y avanzadas en las que la desigualdad cada vez sea menor.
–¿Cuánto le desaniman las críticas que se oyen contra el funcionamiento de la Justicia? Porque, claro, ¿la Justicia es justa?
–Sí, exactamente. Y no me desaniman las críticas, me ayudan. Lo que pasa es que hay que discernir lo que es crítica constructiva de lo que es crítica sin conocimiento.
–Ese es el quid...
–Una crítica ignorante no ayuda; una crítica que está basada en el conocimiento, ¡claro que ayuda! Y mucho. Es como han hecho el Plan Justicia en la República Dominicana. Han hablado con usuarios, no solo me refiero como ciudadanos, sino a usuarios del sistema, funcionarios, a todos, preguntándoles por qué creen ellos que no funciona la Administración de Justicia. Es de donde se sacan las posibilidades de éxito, con las críticas. A mí no me desaniman, ni muchísimo menos.
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–¿Aconseja a los jóvenes que se lancen a estudiar Derecho para algún día entrar en la carrera judicial?
–Si tienen vocación, sí. La carrera judicial, insisto, es muy vocacional. Aquí no se aguanta si no entras con vocación. Es una carrera muy exigente y es muy exigente el trabajo. Por eso es muy exigente la oposición; uno lo entiende cuando llega a trabajar y ve que el nivel que hay que tener de esfuerzo y resistencia tiene que ser muy alto y muy comprometido. Con lo cual, si no tienes vocación es muy difícil que puedas responder con éxito a lo que te exige el ejercicio de las funciones jurisdiccionales. Pero si tienes un mínimo de vocación, es muy interesante desde el principio.
–Usted que conoce bien otros sistemas judiciales, ¿nada como ver cómo fucionan para valorar más el de España?
–Cada Justicia tiene unos problemas diferentes y hay que irlos solucionando. Quizá es verdad que los problemas que tiene la República Dominicana son muy diferentes a los que tiene España, pero eso no significa que en España la administración de Justicia no tenga ningún problema. Pero, es verdad, también que nosotros llevamos un camino avanzado que nos facilita pensar en otras cosas y nuestros éxitos y errores compartirlos con otros para que no se den en otros sitios. Pero la Justicia es un valor que siempre requiere de mejoras porque tiende a un ideal, al fin y al cabo.
–Con los años que lleva de estudio, investigación y aplicación de leyes, ¿se ha parado ya algún momento a pensar qué quiere ser de mayor?
–Lo he pensado desde que soy pequeña: quiero que la Administración de Justicia funcione y que antes de que lleguemos a 2030 hayamos conseguido administraciones públicas más eficaces y fuertes que generen sociedades más justas e inclusivas. Por eso voy a seguir luchando.
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