Mañueco promete «más cariño económico en el futuro» a las casas regionales de Castilla y León

En declaraciones recogidas por Ical, Mañueco quiso «hablar con el corazón» a los asistentes, y señaló que, «durante 150 años, nuestra tierra fue una tierra de emigración, en la que el sufrimiento, cada semana, mes y año despoblaba muchos municipios de las nueve provincias. Esa situación de desgarro de quienes abandonaban Castilla y León para venir a Euskadi e ir a otros lugares de España, Europa y América la hemos vivido con sensación de desolación por un lado, y de cariño y reconocimiento por otro», afirmó antes de agradecer que el País Vasco haya acogido a «150.000 paisanos castellanos y leoneses en las últimas décadas», a los que se ha brindado «un proyecto de vida y futuro».

Tras reconocer que Castilla y León «era tierra de emigración», el presidente de la Junta quiso lanzar un «mensaje de orgullo», al considerar la comunidad como «una tierra de acogida». «Lideramos la automoción en toda España, el ámbito educativo, sanitario y de Servicios Sociales, somos capaces de asombrar la mundo con todo lo que hacemos, y abrimos nuestros brazos a cuantos quieren venir a Castilla y León a desarrollar un proyecto de vida y futuro», exhortó. Además, Fernández Mañueco quiso tener unas palabras de recuerdo para con «todos los que han perdido a sus seres queridos en Euskadi o en Castilla y León por una pandemia que ha sido especialmente dura, complicada y difícil en todo el mundo, y también en nuestros lugares de origen».

Asimismo, el presidente aprovechó su intervención para ofrecer «un abrazo simbólico a todos», y se dirigió al presidente de la Federación de Centros de Castilla y León en el País Vasco, Andoni Paredes (de la Casa Palentina de Barakaldo), para solicitarle que él sea «el principal embajador de nuestra tierra en Euskadi».