Tras una reunión telemática de cerca de tres horas, el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, emplazó a conocer el Real Decreto que promulgará este miércoles el Gobierno para saber hasta qué punto se han tenido en cuenta sus reivindicaciones. Y también aplazó a ... una mejor explicación la que fue su medida estrella, la implantación de «unidades móviles de test» que permitan detectar los positivos «en los lugares con mayor incidencia». Una idea que deberá explicitar el nuevo titular de Sanidad, Alejandro Vázquez, presente en la rueda de prensa del presidente, pero que aún se encuentra en fase inicial, a tenor de lo explicado. «Para hacer test no es necesario tener personal sanitario, serán personal no sanitario, en los próximos días se explicará con detalle cómo van a ser, la ubicación…», dijo primero Mañueco. Luego aclaró que se refería a que no será personal de Sacyl, puesto que uno de los objetivos de esta medida es aliviar la presión en Atención Primaria.
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Es, de hecho, el gran problema que detecta el Ejecutivo, ahora con el PP como único actor. «En Castilla y León siempre buscamos el equilibrio y adaptarnos a las circunstancias en cada momento. Hace un año el nivel de incidencia marcaba el nivel de hospitalización posterior en planta y en UCI, pero hoy no lo mide de la misma manera. Con un nivel muy superior tenemos casi la mitad de personas hospitalizadas, eso dice bien a las claras que el nivel de incidencia no es el que mide la preocupación de la pandemia. Tenemos aproximadamente 88 personas en UCI y 370 en planta», razonó el presidente de la Junta. Ese es el principal argumento para obviar las restricciones por las que sí han apostado otras comunidades autónomas. «Hay comunidades que están siendo muy restrictivas y no parece que estas medidas estén dando mucho resultado», llegó a afirmar Mañueco.
El caso es que el número de casos avanza de récord en récord. Aunque las hospitalizaciones representan un porcentaje muy pequeño, y afectan sobre todo a los no vacunados o a quienes no tienen pauta completa, y especialmente a quienes son más proclives a padecer problemas inmunitarios, como los mayores o personas con muchas patologías, un aumento tan vertiginoso acaba por impactar. En Valladolid se ha pasado de 239 casos por cien mil habitantes de incidencia acumulada a 7 días a 1.068 y la curva no muestra ni atisbos de aplanamiento. En tres semanas. Y esos números de hospitalizados en unidades de críticos son, traducidos al semáforo de riesgo que tanto se utilizó en olas anteriores, el equivalente a un riesgo muy alto en León y Palencia y alto en Ávila, Burgos, Salamanca, Valladolid y Zamora.
El foco, sin embargo, se fija más en el intento de aligerar la atención primaria y en la vacunación, para dejar las restricciones al albur de la responsabilidad individual. Hasta tal punto que el presidente de la Junta hizo una «recomendación» respecto a las reuniones familiares sin demasiada concreción: «Recomendamos reducir el número de unidades de convivencia y número de personas en todo lo posible». Nada de limitación de aforos, ni de horarios. Algo que tampoco estaba dispuesto a acometer el Gobierno central, como se podía intuir solo por la fecha de esta conferencia de presidentes a dos días de Nochebuena. Incluso, en el caso de los eventos masivos, Mañueco apeló a la responsabilidad de los ayuntamientos. «Que extremen las precauciones en la organización de eventos y grandes aglomeraciones, sean públicos o privados». No es baladí. Además de cabalgatas de Papá Noel o Reyes Magos, en Castilla y León llegarán en enero las concentraciones moteras de La leyenda continúa, Pingüinos y Motauros. Y el congreso autonómico del PP en León a mediados de mes. Y la campaña a primeros de febrero para desembocar en las urnas el 13-F.
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Al margen de reclamar un fondo covid extraordinario, más ayudas y más flexibles en los requisitos para los sectores afectados por los parones de actividad o la ley de pandemias, medidas en plena sintonía con las que viene reclamando el PP desde hace meses, la Junta asume como los dos principales retos el incremento de los test y de la vacunación. «Todos los presidentes hemos coincidido en que la vacunación es un elemento crucial para hacer frente al virus, la intensificaremos y hemos pedido que se acelere el suministro a las comunidades. El presidente del Gobierno se ha marcado llegar con la tercera dosis al 80% antes de final de año en la población de 60-69 años. En Castilla y León ya lo hemos cumplido, estamos en el 80,3%. Nuestro objetivo es adelantar todos los objetivos marcados por el presidente del Gobierno», presumió Fernández Mañueco. Aseguró que se agilizará la inmunización de los menores de 11 años y pidió que se incremente «el ritmo actual de suministro de vacunas, pediátricas y de adultos».
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