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«Tenemos la obligación de dialogar y pactar desde la humildad y el sentido común», les decía este lunes el presidente del PP de Castilla ... y León, Alfonso Fernández Mañueco, a los miembros de la Ejecutiva autonómica de su partido con los que analizó los resultados del pasado 26 de mayo. «No han sido los que esperábamos», se atrevieron únicamente a reconocer, pero los interpretaron como un mandato de la ciudadanía para «dialogar y pactar». Y en ese escenario, el líder de los populares interpretó un discurso cargado de guiños a Ciudadanos mostrándose dispuesto a «dialogar para gobernar» y formar un Ejecutivo de «mayoría moderada, de centro derecha». El PP no contempla otra posibilidad; de hecho, entre los presidentes provinciales se comentaba que «Castilla y León va a tener el mejor presidente que puede tener la comunidad», en referencia al exalcalde de Salamanca.
Mañueco repasó la herencia recibida de Herrera, «de la que no me voy a avergonzar» –reconoció después en una conversación en el pasillo– y recordó a Ciudadanos que la formación naranja «ha venido haciendo una valoración positiva del pacto de la legislatura pasada» que rubricó el exlíder del partido de Albert Rivera, Luis Fuentes, con el aún presidente en funciones, Juan Vicente Herrera.
En este nuevo marco de diálogo y pactos, en el que Cs puede también negociar con el PSOE, Mañueco apostó por la «integración de esfuerzos individuales y colectivos» y se mostró incluso dispuesto a «remodelar nuestra administración regional para eliminar lo que sea insuficiente». ¿A qué se refería?, se le preguntó después en esa conversación en el pasillo. «Pues a todo lo que consideren (por Cs) insuficiente». ¿A los aforamientos también, incluidos los de los miembros del Gobierno regional? «Por supuesto –contestó– no tenemos nada que ocultar y estamos dispuestos a hacer una reforma exprés del Estatuto de Autonomía», matizó.
Mañueco aprovechó su intervención de clausura para demostrar además a la formación naranja que están dispuestos a 'casarse' con ellos. Si Cs pide hacer frente al separatismo y a cualquier amenaza hacia la Constitución, el PP recuerda que estas dos formaciones políticas ya aprobaron en diciembre del año pasado en las Cortes de Castilla y León una PNL en defensa de la Carta Magna ante la que el PSOE del «sanchista Tudanca», se abstuvo.
Si para pactar, Cs pide bajar los impuestos, el PP recuerda que la comunidad aplica deducciones autonómicas en el IRPF y que han prometido eliminar el Impuesto de Sucesiones (en esto también coinciden con ellos) y bajar impuestos, frente al «rejón de muerte de 2.000 millones de euros en impuestos del discípulo de Pedro Sánchez».
Si Cs aboga por una tarjeta sanitaria única y reducir las listas de espera, el PP insiste en que «aquí tenemos la mejor cobertura sanitaria de España»... Y así, hasta recordarle a los negociadores del futuro pacto de Gobierno en Castilla y León que esos son los principios que van a presidir su negociación y que «el problema nunca puede ser el tiempo que el PP lleva gobernando aquí». Mañueco habló de tres prioridades: la defensa del medio rural, la calidad de los servicios públicos y la bajada de impuestos y creación de empleo.
Por lo demás, el presidente del PP aprovechó el encuentro para pedir a los suyos que se sumen al cambio en el que se ha sumido el partido para «recuperar el espacio que hemos tenido como partido en esta tierra y en España». La derrota del 26-M (consecuencia del «voto fragmentado») se interpretó en clave constructiva y, según su cálculos, «con 4.200 votos distribuidos en cinco provincias hubiéramos empatado en procuradores(con el PSOE)». Es más, se felicitaron por haber recuperado 40.000 votos perdidos en el 28-A, que aún así, «no fueron suficientes para ser el partido más votado». Con todo y con eso, y esto es lo más importante, dijo Mañueco, «el PP ha sido una roca». Sufrieron «convulsiones de todos conocidas» (en referencia a Silvia Clemente, aunque no la citó) y el «desgaste» lógico de los ciclos de vida de las organizaciones políticas pero el partido lo ha soportado, dijo. «Ha sido una roca», sentenció otra vez.
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