Mañueco marca mensajes para las municipales: Sánchez castiga a la región y el PP baja impuestos

Quedan 7 meses y 10 días para pasar la prueba del algodón de las urnas. El máximo responsable del PP en la comunidad aseguró para esa cita no habrá en las papeletas populares «candidaturas de medias tintas, sino candidaturas ganadoras». También que Feijóo le ha dado a él carta blanca para elegir a los candidatos, que él va a tener en cuenta a las direcciones provinciales y que una vez tomada la decisión (trámite que se ha ido demorando y fijado ahora para la recta final del año) no quiere fisuras en el respaldo a esos alcaldables. «No es un cheque en blanco, habrá que rendir cuentas el día después», avisó Fernández Mañueco.

En mayo se examinan aspirantes locales, pero el resultado servirá de termómetro para medir las expectativas de Núñez Feijóo y la fuerza autonómica de un partido que ahora necesita a Vox en la Junta. «Nunca antes el PP ha ganado unas generales sin haber ganado antes unas municipales», apuntó Miguel Ángel Terrados. «Tenemos una meta volante muy importante en el mes de mayo. Debe ser la que dé el impulso definitivo al final del año para conseguir un cambio de Gobierno en España», remarcó Elías Bendodo. «En mayo nos jugamos mucho», corroboró después Mañueco.

El dirigente de Castilla y León instó a los asistentes a «pisar el acelerador» en la calle para «ampliar la base» de un PP «donde quepamos todos, donde quepan más personas, donde sea capaz de sentirse integrado el que está en el Partido Popular, pero también el que se fue por algunas circunstancias y al que le volvemos a abrir las puertas». Una invitación a los votantes que confiaron en elecciones pasadas en Ciudadanos y en Vox, que hizo extensiva también a los «socialistas desencantados con Sánchez a los que les digo 'aquí esta el PP'», subrayó Mañueco.

Los de Abascal planearon por las intervenciones en ausencia, sin menciones de ningún tipo, en un acto en el que los intervinientes reivindicaron la experiencia de la gestión desde la «moderación» y la «centralidad». En palabras del propio Alfonso Fernández Mañueco, su equipo representa «la política autonómica calmada y sin estridencias» de la que no le va a desviar «el ruido». Un esfuerzo por diluir la imagen del cogobierno con Vox, que obliga al propio presidente de la Junta y al portavoz, el consejero Carlos Fernández Carriedo, a esforzarse en apagar las polémicas que encienden los socios con asuntos como la violencia de género, los enfrentamientos con la patronal y los sindicatos o propuestas como reabrir la central nuclear de Garoña. «El único partido que cree en Castilla y León se llama Partido Popular», reivindicó Alfonso Fernández Mañueco.

El presidente precisó que todas las encuestas, salvo el CIS, auguran un cambio de ciclo y el final del 'sanchismo' que, a juicio de Bendodo, es al socialismo de toda la vida como la noche al día. A Mañueco le transmite la calle ese PP al alza. «Se nota, se huele, las cosas van bien», valoró el dirigente popular. A partir de ahí, la reunión siguió a puerta cerrada, en una mañana en la que los consejeros del PP y cargos de la Junta, presidentes de Diputación y muchos diputados provinciales y alcaldes y concejales cambiaron el despacho de trabajo por la sede del partido.