![Coronavirus: Mañueco mantiene el plan navideño en Castilla y León, con retoques, tras hablar con otras regiones](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202012/18/media/cortadas/manuecoo-kksH-U1201100792482kKF-1248x770@El%20Norte.jpg)
![Coronavirus: Mañueco mantiene el plan navideño en Castilla y León, con retoques, tras hablar con otras regiones](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202012/18/media/cortadas/manuecoo-kksH-U1201100792482kKF-1248x770@El%20Norte.jpg)
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Había tres asuntos, en lo tocante a restricciones, que estaban «de la mano del presidente de la Junta, que es la autoridad delegada», como anunció el vicepresidente Francisco Igea el jueves. El cierre perimetral, el tamaño permitido para las reuniones privadas y el toque de ... queda. Y de las palabras de Igea se desprendía que Alfonso Fernández Mañueco iba a dictar más medidas que las que se conocieron el jueves. «Naturalmente que se van a tomar medidas», insistió. «En 24 ó 48 horas» se debían comunicar. Por la tarde, a las 20 horas del jueves más o menos, llegó el aviso del departamento de Comunicación de la Junta. Comparecencia del presidente a la mañana siguiente. Y aún otro indicio. Poco antes de la rueda de prensa de Mañueco, un aviso de que se retrasaba porque se contraprogramaba con la del ministro Salvador Illa y no se sabía si el Gobierno iba a dictar alguna restricción más, dado el carrusel de anuncios que se vive en cada territorio desde el miércoles por la tarde.
Para cuando Alfonso Fernández Mañueco salió, sin embargo, se limitó a mantener el plan navideño previsto. Apenas un par de retoques. La apertura del perímetro de Castilla y León los días 5 y 6 de enero queda, de momento, en el aire, y se recomienda que los grupos sean lo más reducidos posibles, aunque permanece en vigor la cifra de 10 personas como máximo en las fechas señaladas. Y un último detalle, más semántico que práctico y casi a modo de colleja para el Gobierno central: no se permitirán las visitas «de allegados, solo de familiares». Algo que en la práctica solo cobra visos de realidad en el papel del Boletín Oficial de Castilla y León, porque le ocurre a esta medida lo que a todas las demás, pero en mayor grado. Como dijo Igea el jueves: «No puedo tener a la Policía Municipal con una vara de metro y medio entre cada señor por la calle Santiago. No puedo entrar en cada casa de Castilla y León, ni es nuestra intención». Como para separar allegados de familiares en los confines del territorio autonómico.
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La discrepancia entre el mensaje del vicepresidente el jueves y del presidente al día siguiente queda, de momento, en esta imposición de matices de escaso efecto práctico. No había demasiado margen para actuar en una comunidad, Castilla y León, que ya tiene restricciones en vigor bastante drásticas. Isabel Díaz Ayuso, al otro lado de la raya autonómica, redujo los grupos máximos a seis personas, pero mantiene un toque de queda mucho más laxo, a las 00:00 horas.
Cierre perimetral. Vigente hasta el 10 de enero. Excepciones: Del 23 al 26 de diciembre y desde el 30 de diciembre al 2 de enero se podrá atravesar el límite autonómico, «pero solo para los familiares, no para los allegados».
Grupos máximos: Vigente: Máximo de 6 personas en reuniones privadas. Excepciones: El número máximo de personas que pueden reunirse es 10 los días de Nochebuena, Navidad, Nochevieja y Año Nuevo. «No podrán pertenecer a más de dos grupos de convivencia distintos».
Toque de queda: Vigente; 22 horas. Excepciones: En Nochebuena y Nochevieja se podrá regresar a casa hasta la 1:30 de la madrugada.
A Mañueco le quedaba la opción, por ejemplo, de apretar ese cierre perimetral que se aliviará unos días para permitir ciertas reuniones familiares. Sin embargo, otras comunidades -Comunidad Valenciana, por ejemplo- han decretado cierres perimetrales bastante severos, por lo que la incidencia de volver al cierre total tampoco sería tan alta.
El toque de queda era otra de las posibilidades. Pero Castilla y León lo tiene establecido a las diez de la noche y ayer el Bocyl ya hacía oficial que no se podrá abrir la hostelería más allá de las 22 horas, ni siquiera los días festivos, 24 y 31 de diciembre. Rebajar el horario extra de llegada a casa esas dos noches, que estaba fijado a la 1:30, parecía poco probable si se mantenían las demás medidas 'navideñas'.
Mañueco, además, habló con otros presidentes autonómicos en las últimas horas. Lo hizo el jueves, durante una reunión del patronato de la Fundación Pro Real Academia Española. «Tuve la oportunidad de coincidir en un acto con su majestad el Rey y con varios presidentes autonómicos. Intercambiamos posiciones. Muchos de ellos eran de territorios limítrofes, Extremadura, Madrid, Aragón, Galicia», explicaba el presidente de la Junta de Castilla y León. Por la mañana siguió con esa ronda de contactos, entre otros con el presidente de Asturias, Adrián Barbón. «Cada comunidad autónoma ha buscado su equilibrio. Me hubiera gustado que todas, en el Consejo Interterritorial, ante el mismo problema hubieran buscado la misma solución», añadió. Algo que Castilla y León ha reclamado antes, durante y después del Interterritorial, sin éxito.
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Mañueco dejó entrever la dificultad, en esa tesitura, de diseñar un plan homogéneo en una comunidad con nueve provincias con diferentes tendencias epidemiológicas y que linda con nueve comunidades autónomas también en situaciones dispares: Galicia (nivel bajo en Ourense y nueva normalidad en Lugo), Asturias, País Vasco, Cantabria, La Rioja, Aragón, Castilla La Mancha, Madrid (en nivel de riesgo muy alto en todas las provincias limítrofes con Castilla y León), y Extremadura (nivel medio). «Nos hubiera gustado que el Gobierno hubiera hecho un esfuerzo mayor por alcanzar un acuerdo, por esa labor coordinadora que le corresponde, pero ha desistido de sus funciones, dejando la responsabilidad en manos de las comunidades autónomas», insistió en su queja el presidente de la Junta.
«Hemos tomado decisiones en función de las circunstancias que tenemos en Castilla y León y escuchando a otras comunidades autónomas», señaló. Y su última mirada al Gobierno fue para quien le representa aquí, la Delegación del Gobierno, a quien corresponderá vigilar esos desplazamientos «de familiares, no de allegados» durante los días en que el cierre perimetral se relajará para celebrar las fiestas navideñas.
La reducción de aforos en las calles de más afluencia de gente, decretada por la Junta, recibió ayer algunas quejas de alcaldes. El de León, José Antonio Díez (PSOE) consideraba que era complicado cumplir con esa medida. En Valladolid, otro socialista, Óscar Puente, argumentaba con cifras que las calles llenas que se han visto desde que se encendió la iluminación navideña no parece haber surtido un efecto negativo en la propagación de la enfermedad. «Lo cierto es que desde que las luces se instalaron la tasa de contagio no ha dejado de bajar un solo día», escribía en Twitter. Fernández Mañueco replicó con su propia experiencia como regidor. «También he sido alcalde y, cuando se quiere, se toman decisiones para limitar los aforos, lo puedo garantizar. Yo fui el alcalde que tomó la decisión de limitar el aforo por primera vez en la Plaza Mayor de Salamanca en acontecimientos extraordinarios. Es ponerse a ello y tomar decisiones, cada uno debe asumir su propia responsabilidad. Y les apoyaremos en lo que esté en nuestra mano para que se puedan cumplir aquellas cuestiones en las que tengan dudas o dificultades», sentenció.
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