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Uno de los hermanos de Avelino Martínez le ayuda durante su cuarentena. El Norte

Sin mano de obra para el ordeño

Hospitalizaciones. El coronavirus trastoca el manejo de las granjas que se encuentran sin profesionales para atender el ganado

Silvia G. Rojo

Salamanca

Sábado, 5 de septiembre 2020, 10:17

Medina de Rioseco, Peñafiel o Torrelobatón en la provincia de Valladolid. Revellinos de Campos en la de Zamora. Y así varios más. La aparición de casos positivos entre los propietarios y los empleados de las ganaderías de ovino de leche y la inevitable cuarentena para ... todo el que está alrededor tenga o no la enfermedad, está trastocando el manejo de muchas explotaciones que ven cómo de un día para otro se quedan sin mano de obra y ni siquiera los propietarios pueden acudir a atender a su ganado.

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Avelino Martínez, ganadero de Revellinos, cuenta desde su confinamiento domiciliario la situación que le está tocando vivir. «De las cuatro personas que estamos habitualmente trabajando en la explotación, mi hermano estaba de baja por otros motivos; uno de los trabajadores dio positivo y, como habíamos estado en contacto directo con él, un segundo trabajador y yo nos pusimos en cuarentena, tal y como nos dijo el rastreador. Cuando nos dieron los resultados de la prueba él también dio positivo y yo negativo pero en cualquier caso, tengo que hacer 15 días de aislamiento».

La frase es vieja: «Al ganado hay que atenderle todos los días» y con toda la mano de obra disponible de baja, ¿quién asume la tarea? «Esto no es cosa mía», fue la respuesta del rastreador a Avelino. Y la solución ha venido por otro camino: «Mi mujer ha tenido que dejar el trabajo y contamos con otro hermano que nos está ayudando, pero tengo mi granja en manos de gente que no sabe cómo manejarla. Hacen lo que buenamente pueden en una época en la que relativamente no hay mucho trabajo pero es que en unos días comienza una paridera».

Varios días después de iniciar su confinamiento, se abrió la puerta a que el ganadero, que cuenta con 900 ovejas, pudiera acudir de casa a la nave y de la nave a casa, «sin entrar en contacto con nadie», pero unas horas después «me dijeron que la opción es que me vaya a vivir a la nave e hiciera allí el aislamiento». Con toda esa situación aparece otro problema real de fondo y es la falta de mano de obra agraria, en este caso concreto, para el ganado de leche. «Nadie quiere venir a trabajar sin problemas, imagínate en una situación así».

Avelino asume que el problema «está por todos lados, hay gente que ha mandado las ovejas al matadero, ¿qué haces si no tienes a nadie? Las ovejas hay que ordeñarlas si no, te expones a una denuncia por maltrato pero vamos, nunca las dejaría sin atender aunque tuviera que ir yo y me denunciaran», concluye.

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La Unión Regional de cooperativas (Urcacyl) ha puesto en marcha, junto con sus cooperativas, una bolsa de trabajo en la que se puedan apuntar personas con conocimientos en ordeño, con el objetivo de realizar suplencias a ganaderos que tengan que ser hospitalizados y no puedan proseguir con sus labores de alimentación y ordeño de los rebaños. De momento, esta semana no se habían inscrito más de cuatro personas.

«La gente no conoce la profesión y no hay mano de obra», afirma Jerónimo Lozano, director de Urcacyl, «nos pasó lo mismo con la campaña del esquileo».

Sostiene que un pastor hoy en día gana entre 1.200 y 1.300 euros al mes, «más casa y luz gratis y con sus correspondientes descansos o meses de vacaciones». A pesar de todas las mejoras técnicas, el oficio sigue sin atraer y, ante la posibilidad de ofrecer cursos acelerados de ordeño, aparece la realidad: «La gente que puede es la que está en los municipios y el perfil objetivo del que nos hablan son mujeres de 55 años que puedan obtener un complemento de renta porque luego hay otra gente parada que no quiere». A diferencia del esquileo que requiere además de técnica un esfuerzo físico importante, el ordeño se realiza en salas bien preparadas en las que la fuerza no entra en juego.

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Las cooperativas también han solicitado a la Consejería de Agricultura y Ganadería que excepcionalmente, en el caso de aparición de casos positivos en ganaderos que no requieran hospitalización, se considere que puedan pasar la cuarentena simultáneamente en su casa y en la explotación, dado que el ganado requiere de unas atenciones básicas .

Correturnos

Algunas cooperativas disponen de lo que se conoce como correturnos, personal contratado por la propia entidad que afronta suplencias y otras necesidades en las explotaciones de los socios. Este es el caso de la zamorana Asovino, que suma 330 socios, y entre la veintena de personas contratadas para los distintos servicios se identifican cuatro correturnos.

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«La gente se ha ido arreglando hasta el momento», mantiene Isidoro Torío, el presidente de Asovino, «pero ya nos encontramos con casos de gente» y sin dejar de mostrar su preocupación plantea el problema de siempre: «¿Dónde encuentras gente?»

Isidoro también conoce casos de ganaderos que tenían un año por delante para su jubilación y han adelantado el proceso enviando los animales al matadero, gente que irá secando las ovejas y alguno que se ha ido a vivir a la nave. «En la vida hay prioridades, ya no se trata de las pérdidas, hay circunstancias para las que no hay alternativas».

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En explotaciones grandes las posibilidades son pocas, «si sale un caso y te dan un correturno, hay que tirar de la mano de obra que haya, habrá gente que en cuarentena esté yendo porque no tengan fiebre pero ¿qué van a hacer?, la otra solución es dejar morir al ganado». Isidoro concluye que «esto no es cuestión de economía, por 15 días no se va a arruinar nadie, pero con el ganado no es tan fácil, hay que atenderlo». Sugiere que «no queda más remedio que ir con el día a día, hay gente que hoy estaba bien y mañana ha salido un contacto y no le ha quedado más remedio que hacer cuarentena».

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