Sede de la Presidencia de la Junta de Castilla y León.

Los desafíos de la Constitución Española en su 45 aniversario

«Es nuestro deber ahora seguir protegiendo lo alcanzado con diálogo, y hacerlo guiándonos y respetando fielmente sus principios»

Luis Miguel González Gago

Consejero de la Presidencia de la Junta de Castilla y León

Martes, 5 de diciembre 2023, 20:58

La Constitución Española nace con unos objetivos llenos de buena voluntad, dirigidos a la convivencia y al paso de un régimen autoritario a un sistema democrático con libertades fundamentales. Es un pacto de sensibilidades, una manifestación de la capacidad de entendimiento de los españoles hacia la armonía, donde todos cedieron para mirar hacia adelante.

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Nuestra Constitución supuso la unión de nuestros padres para alcanzar una España libre y democrática, para comenzar una época de avances no solo políticos, también sociales y económicos.

Estos 45 años pasados desde su promulgación en 1978 no restan un ápice de su vigencia. Es nuestro deber ahora seguir protegiendo lo alcanzado con diálogo, y hacerlo guiándonos y respetando fielmente sus principios. Una Constitución que establece como valores superiores, en los que se basa nuestra democracia, la libertad, la igualdad, la justicia y el pluralismo político.

Que la igualdad de todos los españoles esté por encima de cualquier peaje, que la solidaridad entre Comunidades siga en la base de nuestro actuar fraternal, y que la protección de nuestros derechos y libertades se haga dentro del estado de derecho.

«Busquemos el consenso como hicieron nuestros padres, sin generar inquietudes, discriminaciones o valladares que separen a nuestra sociedad»

Luis Miguel González Gago

Cosnejero de la Presidencia de Castilla y León

Y por último, cómo no, que la tan ansiada separación de poderes lograda en 1978 siga manteniéndose intacta, y que los distintos poderes hagan de contrapeso, y garanticen la independencia judicial y los controles del legislativo sobre el ejecutivo. Si desaparece este equilibrio que tanto costó alcanzar, se hacen imposibles los acuerdos, y se imponen voluntades.

Busquemos el consenso como hicieron nuestros padres, sin generar inquietudes, discriminaciones o valladares que separen a nuestra sociedad, y que sólo generan un ruido que nada aporta, y nos llevan a lugares y épocas que poco enseñan y nadie desea.

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Hagamos el máximo esfuerzo por mantener en España nuestro estado social y democrático de derecho consagrado en la Constitución, cuatro palabras mágicas dotadas de un completo y complejo contenido y significado.

Hoy en día la Constitución Española de 1978 es la norma de normas más valorada por los españoles. Hagamos como ellos, démosle su lugar en la Historia de España, y «olvidemos nuestra fiebre devoradora de constituciones» como decía el profesor Sánchez Agesta.

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