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La Junta de Castilla y León, a través de sus delegaciones territoriales, está comprobando uno a uno los listados de vacunación para comprobar que no se ha colado nadie de forma irregular, saltándose el protocolo. Una tarea ardua en el caso de las residencias de ... mayores, puesto que son los responsables de los centros los que añaden a los listados a aquellas personas que realizan trabajos o tareas para ellos pero no pertenecen a la plantilla fija. Así se destapó el caso del alcalde de Villavicencio, incorporado al listado oficial por pertenecer al patronato de la residencia, cuando no le correspondía. En el caso de los hospitales, cotejar los vacunados con los que se encuentran o no en primera línea, aunque sea un proceso lento, es mucho más factible. Y de ese modo han llegado ya algunas denuncias, en parte de compañeros de profesión que se sienten agraviados, que se están comprobando debidamente.
De este modo, ya ha habido al menos dos personas, un liberado sindical en Valladolid y el alcalde del municipio soriano de Matamala, que se han quedado sin la segunda dosis, tal y como amenazó la consejera de Sanidad, Verónica Casado. Y otras dos, por añadidura, en el caso del regidor soriano, puesto que también se beneficiaron del salto de turno la secretaria del Ayuntamiento y el farmacéutico. Ambos deberán esperar también el dictamen definitivo de Sanidad, que estudia los casos.
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Isabel G. Villarroel
Francisco Igea, vicepresidente de la Junta, se mostró rotundo el pasado jueves. «Nadie se va a saltar la cola. Nadie», aseveró. Y Verónica Casado aportó una justificación casi de orden moral: «Han recibido una dosis que no les correspondía y no nos parece bien quitar una dosis a una persona que la necesita mucho y que no ha sido vacunada para dársela a otro que se la ha saltado». Lo que viene a ser: ya has perjudicado a uno, no vas a perjudicar a dos. En todo caso, se estudiará el motivo por el que alguien, aparentemente, se ha saltado la lista. Eso podría conllevar que, en el proceso, si luego resulta justificado, reciba la segunda unos días más tarde de lo recomendado por el fabricante. «Se puede recomendar poner la segunda a los 28 días, pero según la ficha técnica, sería posible hasta los 40 días». Quien pase de ahí, si se ha colado, tendrá que esperar a que le toque su turno, tenga la implicación que eso tenga en un primer momento. «No contará como tener las dos, pero para quienes se han vacunado de manera fraudulenta es nuestra intención no ponerles la segunda dosis hasta que les toque», sentenció la consejera de Sanidad.
La comprobación de los posibles fraudes se va a realizar con mucho cuidado. Y es que puede darse el caso de que un profesional se encuentre en su despacho, y no tenga contacto directo con pacientes y sin embargo se considere que sí está «en primera línea». El delegado territorial en Valladolid, Augusto Cobos, indica que eso sucede con quienes los fines de semana, por ejemplo, han colaborado «formando parte de equipos de atención o de cribado» en determinadas localidades. «Algunos estaban dirigiendo y trabajando en equipos de cribado», asegura. Y en ese caso se considera que sí son «primera línea».
También hay otro caso en el que se puede imponer un «levantamiento» del castigo. Si un liberado sindical, como el que se ha quedado sin segunda dosis, se reincorpora a su puesto en primera línea de ataque contra el coronavirus, se le vacunará con la segunda inyección para que adquiera así la inmunidad completa, señala el delegado territorial.
Estos casos de picaresca han provocado mucho malestar entre el personal sanitario de la comunidad autónoma, agotado además después de casi once meses de pandemia. Augusto Cobos lo ejemplifica así: «No vale decir 'estoy en el listado de trabajadores'; si eres liberado sindical -o cargo de gestión- y no te corresponde, debes decirlo».
El sindicato médico CESM se ha pronunciado al respecto, según fuentes cercanas a la Consejería, y ha pedido que los liberados sindicales sin actividad asistencial directa se vacunen con el último grupo de personal sanitario, igual que los equipos directivos. La organización ha recomendado a sus delegados sindicales que actúen en consecuencia.
En el caso de UGT, mientras, se ha señalado que «desde el día 13 de marzo, tiene a todos sus delegados y liberados a disposición de la administración sanitaria». Esto quiere decir, añade después, que «muchos» de ellos se «reincorporaron voluntariamente a su labor asistencial antes de que la administración contactara con ellos». Miguel Holguín, secretario regional de la Federación de Servicios Públicos de UGT, anunció que «la próxima semana» volverá «a la trinchera» con sus compañeros, después de que en la primera ola, en marzo, también se reincorporara voluntariamente a l servicio de Urgencias del Clínico de Valladolid.
En este caso, sin embargo, el sindicato UGT no ha pedido pasar al último turno de vacunación porque, argumentan, «el objetivo es ser útiles al sistema y estar preparados» para cuando les llamen.
Uno de los que, de momento, se han quedado sin segunda dosis es el alcalde de Matamala de Almazán, el socialista Mariano Hernández. «Fuimos la secretaria, el farmacéutico y yo a Almazán a ponernos la segunda dosis y nos dijeron los enfermeros que no estábamos en la lista y que la consejera Casado estaba estudiando nuestro caso, y que nos llamarían desde la Gerencia de Asistencia Sanitaria de Soria porque hay un plazo de tres semanas para inocular la segunda dosis».
La Junta investiga este caso, en el que los tres interesados se pincharon la primera dosis hace 21 días «porque sobraban tres vacunas». Hernández, además, asegura que es voluntario de la residencia de mayores de Matamala de Almazán porque entra y sale del centro «a hacer labores de mantenimiento sin cobrar un duro, voluntariamente».
«Ni cobro ni tengo un contrato laboral con la residencia ni nada, lo mismo ocurre con la secretaria y el farmacéutico, y si se trata de proteger a los mayores yo creo que no he hecho nada malo, yo no pedí ponérmela, pero sobraban y la Dirección del centro así lo decidió», dijo el regidor, informa Isabel Villarroel.
En este sentido, el delegado territorial de la Junta, Augusto Cobos, refrendó las palabras de la consejera respecto a que «no sobran vacunas» porque los protocolos establecen a quién se deben inocular en el caso de que sobren dosis, si es que alguna persona de las previstas no ha podido recibirla. Por eso, no solo se castigará a los vacunados, sino a quien sea el responsable de los listados o los haya manipulado.
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