Sonríe cuando recuerda que Mañueco le llamó Pujol. Lejos de ser el líder de un CiU poderoso, Luis Mariano Santos es el procurador único de la Unión del Pueblo Leonés en unas Cortes de Castilla que no se ven sin el apellido «y León».
–España no ha sido tradicionalmente capaz de gastar el dinero que viene de Europa. Tiene un índice de ejecución muy pequeño. Hay que plantear los suficientes instrumentos como para responder de forma rápida para que ese dinero se pueda gastar. En el caso de León hay una concurrencia con aquello que se planteaba de la transición justa y debería ser importante para plantear determinados proyectos. Pero en estos momentos, incluso desde la comunidad autónoma, no se han dado pasos más allá de decir que estamos de acuerdo y que hay que plantear una política de acuerdos.
–Si hay un territorio para el que es clave ese dinero, es León.
–Hace mucho tiempo ya se planteaba que estar en esta comunidad autónoma afectaba a territorios como León y Zamora, que si estuvieran en la región leonesa tendrían derecho a participar de determinados fondos porque la renta per cápita era mucho menor de lo que es la media de la comunidad autónoma. Hay planteamientos fundamentales en cuanto a la región leonesa y que están relacionados con la reindustrialización y con la logística.
–Cuando habla de sentimiento leonesista explica que no debe confundirse con el voto a UPL.
–Somos un partido instrumental, creado para cambiar el marco territorial. Somos tan respetuosos que siempre lo hemos hecho evitando cualquier tipo de confrontación que se extralimite de la legalidad vigente, de lo que es el ordenamiento jurídico. Venimos aquí a pelear por ello y asumimos las reglas del juego. Pero nadie debe olvidar que esto es un sentimiento transversal y hay gente del PP y del PSOE y de Podemos que están, se demuestra con las mociones en los ayuntamientos, en esta clave leonesista. Otra cosa es el papel instrumental del partido. Una vez que consiguiéramos cambiar ese marco territorial, que es lo que pone en los estatutos, deberíamos replantearnos incluso si tiene sentido seguir existiendo o sus propios estatutos. Esa es la percepción errónea, sobre todo en los políticos que han gestionado esta comunidad autónoma, creer que el movimiento leonesista son los votos de la UPL.
«Hay gente que en 37 años no ha conocido otro marco territorial y es difícil explicar que no era así»
–¿Y qué pasa con Zamora y Salamanca? Porque ese sentimiento no parece estar tan vivo allí.
–No voy a obligar a nadie, como nos han obligado a nosotros, a estar dentro de una comunidad autónoma si ellos no quieren. Pero planteamos una nueva comunidad, la número 18, con León, Zamora y Salamanca. Es verdad que el dinero que ha gastado la Junta en estos 37 años en todo el proceso 'colonizador' –resalta las comillas con un gesto– para que Zamora y Salamanca olviden de alguna forma lo que sido su historia en la región leonesa, ha tenido su efecto en muchos sitios. Hay gente que en estos 37 años no ha conocido otro marco territorial que este. Es difícil explicarles que antes no era así. Nadie se preguntaría ahora mismo por qué no están Santander y Logroño. Se ve normal que tengan sus propias comunidades autónomas, pero sabemos que formaban parte de Castilla La Vieja.
–Es difícil ver desde Valladolid los agravios que se sostienen desde León.
–Hay como una intención de enfrentar a Valladolid y León que a veces hemos alentado desde las diferentes fuerzas políticas. Pero no tengo nada contra Valladolid, todo lo contrario. No se ve esa diferencia porque cuando estás en el territorio beneficiado es difícil que veas esa discriminación. Pero, por ejemplo, no hace mucho se tomó la decisión de que las camas UCI de todas las provincias se ampliaran y en León se decidió que no se hiciera. Uno puede decir que son criterios técnicos…
–Se habló de que la obra era más complicada y por eso se pospuso.
–Pero la realidad es que las UCI en León están colapsadas, muchos quirófanos se están haciendo UCI y no se atienden operaciones también urgentes y mientras tanto alguien decide gastar 4 millones en crear una infraestructura en un edificio antiguo –el viejo Río Hortega de Valladolid–, algo que en la primera oleada se dijo que no se podía hacer por razones de seguridad. Además, sin profesionales sanitarios que puedan dar servicio allí. A uno le suena a ocurrencia. Lo más lógico habría sido destinar esos cuatro millones a contratar profesionales sanitarios para todas las provincias.
–Habla del Gobierno regional pero también en el caso del Gobierno nacional ha habido dejadez con ciertas zonas. Un ejemplo fue la Ruta de la Plata, olvidada durante muchos años.
–Fue terrible. Tenían todos conectadas sus capitales y nosotros tuvimos ahí una obra que para el que quería bajar a Andalucía era terrible. Cuando hablo de la comunidad autónoma hablo de los 33 años del PP, porque ha sido monocolor, pero desde el PSOE, a nivel nacional, nunca se ha hecho absolutamente nada. Cuando tú prometes un Plan Oeste, como el de Zapatero, que era una necesidad y no un regalo, y se quedó en un proyecto que luego no se ejecutó prácticamente nada… El PSOE y el PP son partícipes de lo que está pasando y sobre todo de la crisis que se está produciendo en Castilla y León y sobre todo en la región leonesa.
«Me hace gracia que el partido que pactó con Pujol se atreva a llamar a la UPL independentista»
–Lo último que hubo fue una cumbre hispano lusa en la que se prometieron políticas para repoblar la zona de la Raya. ¿En qué quedó?
–Estas son las cosas que suelen pasar. Nos parecía ya una cosa ilógica hacer una cumbre hispano lusa en Valladolid. Parecía más lógico hacerla en Salamanca o Zamora, que son limítrofes y habría sido incluso simbólico. Si quieres tomar medidas para la Raya, que es el territorio más deprimido, simbólicamente también tendría su razón de ser hacerlo allí. Es que ni eso. Ahora se ha planteado acabar con determinadas infraestructuras. Zamora está esperando esa autovía que una Zamora con Portugal. En Portugal han hecho sus deberes, pero nosotros no. Esa relación entre el país luso y nosotros puede ser una fenomenal oportunidad comercial para dar cierto empaque económico a esas zonas. Y eso da la razón de por qué el leonesismo crece.
–Esos movimientos nacionalistas más exacerbados en Cataluña, ¿han jugado en contra del leonesismo?
–Nosotros representamos a un partido regionalista y pretendemos, desde la realidad vigente, cambiar el modelo territorial. Nunca hemos tenido dudas de que somos españoles y leoneses. Es verdad que ha habido algún movimiento pequeño, insignificante, en ese sentido, pero se ha alentado mucho esa imagen sobre todo desde la propia Junta, porque era una forma de ponernos enfrente de toda la ciudadanía. No hace mucho, en dos ocasiones, ante preguntas en la sesión de control al Gobierno, el presidente Alfonso Fernández Mañueco llegó incluso a llamarme Pujol. Me hace gracia que el partido que en su momento negoció con el señor Pujol, el PP, se atreva a llamar a la UPL Pujol o independentista. Y nos tachan de independentistas cuando nosotros luchamos por lo que queremos desde el respeto más absoluto a la legalidad vigente. Y hay gente que nos pide que seamos más contundentes, pero somos lo que somos.
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