![200 kilómetros de ida y vuelta para ocho minutos de tratamiento](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/201912/07/media/cortadas/ENFERMA-U30168374228xYC-U90893991836zzH-624x385@El%20Norte-ElNorte.jpg)
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JAVIER RUIZ-AYÚCAR
Ávila
Sábado, 7 de diciembre 2019, 08:16
Son poco más de las tres de la tarde y Rosa sale del Hospital Clínico de Salamanca muy enfadada. Ha ido a darse el tratamiento y al llegar le han dicho que la máquina está rota y que no se lo pueden dar. Es ... la cuarta vez en menos de un mes.
Rosa Barreiro es de Ávila, tiene 63 años y el pasado mes de febrero le detectaron un cáncer de mama. No le importa dar su nombre porque quiere dar a conocer la realidad que vive. «La verdad es que todo el procedimiento es muy rápido, pero el tema de la radioterapia es insufrible».
Tras varias pruebas y un demoledor tratamiento de quimioterapia del que aun no se ha recuperado, llega la radioterapia que, según explica, «no tiene los horribles efectos de la quimioterapia pero es penosa».
Esta abulense conduce todos los días hasta Salamanca (106 kilómetros desde Ávila por cada viaje) para darse un tratamiento que dura ocho minutos, y como ella los cerca de 400 pacientes oncológicos que, según la Asociación Española Contra el Cáncer, tiene la provincia de Ávila. Y su caso no es el peor.
La mayoría de los pacientes, muchos diseminados por los pueblos de la provincia, utilizan la ambulancia como método de desplazamiento para recibir su tratamiento de radioterapia en Salamanca, Madrid o Talavera de la Reina, lo que significa que cientos de personas con cáncer pasan un mínimo de seis horas diarias en la carretera, de lunes a viernes, para unos minutos de tratamiento.
En el año 2015 la Asociación Española contra el Cáncer en Ávila consideró que una capital de provincia como Ávila no podía dejar de lado el sufrimiento de estas personas y no podía seguir sin una unidad de radioterapia en su complejo hospitalario.
Ese año consiguieron implicar a la sociedad abulense, realizaron varias movilizaciones y recogieron cerca de 50.000 firmas que pedían a la Junta la implantación de este servicio.
Sin embargo, la Junta hizo oídos sordos a la petición e ignoró incluso un informe favorable de la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR) alegando que Ávila no cumplía los ratios de pacientes establecidos por los expertos. «No se puede cuantificar el sufrimiento de los pacientes en términos económicos, es un drama social», sostiene el presidente de la AECC de Ávila, José Ignacio Paradinas, uno de los máximos exponentes de esta reivindicación.
José Ignacio Paradinas | AECC DE ÁVILA
Desde la organización consiguieron extender este pensamiento al tejido social y político abulense y durante los últimos años la AECC ha ido de la mano con el Ayuntamiento y la Diputación, insistiendo al Gobierno regional en lo necesario de este servicio para los pacientes abulenses.
Paradinas recuerda con una sonrisa el 20 de octubre del pasado año 2018, cuando tanta insistencia comenzó a dar sus frutos y el entonces consejero de Sanidad, Antonio María Sáez Aguado, anunció en Ávila la intención de la Junta de implantar en la comunidad una red de unidades satélite de radioterapia que dependerían de un hospital de referencia y que comenzaría en la propia Ávila.
Esta solución significaba la ubicación en Ávila de un acelerador lineal a través de una «alianza estratégica» entre el Hospital de Salamanca y el Complejo Asistencial de Ávila, con una inversión cifrada en cinco millones de euros, que permitiría tratar al 85% de los pacientes oncológicos de la provincia y evitarles así largos y agotadores desplazamientos que hacen aun más dura su dolencia.
Tras la alegría vino la preocupación por los plazos. La idea expuesta por Sáez Aguado contemplaba su ejecución en 2019, y si bien el pasado mes de marzo se aprobaba el Plan Funcional para la implantación de la unidad satélite y en mayo se licitaba la redacción del proyecto, la incertidumbre política de las citas electorales llevaba el silencio a la Administración y arrojaba de nuevo sombras sobre los plazos de ejecución.
No fue hasta el mes de septiembre cuando la nueva consejera de Sanidad, Verónica Casado, volvió sobre el tema, y no con buenas noticias, puesto que en ese momento no pudo asegurar la implantación del servicio antes de 2022. Más tarde reconocería que fue la precaución la que guió sus palabras, pero estas fueron suficientes para que la AECC de Ávila reaccionara enviando a la consejería un documento en el que proponían solapar los distintos procedimientos para acortar los plazos, así como solicitando una nueva reunión.
A pesar de la preocupación, a finales de octubre llegó la noticia de la adjudicación del proyecto a la propuesta presentada por Healthcare Arquitectos, SLU. y valorada en 84.300 euros, lo que abría la puerta a la esperanza e incitaba a pensar en la inminente presentación de un calendario de actuaciones muy deseado.
Finalmente el pasado lunes 2 de diciembre la Asociación Española contra el Cáncer en Ávila, el Ayuntamiento de la capital y la Diputación Provincial se encontraron de nuevo con la consejera de Sanidad esperando recibir el ansiado calendario, y no salieron decepcionados del todo.
Verónica Casado explicó que la adjudicación de la obra se llevará a cabo en primavera, en torno al mes de abril, y que durante estos meses, y siguiendo las recomendaciones de la AECC, se superpondrán los trabajos para dotar de suministros a la unidad, de manera que los plazos se acortarán sensiblemente con el objetivo de que la obra esté concluida a finales de 2020. Con la realización de las pruebas pertinentes, en 2021 podrían aplicarse los primeros tratamientos.
Rosa ya ha terminado su tratamiento y con suerte pronto lo habrá olvidado, pero cuatrocientos enfermos de cáncer siguen esperando en Ávila a poder olvidarse también de los penosos desplazamientos que ahora conlleva su padecimiento.
El nuevo servicio ya dispone de localización. Se levantará junto al Hospital Nuestra Señora de Sonsoles, en lo que ahora es un edificio exento que alberga los historiales clínicos, que ya están siendo trasladados. Este lugar pronto acogerá unas instalaciones 470 metros cuadrados con tres áreas –la de tratamiento, la de planificación, dosimetría y control, y la administrativa– para una población de referencia de 151.175 tarjetas sanitarias y 345 pacientes de media en los últimos cinco años.
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