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David Castaño (Cs) habla con Salvador Cruz (PP) durante el Pleno. RUBÉN CACHO-ICAL

La Junta de Castilla y León pedirá al Gobierno que no haya indultos para los presos del 'procés'

Las Cortes aprueban, con oposición de PSOE, Podemos y la no adscrita, que el Ejecutivo autonómico exija que se cumplan las penas

Antonio G. Encinas

Valladolid

Jueves, 10 de junio 2021, 07:06

Luis Mariano Santos, procurador de Unión del Pueblo Leonés, dijo que el asunto catalán no iba con él. Que a las Cortes de Castilla y León él va a hablar de otras cosas, como la despoblación de su territorio, la baja tasa de industrialización o ... el hospital de El Bierzo. «Mañana tocará Rociíto o lo que ustedes planteen», atizó. Y no votó.

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En el Diario de Sesiones, sin embargo Cataluña es una constante. Unas veces por comparativa estadística. Otras veces porque se habla de la siempre reivindicada reforma de la financiación autonómica, que nunca llega y que perjudica a Castilla y León, despoblada y vasta. Y de cuando en cuando, directamente, por el secesionismo. En este eterno retorno azorinesco que se vive en el hemiciclo fue Raúl de la Hoz (PP) el que presentó la proposición no de ley para reclamar al Gobierno que no indulte a los presos del procés independentista. Como no se trataba solo de indultos, sino de aprovechar la inercia para golpear al PSOE, el portavoz popular planteó la cuestión con dos líneas. Una, pedir el voto individual para que los responsables del PSOE quedaran bien grabados en el 'youtube' de las Cortes diciendo «no» a la PNL, que es como un «sí» a los indultos. Dos, poner a Luis Tudanca, secretario autonómico de los socialistas, ante su reflejo de 2017. Leyó literalmente. «En septiembre de 2017, en el Diario de Sesiones: 'Por eso vamos a apoyar esta proposición: porque defendemos la ley y su cum¬plimiento, y porque no queremos que nadie pueda y deba trocear la soberanía y decidir por todos, pisoteando los derechos de las minorías'». De la Hoz remarcaba así el «sí» del POSE; hace menos de cuatro años, a una proposición no de ley que buscaba «instar a la Junta a manifestar el rechazo a los actos antidemocráticos y anticonstitucionales producidos por el Parlamento de Cataluña, solicitando al Gobierno la adopción de cuantas medidas sean necesarias para evitar el referéndum secesionista».

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Claro que De la Hoz se dejó parte del discurso de 2017 de Tudanca. Porque, aunque el voto entonces fue a favor de tratar de impedir lo que luego no se pudo impedir, el líder socialista ya abogaba entonces por el argumento que este miércoles repitió su compañera Patricia Gómez Urbán desde el atril. «Pero a los nacionalistas no se les va a derrotar solo confrontando otro nacionalismo, así que pensemos cómo persuadimos a todos aquellos que quieren quedarse, vamos a convencerles de que queremos seguir este viaje juntos», dijo entonces Tudanca. Y añadió lo del diálogo y la reforma de la Constitución, que el PSOE aún maneja.

El asunto catalán es la piedra de desgaste del Gobierno central. Tras el triunfo de Isabel Díaz Ayuso y los encontronazos entre el Ministerio de Sanidad y las autonomías a cuenta de la pandemia, la fractura del independentismo es la cuña que PP, Ciudadanos y Vox quieren forzar para trizar el frágil equilibrio de un Ejecutivo cimentado sobre acuerdos entre nueve siglas distintas. «Lo que ha ocurrido es que el señor Sánchez se siente en la necesidad de dar cumplimiento a los compromisos que adquirió con quienes le pusieron en la Moncloa», dejó claro De la Hoz. «Quiere conceder indultos a quienes no se han arrepentido, y está dispuesto a despenalizar la sedición para que Puigdemont pueda volver a España y reírse de todos los españoles», concluyó.

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Ocurre que en la búsqueda de ese aprovechamiento político del asunto catalán hay algunos gestos que pueden tener un coste. Por eso el PP no aceptó la enmienda que proponía Fátima Pinacho, de Vox. «Donde dice 'las Cortes de Castilla y León, expresando un respaldo institucional y absoluto a la Constitución y al resto del ordenamiento jurídico español como garantes de la integridad y unidad de la nación y del estado de derecho y la democracia en nuestro país'», leía la procuradora, quería que se escribiera «expresan su absoluta defensa de la unidad de la nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, en la que se fundamentan la Constitución, el estado de derecho y la democracia en España».

No hubo lugar. En el PP hay discrepancias sobre cómo aprovechar la segunda foto de Colón sin que parezca un remedo de la primera foto de Colón, junto a un Cs en caída y a un Vox que se presenta como rival, sobre todo en Castilla y León, donde trata de expandir su estructura. Isabel Díaz Ayuso estará, pero no así Feijoó, líder gallego, o Alfonso Fernández Mañueco, presidente de la Junta de Castilla y León. Y esa, de hecho, es la base de la defensa al ataque del PSOE, como demostró Patricia Gómez Urbán. «Ustedes no tienen ningún interés en solucionar el conflicto catalán, solo en disputarse el espacio con la ultraderecha», replicó a De la Hoz. Y por segunda vez en la sesión plenaria volvió a sacar a escena a María Dolores de Cospedal, alabada antaño por Mañueco y ahora imputada junto a su marido en el caso Kitchen. «El señor Mañueco, como es muy y mucho de Cospedal, acudirá en diferido a Colón», espetó.

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En la votación, 42-38, con PP, Cs, Vox y Por Ávila a favor de transmitir al Gobierno la exigencia de no indultar a los presos del procés y con UPL en modo mutismo., además de un sinfín de coletillas a los síes y noes que provocaron algarabía, llamadas al orden y mucho ruido.

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