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He aquí un peregrino entre peregrinos en su Burgos del alma. Jesús Aguirre, burgalés de pura cepa, que a sus 59 años cumple doce como ... presidente de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Burgos. Su depósito vital se llena cada mañana cuando asoma a la puerta del Albergue de Peregrinos de la ciudad del Cid y contempla la impresionante, bella e imponente imagen de la Catedral, que este 2021 cumple ocho siglos. Y es desde ese punto urbano donde la vida cobra sentido para él por encontrarse en plena ruta jacobea, tránsito de millones de personas de los lugares más insospechados del mundo hacia Santiago de Compostela, cuyo trato permanente le ha enriquecido, no solo como el historiador que es, sino sobre todo como persona.
–¿Xacobeo, Jacobeo, Año Santo, Jubilar, Compostelano...?
–Yo diría Año Santo Compostelano o Año Jubilar Compostelano. Lo que se celebra es un año de gracia, de perdonanza, donde el Camino de Santiago es en esencia espiritual. Un camino de peregrinación, que tiene una meta, la tumba del apóstol. Coincide este 2021 en la ciudad Burgos con otro año santo extraordinario, el año jubilar de la Diócesis Burgense, con motivo del octavo centenario de la Catedral. Coinciden estos dos años santos como coinciden en Burgos la Catedral y el Camino de Santiago. Son los dos patrimonios mundiales que tiene la capital burgalesa.
–Y Atapuerca.
–Los Yacimientos están en la Sierra, aunque en la ciudad de Burgos tienen un buen exponente, el Museo de la Evolución Humana.
–Es imposible concebir Burgos sin el Camino...
–El Camino de Santiago tuvo siempre trascendencia para Burgos, porque supuso que una ciudad en origen castillera, en la repoblación de Alfonso III de Asturias, con el conde Diego Rodríguez Porcelos, allá en el año 884, se hizo la fortaleza en ese avance hacia la línea del Duero, luego con el Camino de Santiago pasó a ser una ciudad comercial, más dinámica, abierta a Europa. Y de allí nos llegó también, ahora que estamos celebrando el VIII Centenario de la Catedral, la influencia del arte gótico. El Camino de Santiago nos ha vinculado siempre con Europa, un camino abierto, de libertad, de tolerancia y esperamos, yo desde luego lo espero confiadamente, que este Camino vuelva a retomar el impulso y el dinamismo que ha tenido siempre.
–Para el dinamismo, malos tiempos estos de pandemia...
–Sin lugar a dudas. A causa de la pandemia hemos sufrido toda la sociedad a nivel sanitario, y todos hemos de expresar nuestro pesar por las víctimas; hemos sufrido económicamente todos, y también el Camino de Santiago se ha resentido mucho. Y estamos hablando de un camino que asienta población en la España vaciada porque ofrece unos servicios a un público que es itinerante, los peregrinos, que pasan y necesitan esos servicios.
–¿Cree de verdad que se asienta población en los pueblos del Camino?
–Evidentemente; si demandan unos servicios, se queda la población, hay mayor oferta para esta gente que transita por el Camino. Estamos hablando tanto de la España despoblada en esta Castilla nuestra, que el Camino de Santiago es un revulsivo también económico.
–Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Burgos. ¿Necesita amigos el Camino? ¿Para qué los necesita?
–Indudablemente... El germen fue gracias a personas como Elías Valiña, como José María Alonso Marroquina, que empezaron a impulsar el Camino, que era harto desconocido. Fueron las asociaciones del Camino las que empezaron a gestar ese impulso y ese dinamismo. Luego se sumaron al carro las administraciones. Hay que crear unas sinergias para impulsar, para dinamizar el Camino de Santiago. El Camino no es meramente de peregrinación, como lo fue en la Edad Media: son ya más de mil años en los que se ha enriquecido con historia, patrimonio, muchos lo hacen por gastronomía o paisaje.
–El Camino hunde sus raíces en la tradición cristiana. ¿Le ha ido comiendo terreno el laicismo?
–Sí, sí.
–¿Y puede acabar con la esencia del Camino?
–Siempre digo que si el Camino pierde su esencia, como en todo si se pierde la esencia y la razón de la existencia, ya me sobra un poco. Es algo filosófico. El Camino de Santiago es ese reencuéntrate contigo mismo, conócete a tí mismo, ponte en camino y, a partir de ahí, ve interiorizando y profundizando en cosas de las que ahora mismo estamos dispersos.
–¿Dispersos como seres humanos?
–Estamos en una sociedad en la que la noticia de ahora ya no es dentro de diez minutos. El ayer ha pasado, el hoy está pasando y el mañana parece que viene, pero como que no es. En esta sociedad de continuos cambios, el Camino de Santiago contribuye también a que la gente tenga un conocimiento de reflexión, de interiorización, de profundización y también de espiritualidad, de interiorizarte en tí mismo. Mucha gente lo hace a nivel turístico, pero a mí me gusta diferenciar el turista del peregrino.
JESÚS AGUIRRE
–¿Tiene el peregrino algo de turista?
–Que pasa por ciertas localidades, consume y deja un dinero.
–¿Y el turista qué tiene de peregrino?
–El turista no tiene nada de peregrino. El peregrino va haciendo el Camino de Santiago; el turista va buscando otros alicientes, a nivel de lo que sea, patrimonial, gastronómico, lo que sea. El peregrino va buscando un poco la esencia del Camino, esa raíz religiosa que reivindicó Juan Pablo II en Compostela cuando llamó a ese vínculo de unión de los pueblos europeos y que, en esencia, también se está perdiendo un tanto, aunque lo recuperan los peregrinos cuando van haciendo el Camino de Santiago poco a poco. Pero indudablemente el aspecto laico es el que domina. A ver, un 'turigrino', mezcla de turista y peregrino... A un peregrino no se le puede computar a modo estadístico como turista, aunque consume y hace una pernoctación. Pero hay que diferenciarlo del turista al uso, que viene buscando otras cosas.
–¿Cuánto de bueno o malo han tenido sobre el Camino de Santiago las promociones turísticas?
–Voy a ser positivo: la dinamización del Camino de Santiago fue también, y ahora estamos viendo cómo los gestores a nivel administrativo lo están centrando, a nivel de turismo en las comunidades autónomas. No voy a decir que eso sea malo porque es potenciar el Camino, dinamizarlo, impulsar un camino que es multidisciplinar. Pero hay que diferenciar: no es el peregrino un turista al uso, aunque apoyamos todo lo que sea la promoción y más en estos tiempos de postpandemia, donde el resurgir del Camino estamos viendo que está siendo poco a poco.
–En pleno siglo XXI, en una sociedad tan internetizada y con una pandemia que lo acogota todo, ¿qué ofrece el Camino?
–Ahora mismo aire, renovación. Hemos estado con la mascarilla, recomiéndonos el CO2. De ahí que el Camino sea esa apertura, ese aire limpio, esa luz, ahora que estamos con Lux en Las Edades del Hombre, ahora que estamos viendo la luz al final del túnel. Es un poco ese reencontrarnos con lo que más de un año hemos dejado en la cuneta.
–Para usted, ¿qué es el Camino?
–Como historiador le diría que es una ruta de peregrinación plagada de patrimonio y arte que nos han dejado como poso durante muchos siglos. Es la calle mayor de Europa, con magníficos ejemplos de arquitectura románica y gótica. Es un espacio donde uno se reencuentra con uno.
–¿Ha llegado a reencontrarse consigo mismo en el Camino?
–Indudablemente. Ese 'aislamiento', esa realización de tu Camino, donde te vas encontrando con gente, vas haciendo amistad, pero también te da lugar a pensar y a desconectar de esta rutina cotidiana que a veces nos estresa y también nos ayuda a nivel interior. Hace poco nos han confirmado que la sociedad está consumiendo cada vez más ansiolíticos; pues realmente no voy a decir que la terapia sea hacer el Camino de Santiago, pero creo que también es conveniente desconectar, la necesidad de aire fresco y limpio.
–Cuando dice 'aire freso y limpio' esta metaforizando, ¿no?
–Claro, claro, evidentemente. Aire fresco y limpio para desconectar uno mismo.
–Usted está en contacto permanente con peregrinos de todo el mundo todo el año. Del Jesús Aguirre que comenzó hace 12 años a presidir la Asociación de Amigos del Camino de Santiago en Burgos al Jesús Aguirre de ahora, ¿hay cambio?
–Sí, claro que sí. El punto de vista que yo tenía hace un tiempo, indudablemente, por distintas circunstancias ha ido cambiando y se ha ido enriqueciendo. Antes podía ser más negativo. También me han dado de leches, pero siempre lo dejo a un lado, intento ser positivo, avanzar como el caminante. Hay que mirar siempre al futuro con ilusión, con esperanza, con optimismo y con experiencia adquirida.
–¿A una asociación como la que usted preside le hacen caso donde deben hacérselo: instituciones civiles, religiosas, etc?
–Me siento muy orgulloso de presidir una asociación como esta y de representar a sus 590 socios...
–¿De pago?
–De pago, de pago. 590 socios. Gestionamos el albergue de Burgos. Pero cuando llamas a las instituciones, a veces predican y no dan trigo. La Junta de Castilla y León antes daba ciertas ayudas a las asociaciones del Camino; desde la pandemia, no sabemos nada. A nivel del Ayuntamiento de Burgos, tenemos una cantidad pendiente, que lleva enrocada en la Intervención desde no sé hace cuánto tiempo... Así estamos.
–¿Y con la Diputación? Le pregunto porque ustedes llevan bastante tiempo pidiendo andaderos para tramos peligrosos para el peregrino por los coches...
–Hay que reconocer al César lo que es del César... El Ayuntamiento de Burgos ha hecho muchas actuaciones muy positivas en tramos urbanos del Camino de Santiago y estoy seguro que también va a hacer mejoras de la señalización. Y hay algunos técnicos municipales que hacen una labor excelente. Con la Diputación, a nivel cultural es la única que nos ha ayudado este año con una subvención. Y con lo de los andaderos tengo confianza. Quiero ser positivo. Son varios andaderos: de Agés a Atapuerca, de Ravé a Tardajos, de Cardeñuela a Villafría y de Hontanas-Castrojeriz. Confío en que algún día se hagan realidad. No costaría tanto.
JESÚS AGUIRRE
–¿Con qué horizonte temporal, después de 12 años, trabaja al frente de la asociación?
–He de reconocer que estoy un poquito cansado. Este último año me ha agotado un poco porque he visto que no ha habido respuestas a nuestras demandas. Me siento muy satisfecho de presidir la Asociación, me encanta el Camino de Santiago; me gusta, lo vivo, pero los años pesan y también lo que vas pasando en esta gestión. Cada vez se requieren más papeleos y trámites, más compromisos con unos y otros... Y es una actividad en la que todos somos voluntarios. Sería muy interesante que alguien tomase las riendas. A mí me encantaría alguien con voluntad que me sustituyera en el cargo. Es un tanto difícil por lo que yo he estado un poco palpando. Éstos son cargos con cargas.
–¿Don sin din?
–¡Efectivamente!
–Tras más de una década al frente de esta asociación y con las ventajas de reflexión que da el Camino de Santiago, ¿ya ha pensado qué quiere ser de mayor?
–¡Si ya soy mayor! Quiero llegar a ser feliz en esta vida, a vivir y dejar vivir y a disfrutar realmente de lo que nos ofrece la vida, entre ello también el Camino de Santiago.
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