He aquí un hombre del Renacimiento que vive en el siglo XXI. Javier Cantera, palentino de Saldaña, doctor en Psicología, licenciado en Derecho, máster en Dirección de Personas, máster en Recursos Humanos y presidente de Auren Consultores (primera firma española de servicios profesionales), con 450 ... personas a su cargo. Preside la Fundación Personas y Empresas y ha impartido, e imparte clases, entre otros, en el IE, la Universidad Complutense, la Cámara de Comercio de Madrid, la Escuela Europea de Calidad de Milán, la Universidad Antonio de Nebrija y la APD. Es autor de más de veinte libros sobre Psicología y Recursos Humanos y, a sus 60 años, se define como militante activo en la Psicología positiva y «optimista realista». Ahí es nada para los tiempos que corren.
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–Es imposible que usted no tenga el secreto de cómo gestionar el tiempo de manera eficiente.
–Tengo una máxima: el tiempo no existe.
–¡Ahora sí que me ha matado!
–Cuando lo digo la gente se ríe de mí, pero siempre afirmo que cuando quiero hacer algo se lo doy a gente que está ocupada.
–Anda, ¿y eso?
–La gente que está ocupada es la que luego saca el trabajo. Ya lo decía el doctor Marañón: hay que ser trapero del tiempo.
–¿Trapero del tiempo?
–Hay que sacar tiempo en cualquier momento y situación.
–Le gusta presentarse como «leonardino y tintinólogo». Leonardino, de Leonardo da Vinci. ¿Cómo se hace uno leonardino y para qué?
–Leonardo tenía un concepto, que me encanta: ser polimata. Sé que si eso lo digo en mi pueblo me pegan... (Ríe) Un polimata es aquella persona a la que le gusta aprender de todas las cosas y yo intento aprender de veinticuatro mil cosas. Me encanta leer: tengo 15.000 libros, es mi pasión. Me gusta estudiar temas de lo más variopinto y aplicarlo todo al mundo de la Psicología. Tengo una dieta: leo un libro al día.
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–¡Venga ya! ¿Un libro al día? ¿De verdad?
–Un libro al día.
–¿Cómo es posible leer un libro al día?
–Me levanto a las 6 de la mañana y después de hacer un poco de boxeo...
–...¡¿Boxeo?!
–Me pego por la mañana en un 'punching ball' para no pegarme con nadie el resto del día. Y después, me pongo a leer.
–¿Qué libro ha leído hoy? (Es mediodía en el momento de la entrevista).
–He empezado 'Los últimos caminos de Antonio Machado'. Me falta la mitad de leer, pero lo acabaré hoy. Estoy aplicando a los temas de liderazgo alguno de los principios que tenía AntonioMachado en su famoso Juan de Mairena. Acabo de escribir sobre una cosa que me encanta que él decía: «La verdad es la verdad, dígalo Agamenón o su porquero». Claramente eso me sirve mucho para analizar a esa gente que se cree que por ser líder lo tiene que aplicar. O eso otro de: «Sé modesto; yo os aconsejo la modestia o, por mejor decir, yo os aconsejo un orgullo modesto». Siempre lo aplico: ser orgulloso y ambicionar lo que quieres ser, pero desde la modestia de lo que eres.
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–¿Eso es ser leonardino?
–Ser leonardino es utilizar muchos conceptos transversales, bridarlos e intentar el mejor conocimiento posible.
–¿Ir por la vida de tintinólogo (Tintín, personaje de historietas creado por Georges Remi Hergé) qué le reporta?
–A Tabanera de Valdavia, de donde eran mis abuelos, en verano iba con mis álbumes e historias de Tintín y yo soñaba, viajaba por el mundo a través de Tintín. Esa afición se fue haciendo más fuerte y ahora soy un poco friki de los temas de Tintín. Incluso estoy en algunas asociaciones de expertos de Tintín. Somos gente muy variopinta.
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–¿Es una manera de escape o una afición llevada al extremo?
–Es una frikada.
JAVIER CANTERA
–Con las cifras de cierres de empresas, de aumento del paro, con el virus rodeando al ser humano, ¿emprender es casi utopía?
–Me defino como palentino, psicólogo, empresario, leonardino y tintinólogo. Creé mi primera empresa con 19 años, luego he sido empresario toda mi vida. Ser empresario es ser un ser social, porque generas riqueza social. Desde marzo he creado tres empresas y estoy orgulloso de ellas: han generado cuatro puestos de trabajo, que no es mucho, pero ahí están. Pero no me considero tanto emprendedor como empresario porque el emprendedor empieza muchas cosas y a mí me gustan las empresas que se mantienen.
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–¿Qué ha sido de la que creó con 19 años?
–Todavía se mantiene: 41 años de vida. Es muy importante emprender, consolidar y mantener.
–2008 trajo una dura crisis financiera; empezábamos a salir a flote y llegó la pandemia. El refrán dice que no hay dos sin tres. ¿Corre el ser humano el riesgo de vivir ya en modo catástrofe?
–¡Es que la historia de la Humanidad era esto! Lo que era irreal es lo que vivíamos anteriormente, una Arcadia feliz, pensar que la historia humana es una historia de éxito. Eso nos sitúa en nuestra verdadera dimensión: la vulnerabilidad del ser humano. Pero lo que siempre sale después es una actitud potente para desarrollarlo.
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–¿Cómo encontrar una arista positiva en el entorno cuando a diario no recibimos más que noticias de infectados, ingresados y muertos por la covid-19?
–El ser humano siempre ha estado al borde de las crisis y hemos de saber gestionar la adversidad. Hay un término que viene de la Física, que lo usamos los psicólogos y que ahora lo empiezan a usar los economistas: resiliencia. Tiene que haber esa actitud de saber levantarse siempre ante las adversidades. El problema que podemos tener es que todos pensábamos que la generación que nos sigue iba a vivir mejor que nosotros, igual que nosotros vivimos mejor que nuestros padres.
–Y no va a ser así, ¿verdad?
–Si algo hemos aprendido de la evolución humana es que los que sobrevivían no eran los más fuertes, ni los más listos, sino aquellos que tenían mayor capacidad de cambio y de adaptación. De grandes crisis surgen grandes oportunidades.
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–Lo que pasa es que para hallar oportunidades ahora... En fin...
–Yo estoy viendo muchas oportunidades.
–Pues ya dirá dónde...
–Por ejemplo, en los empleos verdes. Por ejemplo, en la posibilidad de que demográficamente este país avance para que la España vaciada no lo esté tanto. Hay movimientos importantes de gente que vuelve a los pueblos. Es verdad que soy optimalista...
–...¡Optimalista!
–Milito en la Psicología positiva y me declaro optimista realista: Realista porque soy palentino, pero muy optimista, siempre intentando ver la cara más positiva que tiene una realidad; la otra cara no me sirve para nada.
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JAVIER CANTERA
–Gestionar la adversidad y, además, de forma positiva es harto complicado. ¿Quién nos enseña?
–Hemos vivido una etapa muy idílica en la que no hemos apreciado los elementos naturales existentes.
–Ponga un ejemplo, que si no...
–Todos mis hijos viven la muerta de una forma muy diferente a como la vivo yo. La muerte es un proceso natural que a nadie nos gusta, pero es un proceso que surge, como la vida, y qué suerte hemos tenido de vivir.Pero eso está cambiando con la pandemia, que nos está haciendo plantear el sentido de la muerte: la gestión del duelo, que no se puede hacer por la pandemia, la idea de que el duelo se hace internamente, la metáfora de saber superar el duelo de una muerte cercana.
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–Muchos encuentran un motivo de queja en no poder salir por la covid-19.
–Ya, pero, ¿qué casas tenemos? ¿Qué cantidad de canales de televisión hay? ¿Y de medios por los que informarse? No es para quejarse. ¿Dónde estaría la queja?
–Usted dirá...
–En el hambre que se genera por la crisis, en la parte económica, y ahí la solidaridad europea está encima de la mesa: soy muy optimista por esos fondos que van a venir. Otra cosa es la gestión que se haga de ellos, pero ahí tenemos la potestad política de cambiar o no un gobierno. Lo que está claro es que en estos momentos no estamos solos, nadie nos va a dejar abandonados. Lo que hemos de hacer es tener imaginación, nadie te va a dejar dinero si no das valor añadido, si no creas nuevos conceptos, nuevas empresas, nuevas ideas, nuevas pymes y nuevas situaciones: ¡Es a lo que tenemos que estar!
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–¿Corremos el riesgo de que acabemos como marionetas en manos del contexto?
–Creo mucho en el ser humano y creo mucho en el español. Los españoles somos gente osada, que improvisamos muy bien, también hay que decirlo, y tenemos una capacidad enorme de innovar, de gestionar cosas novedosas. Soy optimista.
–Pero admitirá que tenemos nuestras particularidades...
–Claro, claro. No pidamos que el español sea una persona que genere empresas de mucho futuro. Somos el país europeo que más empresas creó el año pasado y, a la vez, el que al tercer año de su vida muchas de esas empresas ya no están. Creo que no vamos a tener problemas para salir de la crisis, pero dejemos de ser pazcuatos y de mirar solamente el ombligo de ser españoles. Y si vamos ya a cada comunidad autónoma... Yo soy del mundo, soy cosmopolita de Palencia.
–Como autodefinición es original, la verdad: Cosmopolita de Palencia.
–Nací en un entorno local, pero nadie puede ser localista o nacionalista. Lo siento: no soy antinada, pero el nacionalismo no me gusta. Y creo que una de las cosas que hay es que en un futuro ser europeo es algo que me caracteriza porque ser europeo significa una cultura, unos valores que, ahora lo estamos viendo, tienen una gran diferencia con los americanos, con los asiáticos y con otros valores mundiales. Me siento muy identificado con el humanismo europeo.
JAVIER CANTERA
–Usted ha escrito: «La digitalización hace que la experiencia tenga un valor relativo»: ¿Adiós a una época, a una virtud, a una esencia, a un logro, a aquello de la experiencia es un grado, y bienvenida decepción de los trabajadores con experiencia?
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–No. El gran problema que hay es que un trabajador se considere inmaduro. Yo tengo 60 años y estoy todo el día aprendiendo. ¡Y no sé cuándo voy a acabar de aprender! La idea del aprendiz eterno. El becario senior. El elemento de la digitalización es que la experiencia vivida como se vivía antes se está reformulando, ahora tiene otro valor.
–¿Que se concreta en qué?
–La persona que se ha digitalizado y tiene experiencia anterior, vale; pero aquella persona que no cree en la digitalización o la niega tiene el gran problema de que su experiencia anterior no vale en el mundo actual.
–Ilústrelo con un caso.
–Ahora, en la promoción de libros se impulsan los podcast. El otro día hice un podcast de mi último libro y en esa semana se vendieron 400 ejemplares. Bienvenida la digitalización, pero bien usada. Y ahí prima el humanismo tecnológico.
–¿Humanismo tecnológico?
–Abunda en ello la obra 'Menos Tech y más Platón', de Scott Harley, que dice que en el futuro necesitamos dos perfiles: el Techie, que sabe de tecnología, y el Fuzzi, que es el de las ciencias sociales. Y se pregunta: ¿Por qué a los hijos de las grandes personalidades de Silicon Valley les hacen aprender latín? ¿Por qué en un momento determinado perfiles de ciencias sociales es lo que más han contratado en Silicon Valley? Porque tanta tecnología no vale nada si no está aplicada a las personas.
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–A la par que la digitalización camina la robotización. ¿Pobre ser humano? ¿Digitalización y robotización juntas pueden estar empezando a marcar el final de la especie humana?
–¡Al revés! Creo que es una gran potenciación de la especie humana. Los robots van a hacer un trabajo que nosotros no querremos hacer y de la sustitución de esos trabajos van a surgir otros, pero diferentes. La robotización está muy asociada al nivel de formación que hemos de tener y eso es una de las mayores preocupaciones en este momento. Y tendrá que surgir alguien que deberá entender de la relación hombre-robot. Ya no vamos a tener solo compañeros personas, sino que también habrá compañeros robots. Y a su vez, habrá jefes robots. Un robot podrá ser un mando intermedio.
–¿Nadie queda a salvo en la cadena de mando?
–Un robot puede hacer un análisis de información estratégica, aunque la estrategia la marcará una persona. Pero en las plataformas interactivas, ¿quién es jefe del que manda en un momento dado a una persona recoger una comanda en un sitio y enviarla a una casa? Un robot.
–Qué miedo da eso...
–Eso no nos debe asustar, son trabajos operacionales, de distribución. Las dos cosas que nunca vamos a dejar de tener las personas frente a un robot es imaginación y conciencia de sí mismo. Eso sí, el concepto de trabajo va a cambiar y la reducción del tiempo de trabajo va a ser cada vez mayor. La idea de que el trabajo tiene que cambiar y que no va a centrarse en ir a un sitio concreto.
–¿Y las cotizaciones a la Seguridad Social? Hay un debate ya en marcha sobre si deben cotizar los robots que suplan trabajos humanos.
–Estoy en un grupo, que hemos creado hace poco, que se llama grupo de cibercotizantes, y estamos pidiendo que en el Pacto de Toledo se tenga en cuenta la robotización a la hora de calcular la Seguridad Social. Las grandes empresas como Google no tienen empleados o tienen muy pocos aquí; sin embargo, están sacando mucho dinero de este país. Con lo cual, hay que cambiar el modelo de contribución de las empresas a la Seguridad Social.
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–Con lo que lleva vivido, con su formación, con la experiencia que acumula, alguien que como usted lee un libro al día, ¿tiene ya claro qué quiere ser de mayor?
–Aprendiz eterno.
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