Renta

Cada vez hay más ricos en Castilla y León: el triple que hace una década

Los datos de Hacienda se corresponden con las declaraciones de 2022, es decir, las que se presentaron el año pasado. Y revelan que en 2023 había 284 contribuyentes autonómicos con unos ingresos anuales superiores a los 601.000 euros, prácticamente tres veces más que los que se contabilizaron hace diez años. Por entonces los miembros de ese exclusivo club no llegaban a cien: eran 96, según la explotación estadística del IRPF de 2012.

Si en lugar de irnos tan lejos hacemos la comparación con el año pasado, el resultado también es de lo más llamativo. Los potentados se han incrementado nada menos que el 24% en la región en comparación con los que había un ejercicio antes. En concreto, se han incorporado 55 liquidaciones más al tramo más elevado del Impuesto sobre la Renta en los últimos doce meses. La media de los ingresos de los más pudientes de Castilla y León, por cierto, es de 300.739 euros. Multiplica por 13 el promedio general, que es de 24.125 euros.

Que las cosas les van mejor a los que más tienen es algo que también se cumple en el resto de España. De hecho, los contribuyentes que declararon más de 601.000 euros en concepto de retribuciones dinerarias el año pasado fueron 15.186, el 24,7% más que un año antes (cuando 'se limitaban' a 12.178). Respecto a hace una década el crecimiento también ha sido exponencial, porque en aquel momento únicamente eran 4.618.

Con todo, hay que hacer una precisión importante: los auténticos millonarios –el ejemplo paradigmático es el magnate de Inditex Amancio Ortega– no figuran en la estadística de la Agencia Tributaria, porque no tributan en el IRPF sino a través de las sociedades que constituyen el núcleo de sus negocios. De hecho, según el Informe sobre la Riqueza Mundial 2024 del Instituto de Investigación Capgemini (que no tiene desglose autonómico), el número de ricos que hay en España asciende a 250.600 personas, entendidos como tales los que poseen un capital superior al millón de dólares excluida la vivienda habitual. En ellos no ha hecho mella ninguna de las grandes crisis que ha padecido la humanidad en los últimos tiempos, de la pandemia a las guerras.

Lo que sí constatan los números de Hacienda, y además sin discusión, es que el grueso de los contribuyentes se concentran de la mitad de la tabla para abajo. La mayoría de los 1,3 millones de declarantes del Impuesto sobre la Renta que hay en la comunidad se encuentra en la franja que va de los 12.000 a los 21.000 euros (288.392, el 21,9% del total). Con unos ingresos de entre 6.000 y 12.000 euros figura el 10,6% (139.573 liquidaciones), en la banda de 1.500 a 6.000 euros está el 14% (183.778) y otro 6,4% (84.631 declarantes) notifica entre 0 y 1.500 euros.

A estos porcentajes hay que añadirle el 4,4% de los que tienen unos rendimientos cero o negativos, que son 58.310. El resultado es que en los cinco segmentos inferiores del IRPF se concentran 754.684 castellanos y leoneses, el 57,4% de los 1.315.508 que rindieron cuentas a Hacienda el año pasado. O lo que es lo mismo, casi seis de cada diez. Se trata de una proporción muy similar a la que se desprende del análisis de los datos del conjunto del país, que se sitúa en el 56,2%.

Estas cifras contrastan con las de la parte alta de la clasificación tributaria, y en especial con lo que representan los más acaudalados sobre el conjunto de los contribuyentes de la región: en términos relativos equivalen a un exiguo 0,02%, bastante por debajo del peso que tienen a nivel nacional, que es del 0,07%. Esto es tanto como decir que aquí también hay ricos, pero menos que la media.

Con todo, del examen detallado del frío cómputo de la Agencia Estatal de la Administración Tributaria se desprende una lectura positiva. Hace diez años las liquidaciones por un importe inferior a los 21.000 euros representaban el 69,9% del total en Castilla y León. Son casi 13 puntos más que ahora, lo que hace pensar que el incremento de la renta disponible no se ha circunscrito a los más adinerados sino que alcanza a otras capas de la población.