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La inversión en fondos se dispara el 87% en una década frente al 18% de los depósitosEl atractivo de los fondos de inversión se ha disparado en la última década en Castilla y León. Los ahorradores de la comunidad autónoma cada ... vez confían más en estos instrumentos a la hora de sacar la máxima rentabilidad a su dinero, y para comprobarlo no hay más que echar un vistazo a las cifras de la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones (Inverco), que agrupa a la práctica totalidad del sector.
Hace diez años el patrimonio que tenían los habitantes de la región en ese tipo de herramientas ascendía a 13.499 millones de euros. Una cifra que prácticamente se ha duplicado desde entonces, al sumar 11.715 millones más hasta alcanzar los 25.214 en 2023, el último ejercicio completo del que hay datos. Se trata de una espectacular subida del 86,8%, que además es ocho puntos superior a la registrada de media nacional (que se queda en el 78,6%).
El dinero guardado en depósitos también ha aumentado en el mismo periodo, pero en mucha menor medida. Ha pasado de los 63.674 millones de euros contabilizados en 2014 a los 75.140 de 2023, lo que supone un crecimiento de 11.466 millones en términos absolutos y del 18% en la comparación relativa. En este ámbito ocurre a la inversa y Castilla y León está levemente por debajo del promedio de España, que se sitúa en el 21,1%.
Detrás de la pujanza de los fondos están las sucesivas bajadas de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE), que se han reflejado en un recorte equivalente de la remuneración que ofrecen las entidades financieras por custodiar lo que tenemos en la hucha. Lo confirma el director de Estudios del Observatorio Inverco, el burgalés José Luis Manrique, quien recuerda que «hemos pasado unos años donde los depósitos apenas daban rentabilidad» o «incluso era cero», y en cambio «los fondos de inversión daban un poco más». Esto explica su despegue, junto con el hecho de que «tienen multitud de perfiles de riesgo que permiten encontrar opciones al ahorrador típico de depósitos, que normalmente es conservador y lo que quiere es preservar su capital».
En la misma idea incide el director de Abante en Castilla y León, Fernando Vives, quien abunda en que «el contexto de tipos de interés históricamente bajos con el que convivimos durante buena parte de la última década, hasta el año 2022, hizo que los depósitos dejaran de ofrecer rentabilidades atractivas» y «esto llevó a muchos ahorradores a explorar alternativas más eficientes, como los fondos de inversión, que les permitieran rentabilizar su dinero para evitar perder poder adquisitivo con el paso de los años». «El incremento tan fuerte que registró la inflación tras la pandemia del covid también hizo que muchos fueran más conscientes del impacto de la subida de los precios sobre su bolsillo y del coste que tiene para sus ahorros dejar su dinero parado o en productos financieros con rentabilidades que no superan la inflación», apostilla.
El responsable en la región de esa plataforma independiente de asesoramiento financiero apunta que «otro aspecto que también hemos notado es que, en un entorno de envejecimiento poblacional y de reformas constantes en el sistema de pensiones, los castellanos y leoneses están teniendo una mayor conciencia sobre la necesidad de planificar y de invertir a largo plazo», y eligen ese vehículo como «una forma sensata, equilibrada, diversificada y eficaz desde el punto de vista fiscal» de alcanzar sus objetivos. Un modo de actuar que a juicio de Fernando Vives revela «una evolución positiva en la cultura financiera».
Es algo sobre lo que también llama la atención el máximo responsable de lnverco, quien destaca que «el ahorrador castellano y leonés ha sido muy permeable a la educación financiera y lo ha demostrado». En este sentido, resalta que la nuestra «es una de las comunidades donde todos los años el porcentaje que suponen los fondos de inversión sobre los depósitos es superior a la media nacional» –el cálculo más reciente lo sitúa en el 33,6% frente al 25,9%–, en contraste con otras como «Galicia o Valencia», en las que los segundos «siguen siendo un valor importante».
Otro factor a tener en cuenta es la evolución al alza de la tasa de ahorro desde la pandemia, hasta casi duplicar el promedio de los anteriores, algo para lo que los economistas no tienen todavía una explicación clara pero que podría atribuirse al hecho de intentar disponer de un 'colchón' en caso de que se produzca otro fenómeno similar. «El ahorro es la parte de la renta disponible de las familias que no se consume», recuerda José Luis Manrique, que señala que «puede subir por dos motivos, porque se consuma menos como pasó en la pandemia o porque la renta sea mayor». En la actualidad «la economía va bien, la renta disponible está aumentando y por lo tanto hay más para ahorrar», prosigue, lo que se refleja en «tasas de ahorro financiero superiores a las que teníamos históricamente, que eran muy pequeñas, y obviamente eso está colaborando a canalizarlo hacia productos para los que antes no había recursos».
La cuantía que aportan los castellanos y leoneses a los 347.912 millones de euros en fondos de inversión que había a 32 de diciembre de 2023 en nuestro país es la quinta más elevada, solo por detrás de Madrid (83.288 millones), Cataluña (61.072), País Vasco (41.380 millones de euros) y Andalucía (27.163). Supone el 7,2% del total nacional, tres décimas por encima del peso que tenía en 2014.
Pero es que además ese montante sitúa a la comunidad entre las cinco únicas autonomías donde supone la tercera parte o más de su Producto Interior Bruto (PIB). Para ser exactos, equivale al 36,1% de la riqueza regional, cuando el promedio está en el 23,8%, lo que para el director de Estudios del Observatorio Inverco es un parámetro «muy relevante» y «una magnífica señal». En este ranking La Rioja se sitúa en el puesto de cabeza, con nada más y nada menos que el 48,2% del PIB, seguida del País Vasco, con el 48%, y Aragón, donde esa ratio es del 44,3%. Por detrás de Castilla y León figura Navarra, con el 35,7%.
Cada fondo está administrado por una gestora que se encarga de 'colocar' de forma conjunta las aportaciones de un número variable de inversores, a los que se conoce como partícipes. En la región había más de un millón de ellos al término de 2023, para ser exactos 1.183.408, y esto implica que son más del doble que una década atrás. En aquel momento eran 495.965, lo que significa que se han ampliado en un 138,6%. Se trata de un porcentaje ligeramente inferior al 147,4% que anota el conjunto de España, donde han pasado de 6.480.755 a 16.036.309.
A la hora de buscar destino a los recursos que les han confiado, las gestoras analizan cuáles son los activos financieros más rentables, que pueden tener más o menos riesgo. En el caso de Castilla y León las carteras de renta variable solo representan el 12,9% en contraposición a los fondos que ofrecen más seguridad, que son los monetarios de renta fija (33,7%) y los garantizados con rentabilidad objetivo (12%). Los de carácter mixto, que son una mezcla de unos y otros, acaparan el 41,4%.
«Moderado, con cierta tendencia a conservador simplemente porque es la tendencia del inversor medio español, pero que poco a poco va rotando hacia perfiles un poco más dinámicos, aunque sin excesos». O lo que es lo mismo, «no somos los más conservadores, pero desde luego tampoco somos los más dinámicos». Este es el perfil de quienes disponen de una bolsa de ahorro suficiente a la que sacar una rentabilidad en Castilla y León, según el director de Estudios del Observatorio Inverco, José Luis Manrique, quien sostiene que los datos desmontan el estereotipo de que en esta comunidad existe una mayor aversión al riesgo que en otras. Coincide con Fernando Vives, máximo responsable de Abante en la región, quien asevera que «tradicionalmente hemos sido una comunidad prudente» pero «ese perfil está evolucionando». «El inversor de Castilla y León sigue valorando la seguridad pero cada vez es más consciente de que preservar el patrimonio en el largo plazo requiere asumir cierto nivel de riesgo, bien gestionado y adaptado a sus objetivos vitales», continúa. Siempre teniendo en cuenta, como defiende el experto de la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones, que «cada uno tiene que invertir en aquel producto en el que se siente cómodo. No porque te digan que es muy bueno va a ser lo mejor para ti», sentencia.
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