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Durante este fin de semana la Feria de Valladolid acoge la Feria Internacional de Turismo de Interior (Intur) con un ambiente renovado y una amplia representación de todas las comunidades autónomas. Los visitantes pueden descubrir y conocer a través de cada puesto pequeñas píldoras ... del lugar al que representaban, invitándoles a conocer bosques, patrimonio histórico, ríos y arroyos del interior de la Península.
La oferta más potente es la de la región anfitriona, Castilla y León, con el foco puesto en el Año Jacobeo y los diferentes Caminos de Santiago sin olvidarse de la Semana Santa, que el año 2019 batió récords y atrajo a la comunidad a 357.341 turistas. Todas las autonomías confirmaron su asistencia y su presencia en esta feria está destacada con productos tradicionales y típicos de cada territorio. Así, la Comunidad Valenciana ofrecía en su expositor mandarinas y cítricos, Castilla y León, uno de sus productos estrella, el vino, y País Vasco, una amplia oferta de entornos naturales de interior por descubrir. Palencia cuanta con una amplia representación en su puesto pero el protagonista indiscutible es el Cristo del Otero, que recorría los pasillos de la feria en forma de escultura, y que reunía las miradas de los más curiosos. Las de los más pequeños iban directas a otras figuras, esta vez infantiles, pero demasiado grandes para algunos. Un ratón vestido de pirata y un flamenco paseaban por la feria saludando y haciéndose fotos, pero su gran tamaño asustaba a más de un menor y una madre se veía obligada a referirse al ave como «cigüeña rosa, como las del pueblo» para que su hija pequeña cesase en su llanto.
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Pero si hay algo que no puede faltar en una feria de turismo de interior que tiene como anfitriona a Castilla y León son las jotas, aunque este año las dos agrupaciones que actuaron ayer venían desde Valencia y Cáceres, respectivamente. Por el recinto ferial resonaban las dulzainas y las castañuelas acompañadas por tambores y botellas de anís y los dos grupos se turnaban para no hacer coincidir sus melodías en un mismo espacio. Mientras el grupo formado por Antonio, Rosa y Natalia (padre, madre e hija) hacía sonar sus instrumentos, el pequeño Martín cerraba los ojos en su silla bajo la atónita mirada de su madre quien no podía entender «cómo es capaz de dormirse con la botella de anís sonando tan fuerte». Rosa portaba una botella de anís sin etiqueta pero se intuía del Mono y mientras la rascaba explicaba que para ellos, como familia, es tradición tocar y bailar jotas cacereñas. Su hija, Natalia, explicaba que era la primera vez que acudían y el tamaño de la feria les había sorprendido. La Banda Municipal de Música de Coca hacía protagonista ayer al expositor de Segovia, que resonaba con sus melodías y, tras ellas, con los aplausos de un entregado público.
El cierre de Intur se producirá hoy y durante el día se espera «gran afluencia» por el buen tiempo pronosticado.
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