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Preparación culinaria. G. V.

Castilla y León

Las intoxicaciones alimentarias se duplican en verano y se concentran en el hogar

El nuevo informe de brotes revela que las toxiinfecciones volvieron a crecer en 2022, pero sin alcanzar la época precovid

Ana Santiago

Valladolid

Martes, 11 de julio 2023, 07:50

El calor, el aumento de las salidas a chiringuitos y bares o las comidas al aire libre en la piscina o el campo favorecen el incremento de las toxiinfecciones alimentarias en la época estival. Y, además, no solo son más frecuentes las preparaciones con antelación - ... y más peligrosas-, sino su mala conservación por falta de espacio y de neveras. Así que llegado el verano, cada año se duplican los brotes epidemiológicos por causa de comida o agua en mal estado. Son unas indeseadas visitantes estivales siempre habituales. Durante todo el año hay toxiinfecciones, pero en verano, sus tres meses concentran casi la misma casuística que el resto y habitualmente julio, y sobre todo agosto, duplican cualquier otro mes del año.

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La pandemia bajó drásticamente las intoxicaciones al reducir los contactos sociales, las salidas para comer o cenar fuera y las reuniones familiares y de amigos en casa a la par que se incrementó la higiene de manos. Esta combinación dejó bajo mínimos los brotes alimentarios en Castilla y León, que fueron solo 16 en 2020 y 24 en 2021. El último balance epidemiológico cerrado, que acaba de hacer público la Dirección de Salud Pública de Castilla y León, registra que la recuperación del ocio y la vida familiar han provocado también una vuelta a un mayor riesgo de intoxicaciones por productos en mal estado, pero la casuística no alcanza en absoluto las cifras prepandémicas. El pasado año, la comunidad registró 37 brotes frente a los 53, tanto de 2018 como de 2019, o a los 62 de 2017.

La falta de refrigeración de los alimentos provoca que las bacterias proliferen y se multipliquen. Los frigoríficos se llenan más en el periodo estival con bebidas frescas y más productos y en esta época del año no sirven para mantener frescos los alimentos ni terrazas que son un solarium ni las fresqueras. Un problema doméstico y también de algunas instalaciones de hostelería es que no tienen capacidad suficiente para el incremento de comensales que traen consigo las vacaciones y de alimentos que precisan refrigerio. Aunque cada vez el sector es más profesional, y por lo tanto es más raro que incumplan no solo normativa sino los conocimientos básicos, todavía registra casos, como lo hacen las residencias e, incluso, los hospitales.

Además de posibles problemas con la conservación, el riesgo viene también de la mano del transporte, de la forma de preparar la comida, de descongelarla o del desconocimiento en la manipulación y almacenamiento de los productos.

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Bajan las intoxicaciones, pero proporcionalmente se disparan en los hogares frente a los establecimientos hoteleros o los campamentos. Gana protagonismo la intoxicación en el propio domicilio. Los brotes notificados el año pasado en hostelería descienden con respecto al año 2019 hasta el 24,3%. «La actividad de este 2022 ha sido ya la normal, si hay menos casos puede que sea porque se ha anclado ya en nuestro día a día una cultura de mayor higiene y prevención. Además, las campañas continuas y la información desde Sanidad para la prevención terminan logrando calar con los años entre la población», explica Salud Pública.

Preparado de lechuga sobre una tabla. A. Torre

Durante el año 2022, se notificaron en Castilla y León un total de 80 brotes epidémicos (sarna, gripe, y otros virus...), lo que supone una tasa de incidencia de 3,35 focos por 100.000 habitantes, y el número de casos asociados a los mismos fue inferior a los años previos a la pandemia y con un menor número de hospitalizados, 73 en 2022 (6,2%) frente a 144 en 2019 (6,8%). Los brotes de gastroenteritis aguda no relacionados con alimentos notificados en el mismo (21) fueron similares a los de 2019 (20), pero con menor número de casos afectados (566) y, sin embargo, con mayor número de pacientes hospitalizados (11).

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Y de entre todos ellos, como en los años previos, los focos más frecuentes han sido los transmitidos por el agua y los alimentos, que han supuesto el 46,3% del total.

Así, en los alimentarios, en el año 2022 se declararon 37 de tal origen, cinco de ellos hídricos, que afectaron a 450 personas y llegaron a provocar 24 ingresos hospitalarios (un 5,3% del total de afectados) y un fallecido. La mayor cifra, ocho, se concentró en agosto, seguido de los siete de septiembre y los cinco de julio. El 64,8% se notificaron en los meses de junio, julio, agosto y septiembre.

La otra época de mayor incidencia, como cabe esperar, es diciembre, que sumó otros cuatro. Las navidades también amplían los encuentros gastronómicos.

La provincia con mayor número de brotes notificados el pasado ejercicio fue Ávila (9) seguida de Salamanca (7). Y la abulense fue, además, la de mayor tasa de incidencia de afectados (83,1 casos por 100.000 habitantes), seguida de Palencia (23,9). Valladolid tuvo ocho brotes con 47 intoxicados, de los que solo uno requirió hospitalización. En los últimos años anteriores, esta fue la provincia que más brotes notificó, con hasta 20 en 2017 y la mitad en los siguientes tres años.

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Aunque el hogar aglutina la mayor proporción de casos y, por lo tanto, se convierte en el lugar de mayor riesgo en este sentido –acapara el 43,2%–, el siguiente espacio con mayor frecuencia fue la hostelería (-9 brotes (24,3%) y 75 afectados-, seguido de los ocurridos en residencias de personas mayores -4 brotes- (10,8%) y 137 afectados- y los ocurridos en campamentos -3 brotes ( 8,1%) y 109 afectados-. Y un par de ellos registraron los hospitales. El mayor porcentaje de ingresados, el 53,5%, ocurrió con las toxiinfecciones de consumo en el hogar.

Los síntomas de intoxicación alimentaria más frecuentes son la diarrea, vómitos, malestar estomacal y náuseas

Los síntomas de intoxicación alimentaria más frecuentes son la diarrea, vómitos, malestar estomacal y náuseas. Cualquier persona puede contraer una toxiinfección, pero algunos colectivos tienen más probabilidades de enfermar y de que su caso sea más grave, como los niños, los ancianos o enfermos con inmunodeficiencias.

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La carne, por delante del habitual huevo, ha sido el alimento más implicado en los brotes

El alimento implicado más frecuentemente fue la carne y productos derivados de la misma. Aparece en el 10,8% de las notificaciones, con 81 afectados, de los cuales ingresó uno. Le siguen en frecuencia los casos relacionados con el huevo y sus derivados, incluida la mayonesa, que estuvo en el 8,1% de los focos.

Estos datos suponen un cambio con respecto a años anteriores, en los que el huevo, donde anida con mayor preferencia la salmonela, encabezaba la lista.

También destacan los cinco focos relacionados con el consumo de agua (13,5%), que afectaron a muchas personas, un total de 168, pero con pocos hospitalizados (0,6%).

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La salmonela es el microorganismo más frecuentemente aislado, pero el número de brotes con agente causal desconocido sigue siendo elevado (7 focos, el 18,9%). En el 10,81% de los brotes se ha relacionado con consumo del alimento crudo o mala refrigeración.

Pescado en una pescadería. Alberto Mingueza

Aumenta la prevalencia de la anisakiosis por consumos crudos

Las infecciones por anisakis constituyen un problema de salud pública dado el aumento que ha experimentado la prevalencia en los últimos años en todo el mundo, debido, por un lado, a una mayor incidencia en el pescado capturado y, por otro, a la adquisición de nuevos hábitos gastronómicos basados en el consumo de pescado crudo o insuficientemente cocinado, tal y como advierte la AESAN.

Según los últimos datos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), en España, hasta el 36% del pescado tiene anisakis, especialmente el pescado en el Cantábrico (50%), mientras que el que menos especies contaminadas tiene es el del Mediterráneo, el 6%.

Este parásito es visible al ojo humano. Para identificarlo, hay que saber que se puede manifestar de un color entre blanco y rosa nacarado, o bien más oscuro.

Las temperaturas extremas suelen destruir este parásito, pero la sal (salvo en una proporción como la de las anchoas), el aceite, el escabeche o el ahumado son productos que no tienen ninguna eficacia sobre las larvas. España, con ocho mil casos al año, es el país europeo con mayor incidencia. Y del mundo, detrás de Japón. Ello por el alto consumo de pescado, lo cual es bueno, pero también en presentaciones crudas.

Un estudio liderado por el servicio de Alergología del Río Hortega. elaborado antes de la pandemia, detectó un aumento progresivo de los casos de intoxicaciones por anisakis en el país. Solo en la provincia vallisoletana, se registraban más de un centenar de casos al año.

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