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El doctor Santiago Juarros mantiene una verdadera lucha contra el tabaquismo en todas sus formas. Buen conocedor de cuanto estudio se publica y de los rodeos que las compañías tabacaleras dan para seguir vendiendo, defiende «la información, hay muy poca transparencia y muy escaso ... control y regulación.«La ley debería incluir al electrónico prohibiéndolo de forma más contundente, porque no se sabe lo que llevan y solo están prohibidos en lugares de trabajo u hostelería los que tienen nicotina pero como no se distinguen permite saltarse la normativa. De todas formas, sólo su encarecimiento y la ley han tenido efectos positivos en el abandono de este consumo». «Demasiados intereses por impuestos y empresariales como para poder luchar bien contra estas adicciones. Detrás de los dispositivos para fumar hay tabacaleras. El producto IQOS es de Phillip Morris, un acrónimo que proviene de la frase, en inglés: 'I Quit Ordinary Smoking', es decir, yo dejo el tabaco habitual, convencional. Con ello buscan hacer creer al fumador que puede cambiar de producto y seguir fumando de forma sana. Es absolutamente falso».
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Ana Santiago
Los estudios británicos que supuestamente avalaban que ayudaba a dejar de fumar simplemente estaban mal hechos. Primero porque mientras regalaban el vapeador, los parches había que pagarlos y después porque sólo analizaba que se dejaba el cigarrillo convencional; pero no que se seguía con el vapeo. Eso no es abandonar una adicción». La forma idónea de hacerlo «es en consultas donde se combina la terapia psicológica con la ayuda de fármacos si es que no se ha podido dejarlo sin más. La mitad de las personas lo dejan solas. Lo fundamental es estar convencidos de que quieren abandonarlo –aunque si no lo están podemos también impulsar que lleguen a estarlo– y después si lo necesitan buscar ayuda. Hay varios fármacos que están dando muy buen resultado como los que tienen como principio activo la citicina (Todacitán y Recigarum) que se toleran bien, son la novedad financiada; pero hay otros como el Zyntabac que lo retiraron y ha vuelto y el Champix que probablemente lo haga pronto», apunta.
Repasa el jefe de la Unidad de Tabaquismo del Clínico de Valladolid –que trabaja con 140 pacientes en este año «con buenos resultados»– que «hay mucho engaño en todo esto y está resultando muy pernicioso. Es como en los años 60 cuando introdujeron el 'light' para mantener las ventas, que supuestamente era menos dañino, y lo que hacía la gente era fumar más y al final lo prohibieron. La industria tabacalera siempre está buscando mercado».
Entre los dispositivos hay dos clases, aclara, «el cigarrillo electrónico con y sin nicotina y luego hay otros productos de tabaco calentado. Son un minicigarrillos que los clavas en una ancleta metálica y se calientan, llevan tabaco, a 400 grados y como el convencional es al doble les sirve para decir que es menos dañino. Otra vez falso», señala.
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