Almudena Aguado, madre de acogida
«Esto es muy intenso, de no ser así no funcionaría»Secciones
Servicios
Destacamos
Almudena Aguado, madre de acogida
«Esto es muy intenso, de no ser así no funcionaría»Nueve años tiene la pequeña y tres lleva con Almudena. Madre biológica de tres varones, el pequeño ya con 25 años, es incluso abuela, la menor con la que comparte su vida y su familia, sus fiestas de cumpleaños y sus miedos, su colegio y ... amiguitos, sus regalos y comidas es toda una pasión para ella. Es una hija sin olvidar que tiene su propia familia también y que «esto no es para siempre». Pero esta madrileña de 62 años afincada hace más de 35 años en Valladolid, es mucho más que que una cuidadora, que quien atiende a una niña que necesita amparo: «Esto es muy intenso sino no funcionaría. Es mucho más de piel».
Hablar y pensar en esta pequeña, cuyo nombre por protección hay que ocultar, arranca una gran sonrisa a esta madre de acogida que a raíz del problema con los refugiados sirios ya quiso abrir las puertas de su ahogar a personas que necesitaban amparo. «Entonces fue imposible hacerlo con ellos; pero una amiga que trabaja en Servicios Sociales me habló de ello y lo gestioné ya en 2018; pero finalmente aquella primera niña, que «además lo necesitaba mucho, pero mucho, finalmente no pudo ser; aunque la Administración luchó por ello, con todos sus medios, la familia biológica no lo permitió. Este fracaso fue duro y aunque había hecho la formación no pude acoger a otro niño hasta años después, cuando pasé el duelo. Y fue la pandemia, el convivir hijos y nietos en la misma casa y ver que aquello era familia, que lo llevábamos bien... me cambió y me animé de nuevo y hace ya tres años que tengo a la niña».
Almudena solició que no fuera un bebé «a mi edad era mejor que fuera algo más mayor y así empezó todo». El sistema, describe, «es muy progresivo. Primero le facilitan a la pequeña fotografías nuestras, de la casa, el entorno, y según va familiarizándose con todo, que le resultó muy agradable, comienzas a conocerla.Primera una hora, luego se va despacio y a su ritmo de forma progresiva poco a poco ampliando a un día, un fin de semana... hasta que te conoce y se siente bien. Aún así llegó asustada: «Me pareciste mucho más guapa», dijo después al conocerme en persona, los gestos, la comunización nos cambia el rostro».
«La niña que llegó a casa era graciosa, alegre; pero llamativamente hiperdispuesta a obedecer, superautosuficiente y todo le parecía fenomenal, la comida... fantástico todo. Ahora no, ha cambiado y ya no necesita ocuparse de si misma de esa manera, ser autosuficiente... hay cosas que le gustan y otras de las que se queja. Yo creo que se ha normalizado y se comporta como lo que es, una niña pequeña. Expresa lo que siente. Hemos trabajado mucho en potenciarle seguridad en si misma, va bien en el cole, tiene amigos... Y es cariñosísima. Te abraza, te dice: 'guapa'».
Noticias relacionadas
«Ella considera a mis hijos sus hermanos y como tal los llama, a mi 'mami' más que por mi nombre y a mi nieta, su sobrina. Pero también a sus hermanas biológicas que viven en un centro y con las que se reúne a menudo tiene clara su relación con ellas y las quiere muchísimo. A veces pasan el fin de semana en nuestra casa. Mantenemos este contacto. Ella se está ubicando y sitúa, lo necesita, a todo su entorno, a esta familia y a la biológica. Y esto está funcionando. Va cambiando. Antes tenía miedo y dormía agarrada a figurillas religiosas, ahora ya no las necesita».
Almudena sabe, aunque en este caso no se anuncia como muy probable, que «un día podría irse. Perderla sería terrible, sabes lo que hay pero sería terrible».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.