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La reducción de gases de efecto invernadero, del uso de antibióticos y agroquímicos, la sostenibilidad en los procesos, el ahorro de costes o la lucha contra el cambio climático son algunos de los retos de futuro que afrontan la agricultura, la ganadería y la industria alimentaria tal y como se puso de manifiesto en la jornada sobre innovación organizada por El Norte de Castilla, el Instituto Tecnológico Agrario (Itacyl) y la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural.
Descartadas las soluciones individuales, el presente ya pasa por la investigación abierta y en red, y un buen ejemplo de lo que se está haciendo en la región en materia de innovación y tecnificación son los seis profesionales que participaron en la jornada, representando tanto a la Administración autonómica como a la empresa privada o al cooperativismo desde diferentes áreas de especialización.
David Nafría, jefe de Unidad de Información Geográfica e Innovación de Itacyl, vislumbró un tiempo de «gran cambio» si se tienen en cuenta «los compromisos que la Unión Europea está asumiendo en cuestiones como la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y que van a condicionar las políticas financiadas con fondos europeos». De este modo, el sector debe afrontar procesos de optimización, pero teniendo en cuenta la naturaleza del propio sistema productivo: «El reto es mucho mayor porque trabajamos con seres vivos, no son piezas».
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Superar esos retos pasa por «ser más eficientes en la producción, transformación y distribución de alimentos», al tiempo que apuntó al desarrollo de estrategias para «reducir dosis e incrementar la eficiencia de los fertilizantes», además de los sistemas de autoguiado que «nos ayudan a optimizar la agricultura de precisión y reducir insumos».
Marta Hernández, investigadora responsable del Laboratorio de Biología Molecular y Microbiología de Itacyl, destacó que parte de su trabajo consiste en «caracterizar qué microorganismos existen en el ámbito agrario, quiénes son, qué genes aportan que les confieren unas determinadas características beneficiosas o perjudiciales». Esa identificación es la que permite desarrollar estrategias de elaboración de alimentos que redunden en un mejor estado de salud del animal y de las personas.
Para estos procesos, se apoyan en «técnicas de secuenciación masiva» que les ofrecen «características del número de organismos que hay en una muestra de forma global». La aplicación de esos resultados permite, por ejemplo, facilitar a la industria alimentaria información de los microorganismos beneficiosos y característicos de los alimentos fermentados como los lácteos y los cárnicos.
La investigación microbiana también se pone al servicio del ganadero, «conocemos las características de las bacterias y a qué antibióticos son resistentes, eso es muy importante para saber hacia dónde puede dirigir un tratamiento efectivo sobre el animal».
Daniel Rico, investigador en la Planta de Procesos y Productos Innovadores de Itacyl, enumeró como retos principales «satisfacer la demanda de los consumidores y esa es la dificultad que sufren las empresas a la hora de hacer nuevos productos, desarrollar formulaciones nuevas tratando de seguir tendencias». A todos esos factores se une, «hacer procesos más sostenibles y eficientes» y todos los aspectos relacionados con las propiedades saludables.
Para ello «la aplicación de tecnologías es fundamental para dar respuestas al sector».
Pascual López, responsable de Sanidad Animal y Producción de la cooperativa soriana Copiso, lamentó, en primer lugar, «que no se haya sabido trasladar al consumidor el nivel de seguridad alimentaria». Buena parte del negocio de la cooperativa pasa por el porcino y por eso también apuntó la necesaria adaptación «a la evolución de la sociedad en temas de bienestar animal». Las dos vías que serán fuente de solución son «la investigación propia y con proyectos de gran envergadura; y la innovación».
Angélica Pérez, coordinadora de Calidad e I+D+I de Harinas Emilio Esteban, apuntó que en el caso de su empresa «nos hemos orientado a mercados especiales y muy exigentes» y eso pasa, necesariamente, por la investigación «en materias primas cada vez más diferentes, con propiedades más saludables» que son el resultado de aplicar nuevas tecnologías.
Eva Navascues, enóloga y directora I+D+I Alma Carraovejas, comenzó su intervención señalando que los retos son «muchos y serios» y uno común a todas las áreas es el fenómeno del cambio climático. «Debemos hacer una viticultura sostenible, no puede ser a costa de causar un perjuicio al entorno».
Se refirió a las enfermedades de madera de vid como «la pandemia del viñedo» y al tratamiento de los suelos como una parte fundamental de su trabajo pues a partir de ahí «conocemos los microorganismos y sabemos cómo se relacionan con los ciclos de carbono y nitrógeno para mantener la viña saludable«.
«La tecnología es un atractivo para jóvenes y mujeres»
El viceconsejero de Desarrollo Rural y director general del Itacyl, Jorge Llorente, fue el encargado de inaugurar y clausurar esta jornada sobre innovación que tuvo como escenario la hemeroteca de El Norte de Castilla. Además de ser líderes en un buen número de producciones, Llorente también posicionó a la región en los puestos altos de la investigación algo que «recientemente el consejero, Jesús Julio Carnero, ha refrendado con esa apuesta por la innovación y la tecnología en la presentación de los Presupuestos para 2021, que han crecido el 10% para poder abarcar estos retos que, al final, estamos incorporando a nuestra forma de trabajar». Aseguró que el sector agrícola y ganadero y la industria alimentaria «responden muy bien a la innovación y la tecnología, que son una herramienta de desarrollo rural». Aspectos como la bioeconomía o la economía circular «están generando actividad económica en el sector», apuntó.De manera específica hizo referencia a dos grupos específicos: «La tecnología y la innovación hacen más atractivo el sector para jóvenes y mujeres».Pero, independientemente de la edad, todos los que integran el sector agrario «se van adaptando» a los nuevos tiempos, haciendo hincapié en que «no trabajamos con el ordenador, trabajamos con el móvil y lo vemos constantemente. Tenemos un grupo de agricultores colaboradores con los que trabajamos en muchas materias a través del móvil de una manera rápida, eficaz y con mucha información».La «ingente» cantidad de datos de los que disponen fue otro tema que se puso de manifiesto en varias ocasiones y «uno de nuestros objetivos es que puedan usarse de manera efectiva y práctica».
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