La inflación 'le roba' a los vallisoletanos el 6,5% del sueldo en cuatro años

Los salarios, mientras, sí llevan varios años de moderación en sus subidas. En el caso de Castilla y León, los incrementos medios pactados en los convenios colectivos fueron de entre el 1,86% y el 1,42% entre 2019 y 2021. El año pasado rompieron la barrera del 2% por primera vez desde 2009 y registraron un alza del 2,50%.

Dentro de la comunidad, la provincia de Valladolid es una de las que aumentos más leves se apunta año tras año. Algo que, combinado con el repunte de la inflación provoca consecuencias devastadoras en el poder adquisitivo de los trabajadores cuando ejercen de consumidores. Los datos de ambos indicadores no dejan lugar a dudas ni tampoco a mucho optimismo.

Los salarios vallisoletanos subieron en 2019 una media del 1,97%, mientras que la inflación media anual de ese año fue del 0,9%, de modo que el balance resultó positivo. También lo fue en el atípico 2020, cuando los sueldos ganaron el 1,25% pero el IPC terminó en terreno negativo con el -0,5%. Y después todo cambió.

En 2021, la subida salarial se situó en el 1,14%, menos de la mitad del 3,2% que subieron los precios, según el dato vallisoletano que aporta el INE. El año siguiente fue de los que duelen recordar: 2,03% de subida salarial, según los registros del Ministerio de Trabajo, y 9,3% de alza en el IPC.

El resultado acumulado de estos cuatro ejercicios tampoco gusta leerlo, ya que mientras la suma de subidas salariales es del 6,39%, la de la evolución de los precios arroja un 12,90%. Conclusión: seis puntos y medio de pérdida de poder adquisitivo en el último cuatrienio.

La inflación (ésta, a diferencia de la Thatcher, odiada por todos) es «tener que vivir pagando los precios del año próximo con el sueldo del año pasado», dice un dicho popular. «Es el padre y la madre de todas las crisis», sostienen no pocos economistas.