El prototipo del trabajador que puede sufrir un accidente laboral por ictus tiene cincuenta años, conduce maquinaria en la industria manufacturera, da clase o está en el sector sanitario. Los sindicatos UGT y Comisiones Obreras alertan del importante incremento de la mortalidad laboral por este ... tipo de incidentes «no traumáticos» en los centros de trabajo de Castilla y León detectado en las cifras del último semestre. Unas cifras que hacen vislumbrar ya que este año 2022 como el más castigado del último lustro en lo que se refiere a accidentes laborales, pues llega al ecuador con datos de siniestralidad en los centros de trabajo de Castilla y León que no se recordaban, según el análisis de los datos de la Junta realizado por las centrales sindicales generalistas.
Javier Mielgo, de Comisiones Obreras, califica las cifras de accidentes laborales del último semestre de «muy duras», y respalda su afirmación en la última estadística recién sacada del horno: el número de siniestros en los centros de trabajo de Castilla y León se han disparado el 20% en todos los sectores respecto de enero a junio de 2021, según los datos que recoge el Centro de Seguridad y Salud Laboral de Castilla y León. Solo en junio hubo cuatro accidentes mortales y 17 graves, de un total de 2.230 accidentes de trabajo con baja. El aumento de los accidentes laborales es generalizado por provincias, pero Valladolid se lleva la palma, con un incremento de 918 accidentes, el 42,6% más respecto del mismo semestre del año anterior. En total, en esta provincia se han contabilizado 3.072 siniestros en centros de trabajo.
Entre enero y junio de este año, en la comunidad se registraron 13.184 accidentes con baja. Sin embargo, indica este sindicato, el incremento en el último mes hay que matizarlo respecto del mismo mes del año anterior porque el Ministerio de Trabajo no pudo contabilizar todos los accidentes porque se produjo un ataque informático.
La subida de la siniestralidad respecto de 2021 en el primer semestre se acusa en todos los sectores. Es en el de la construcción donde el crecimiento es más elevado, también por la reactivación postpandemia del sector: 445 accidentes más que en el mismo periodo de 2021, lo que supone un incremento de los accidentes superior al 29%, pero es el agrario, con 151 siniestros el que acumula un mayor aumento de los casos más graves (el 71,4%) mientras que, por el contrario, en Industria, bajan (el 17,35%). El segundo ámbito laboral con mayor subida es Industria (con 349 más, crece un 11,7%), seguido del sector Servicios, con 1.239 accidentes más pero con un crecimiento inferior, 21,35%. y, por último, el Agrario, com 151 más, lo que supone un porcentaje de incremento del 21,5%.
También van al alza las enfermedades profesionales, advierten los sindicatos: 46 con baja más que en el primer semestre de 2021, la mayoría en el sector industrial. En total, se cuentan 259 en Castilla y León, lo que supone un incremento del 22%. Soria es la provincia que más bajas por esta causa ha notificado, 14. Subraya Mielgo que en este «gran sub-registro de las enfermedades profesionales» todavía ocurre que, en muchos casos, «no se vincula el daño con el origen laboral, suelen ser trastornos músculo-esqueléticos por movimientos repetitivos, como en las cadenas de montaje».
Pero son los accidentes laborales con resultado mortal los que han pulverizado la estadística. Hasta junio se habían producido 26 siniestros mortales (nueve más que en el mismo periodo de 2021, crecen un 53% más), y los sindicatos ya advierten de la «tendencia alcista» que presentará julio (todavía no hay datos oficiales publicados) porque la previsión es que se llegue a la treintena de muertes en entornos laborales, ya que hay que contabilizar los dos accidentes mortales relacionados con el incendio de Losacio (Zamora), el brigadista y el pastor que fallecieron mientras trataban de atajar las llamas.
Lo más frustrante, apostilla Mielgo, es que la gran mayoría de estos accidentes habrían sido «evitables». Se trata, en muchos casos, de caídas en altura, atrapamientos, atropellos, golpes. «Es como si hubiéramos retrocedido a los inicios de la cultura de la prevención de riesgos laborales, a pesar de que llevamos más de 30 años con la Ley». Pero es especialmente preocupante que en la mitad de los trabajadores fallecidos la causa de la muerte haya sido el infarto, cerebral (ictus) o de miocardio. A la pregunta de si en la base de los accidentes cardiovasculares está una situación sostenida de estrés laboral, el coordinador de Salud Laboral de Comisiones señala que se trata de «un cóctel» que está resultando letal: condiciones de precariedad con la consiguiente ansiedad que ello genera, el elevado ritmo de trabajo, las jornadas laborales interminables... Son accidentes que figuran en el grupo de los «no traumáticos» sino relacionados con la organización del trabajo. «Se trata de enfermedades derivadas de riesgos psicosociales, la falta de organización redunda en el estrés«, resume este sindicalista. Por este motivo, Comisiones rexige a la Junta de Castilla y León la continuidad de los programas de prevención de la siniestralidad laboral, que consisten en el asesoramiento en materia de prevención a empresas y trabajadores, así como el desarrollo del VI Acuerdo de Prevención de Riesgos Laborales de Castilla y León.
En la raíz de la siniestralidad laboral se encuentra «la ausencia de cultura preventiva y la poca implicación de las empresas con la seguridad del trabajador, sumado a la falta de recursos de la Inspección de Trabajo. A muchas empresas les sale más barato pagar la multa que hacer frente a las medidas de prevención y salud laboral«, explica Mielgo, quien aprovecha para reclamar en esta época del año «una mayor responsabilidad de las empresas con la exposición a elevadas temperaturas».
Preocupa a los sindicatos estos 13 de 26 fallecimientos por infartos, la mitad de los siniestros laborales contabilizados en el primer semestre porque, constatan, se trata de una cifra muy alejada de otros años. Insisten desde Comisiones Obreras en que hay que fomentar la cultura preventiva en el seno de la empresa «a nivel horizontal y vertical, para intentar que cale» y así evitar los riesgos psicosociales: racionalizar los horarios y el reparto de la carga de trabajo y la actividad, comunicación no agresiva entre los cargos y los empleados, entre otras pautas de la metodología COPSOQ-Istas21 que aplica Comisiones Obreras, uno de los instrumentos de medida de riesgos psicosociales más utilizados en evaluación de riesgos e investigación. Su implementación es diseñada y ejecutada por un grupo de trabajo paritario, integrado por representantes de la dirección de la empresa y de los trabajadores, con el asesoramiento de los técnicos de prevención.
UGT también alerta del «nuevo récord» de accidentes de trabajo en Castilla y León en un primer semestre en el que «el accidente cerebrovascular (infartos cerebrales, hemorragias cerebrales, derrames...) es la segunda causa de mortalidad laboral en Castilla y León». Este sindicato explica que, aunque en el conjunto de los accidentes de trabajo en la comunidad autónoma los denominados «no traumáticos» apenas representan el 0,3% «si centramos la atención en los accidentes graves y mortales, su peso es cada vez mayor». En la última década, según el informe realizado por este sindicato, los accidentes no traumáticos graves en la jornada de trabajo representan casi el 14%, mientras que los mortales suponen el 40% de la mortalidad laboral en la comunidad. «Lo más preocupante es la tendencia creciente, pues desde 2011 este tipo de accidentes acumulan un crecimiento del 27%».
Mientras que el 60% de los accidentes traumáticos en jornada de trabajo se producen en el sector servicios, donde también se registran más de la mitad de los accidentes mortales, los no traumáticos se concentran principalmente en seis ramas de actividad: la industria manufacturera, transporte y almacenamiento; construcción; comercio; reparación de vehículos; administración pública; y actividades sanitaria y de servicios. Les suelen ocurrir a los hombres, en un porcentaje del 87%, mientras que en España es de cuatro puntos más bajo. Sin embargo, puntualizan desde el sindicato ugetista, «la evolución es más desfavorable en las mujeres, con un crecimiento del 200% en la última década y con una línea de tendencia creciente».
Por franja de edad, el grupo de mayor riesgo es el de 46-55 años (el 45%); le sigue la franja de edad de 56-65 años (33%), en una proporción similar a la detectada en el resto de España. La ocupación que desarrolla el trabajador y no el sector al que pertenece el que es determinante en su exposición al riesgo. En el caso de los accidentes no traumáticos, el 60% de los registrados a lo largo de la última década, las víctimas son conductores y operadores de maquinaria móvil (15%), técnicos y profesionales de la salud y la enseñanza (8%); peones de agricultura, pesca, construcción, industria y transporte (9%); trabajadores no cualificados del sector servicios (8%); trabajadores cualificados de la industria manufacturera (11%) y trabajadores cualificados de la construcción (9%). En el caso de los cuatro primeros trabajos, la tendencia a sufrir un accidente cardiovascular o infarto de miocardio es creciente y registran los accidentes de mayor gravedad en términos de mortalidad.
Destaca UGT que en Castilla y León, los trabajadores agrícolas, ganaderos y forestales y pesqueros pertenecen a un sector en el que se producen pocos accidentes, pero la proporción de siniestros mortales es muy alta. También apuntan a que directores y gerentes registran un procentaje importante de accidentes graves de este tipo. «Es una realidad a la que tenemos que hacer frente de manera urgente, los accidentes no traumáticos en Castilla y León representan un problema de salud laboral de primer orden», indican desde este sindicato, que reconoce que la prevención se ha centrado en los accidentes «clásicos» pero «hemos dejado de lado otros que permanecen deliberadamente ocultos y suelen estar bastante presentes en estos accidentes de trabajo: los riesgos psicosociales. El infarto o el ictus son patologías directamente relacionadas con el modo en el que el trabajo se organiza, diseña y gestiona, así como con el contexto social y económico el trabajo. Sabemos que el estrés multiplica por 2,5 el riesgo de sufrir una angina de pecho y el riesgo de sufrir un inctus es cuatro veces mayor en las personas sometidas a episodios de estrés importantes».
La secretaria de Salud Laboral de UGT Castilla y León, María Fe Muñiz Queipo considera que hay que poner en marcha un plan de acción para la prevención y control de los riesgos psicosociales en las empresas de la comunidad «centrado en las condiciones de trabajo y en el deterioro del estado de salud derivado de la exposición a estos riesgos y contemplar medidas colectivas de naturaleza preventiva y no curativa». De entrada, se exige la puesta en marcha de la totalidad del VI Acuerdo para la Prevención de Riesgos Laborales de Castilla y León (2021-2024« porque se han dejado de lado por parte de la Administración las medidas sobre riesgos psicosociales que ya contempla.
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