Castilla y León

Igea tacha de «xenófobo» a Gallardo y el de Vox le reta a explicarse en Medina o Delicias

«Son de xenófobos como usted», remarcó Igea. Una acusación de racismo que rechazó el aludido, en un debate a dos que viró de la ironía inicial a la confrontación final, acusando el de Vox a su antecesor de querer ponerle ante el «falso dilema» de elegir «entre ser solidario y no aceptar una inmigración ilegal que degrada los barrios». Con una propuesta: «Vaya usted a Pajarillos o Delicias y pregunte», invitó García-Gallardo al que fuera cabeza de lista a la Junta por Ciudadanos.

El procurador liberal instó a Gallardo a que respondiera con un «sí o un no» a las pregunta de si creía el vicepresidente que la llegada de inmigrantes al balneario de Las Salinas, en Medina del Campo, era una invasión de varones en edad militar que ponía en riesgo a las mujeres. El de Vox tiró de la ley de inmigración y retó a Igea a que dijera si estaba de acuerdo con lo que recogían artículos de esa normativa en vigor, desde que los inmigrantes debían acreditar su identidad y su situación en los países de origen a la llegada con autorización administrativa previa para trabajar o la priorización, por cuestiones de afinidad cultural, de filipinos, andorranos, iberoamericanos o judíos sefardíes. Con una insinuación final a que Igea podía continuar buscando protagonismo con «Risto Mejide» o en «la Isla de la Tentaciones».

A diferencia de otras ocasiones, la intervención de García-Gallardo sí gustó en la bancada del PP. Exteriorizó ese apoyo, tras las alusiones a programas televisivos, el portavoz del grupo, Raúl de la Hoz, con palmada al vicepresidente y un «muy bien» que se pudo escuchar con claridad a través del micrófono abierto del político de Vox.

El debate pasó por momentos de la ironía por lo «tierno» que era el planteamiento de Francisco Igea, al que Gallardo veía próximo a colaborar con ONGs como Médicos del Mundo o Acnur -que el de Vox citó expresamente- a la confrontación. Esas alusiones fueron tomadas como una burla en la bancada de la oposición y revolvieron el ambiente en el hemiciclo. El dirigente de Vox acabó su intervención mandando callar con insistencia y enfado a Igea. «Yo a usted no le acepto ni una sola acusación de xenofobia y cállese mientras hablo. Aquí hay unas reglas para dirigir los debates, cállese mientras hablo, porque yo a usted no le acepto ni una sola acusación de xenofobia», culminó el actual vicepresidente, mientras el 'árbitro' del debate, Carlos Pollán, presidente de las Cortes, intentaba pedir silencio.