La Junta descarta anticipar la vacuna a los veinteañeros pese a la brusca subida de contagios

Este repunte coincide, en julio, con la llegada de 50.000 dosis menos a la semana de Pfizer que ha comunicado el Ministerio de Sanidad. El portavoz insistió en que hay que acelerar la puesta de vacunas, pero centrándose en las personas de más de 40 años que aún no tienen la pauta completa de inmunización. Francisco Igea ha explicado que la campaña de vacunación persigue un doble objetivo: prevenir la expansión del virus y proteger a la población, con prioridad para los más vulnerables.

Frente a otras comunidades que han abierto la campaña a los más jóvenes, que es el grupo de población con mayor circulación del virus, Castilla y León mantiene el criterio de dar preferencia a las personas más vulnerables a los efectos del coronavirus, por lo que seguirán vacunando por edad. Igea resaltó que una persona mayor tiene hasta 30 veces más posibilidades de sufrir complicaciones que un adolescente o un joven.

El vicepresidente de la Junta reclamó al Gobierno de España que incremente los envíos de vacunas. «No tenemos dosis suficientes», insistió el dirigente autonómico.

Francisco Igea reconoció que la previsión en los próximos días es que la incidencia siga empeorando. El indicador que mide la velocidad de transmisión del virus, el Número Reproductivo Básico Instantáneo (RT) esta desatado. Si pasa de 1 es mal dato, indica que cada positivo generará al menos un contagio. Ayer se situó en el 2,2, el peor registro desde junio de año pasado, momento en que se empezó a hacer público. En Valladolid está en 2,04, pero en Zamora roza el 4 (3,93).

El portavoz de la Junta compareció ante los periodistas tras el Consejo de Gobierno de cada jueves. «¿Dónde queda la nueva normalidad?», le preguntaron. «Hoy estamos un poquito más lejos, lo que nos preocupa es mantener el control sanitario, evitar ingresos, evitar que se pueda producir un nuevo colapso sanitario», respondió. Algo que, por el momento, no se está produciendo pese al acusado incremento de los contagios entre la población más joven, que marcan una curva de positivos con una «pendiente muy, muy, muy pronunciada», según definió el vicepresidente. «Todo eso no se traduce, en este momento, en un incremento de hospitalizaciones, seguimos estando por debajo de cien pacientes ingresados, en este momento», remarcó el dirigente autonómico.

Si esto último cambia, si el auge de los contagios de covid-19 empieza a hacer mella en los hospitales, la consecuencia será la marcha atrás en la desescalada, con la aplicación de medidas restrictivas, reconoció el portavoz de la Junta. Es un camino conocido y provoca otro efecto directo, el freno de la actividad económica.

Francisco Igea, al igual que hizo el martes la consejera de Sanidad, demandó a los jóvenes que extremen el cuidado en el contacto social. Por ellos, que no están exentos de riesgo, por las personas sin vacunar con las que conviven e, incluso, por las vacunadas, porque puede haber «fallos en la inmunización».

A esa solicitud sumó otra: que contagiados y contactos estrechos respeten las cuarentenas y el aislamiento y completen el periodo estipulado por sanidad para cortar la transmisión del virus. Incluso aunque los últimos hayan dado negativo en pruebas diagnósticas, insistió. Por ellos y por las personas que tienen a su alrededor.

El vicepresidente de la Junta martilleó sobre el argumento de que un joven no está «exento al 100%» del riesgo de complicaciones si se infecta de covid. La edad no les hace invulnerables. Lo prueban las 13 personas de esa franja etaria que han fallecido en Castilla y León durante la pandemia. «13 fallecimientos pueden parecer pocos en relación con el conjunto, pero son muchísimos para esas familias», remarcó el portavoz. Una «catástrofe» en esos hogares.

¿Qué va a hacer la Junta de Castilla y León ante el nuevo giro que está dando la pandemia?

De momento, intentar completar la vacunación de los mayores de 40, a falta de dosis para avanzar en más edades, apelar a la prudencia de la población y esperar a ver qué decide la Ponencia de Alertas sobre posibles restricciones en el ocio nocturno. Cualquier medida limitativa, afirmó Francisco Igea, será tras el acuerdo en el Consejo Interterritorial de Salud. Esto implica que deberá tener alcance nacional. El vicepresidente consideró «innecesario» a estas alturas de la pandemia reiterar a los alcaldes de Castilla y León la necesidad de controlar y vigilar que en discotecas, bares de copas, terrazas, etc, se cumplen las medidas de distancia, mascarilla o el consumo sentado, sin baile.

La Consejería de Sanidad no se plantea, en este momento, extender a localidades como Burgos o Valladolid el cribado que ha planificado en León para detectar positivos asintomáticos en ese tramo de edad. Tampoco es descartable en próximos días. Sanidad llamará en León a más de 23.000 chavales y jóvenes de 15 a 29 años mañana, 3 de julio, para someterse a test de antígenos.

Francisco Igea afirmó que el crecimiento de los contagios entre los más jóvenes era algo previsible tras el final del curso escolar. Pasó, por ejemplo, en Navidades. Era «evidente» que iba a ocurrir, por el incremento del ocio y del contacto social, pero se ha visto potenciado, a juicio del portavoz de la Junta, por mensajes que han abandonado la senda de la prudencia. Como el nuevo «triunfo» sobre la pandemia con el que el presidente Pedro Sánchez anunció el final de la obligatoriedad de llevar mascarilla al aire libre si no había aglomeración de personas, apuntó el dirigente de Cs con un punto de ironía. A eso sumó que unas medidas más relajadas llevan a parte de la población, la de menos edad, a sentirse inmunes al virus. Luego añadió al 'cóctel' el agotamiento propio de 16 meses de pandemia. Todo ello ha propiciado «una tormenta perfecta», subrayó el vicepresidente.

Igea apeló a la responsabilidad tras el macrobrote de Mallorca que ha sembrado de contagios media península. Confesó haber contemplado con sorpresa «algunos comportamientos» que se han visto a través de los medios de comunicación. «Todos cuidamos de todos. La libertad y la responsabilidad no son dos cosas antitéticas», razonó el portavoz de la Junta. «No me gustaría ver a mis hijos hacer algunas cosas que hemos visto hacer», valoró.