Secciones
Servicios
Destacamos
He aquí un hombre de ciencia, un hombre de empresa y un humanista. Sergio Sanz (Valladolid, 48 años). En las dos primeras facetas ocupa desde enero el cargo de subdirector general del Centro Tecnológico Cartif, que compatibiliza con el de director de Programas, que desarrolla ... desde hace seis años y medio. Lleva dos décadas largas trabajando en la misma firma, en la tierra en la que nació y se formó y lo hace en el que es uno de los cinco centros de I+D referencia en España. Conoce como la palma de su mano la relación del mundo empresarial y el universitario y sabe tanto de las necesidades tecnológicas de las empresas que la planificación a medio y largo plazo es su ámbito natural. Consciente de la importancia de los equipos para el éxito de cualquier tarea, anima a los jóvenes a impulsar la cultura del esfuerzo, vía esencial para la proyección del talento de cada uno. Y es, además, un prototipo contemporáneo de que es un error fomentar la clasificación de Ciencias o Letras. Él, profesor de Música además de ingeniero, demuestra que es compatible en el ser humano formarse en Ciencias y en Letras.
–Casi un cuarto de siglo en Cartif...
–Hará en junio 24 años.
–¡Toda una vida!
–Toda mi vida profesional, así es.
–En estos 24 años han sucedido la crisis del 2008, la pandemia, que derivó en otras crisis... ¿Cómo se afronta esos escenarios desde un centro de investigación y desarrollo tecnológico?
–La primera crisis, la de 2008, fue muy profunda. Para una institución como la nuestra tuvo unas características especiales: vino todo con retraso. Eso supone ventajas e inconvenientes.
–¿Ventajas? ¿Una crisis?
–La principal ventaja es que nos dio tiempo a reaccionar.
–¿Inconvenientes?
–El principal, que parecía que no nos dábamos cuenta de que externamente estaba pasando algo que nos iba a afectar.
–¿Entonces?
–Ese fue el punto de inflexión: me refiero, sobre todo a la dimensión internacional del centro, que hubo que buscar, organizar, proponer y poner en marcha durante ese periodo y que, afortunadamente, supuso el poderlo transitar con ciertas garantías.
–Luego vino la covid.
–Para nosotros ha provocado el efecto contrario. A partir del confinamiento empezamos a trabajar de una manera que yo he considerado más eficiente que nunca.
–No hay mal que por bien no venga, dice el refrán.
–Quitamos de en medio todas las actividades que podían considerarse no eficaces ni eficientes para el funcionamiento del centro. Eso nos ha supuesto una mejora que desde el 2020 ha provocado un crecimiento del centro bastante exponencial. De hecho, hemos pasado de una actividad en número de investigadores que rondaba los 170 al principio de la pandemia a los 210 de ahora y un volumen de negocio de 11 millones antes de la pandemia a 14 ahora en actividad de I+D.
–Cartif es el mayor y mejor centro de investigación aplicada y desarrollo tecnológico e innovación de Castilla y León. ¿En qué posición está en España y Europa?
–En lo que es todo el conjunto de centros a nivel de España estamos bastante a la altura: dentro de los cinco que están movilizando más actividad de I+D, que están trabajando más con empresas y que están recogiendo fondos europeos para su actividad, fondos que están llegando a empresas cercanas de nuestra región. Y ahí hacemos una función más importante tanto a nivel de la región como nacional. Hay estadísticas estándar en este sentido, como por ejemplo el retorno de fondos europeos, en el que rondamos entre la quinta y la séptima posición como centro tecnológico en España y dentro de todas las entidades a nivel nacional estamos entre las 20 primeras.
–Los proyectos internacionales ocupan el 52% del total de lo que desarrolla Cartif. ¿Tan bien les ven fuera de España o es que la financiación europea es tan alta como parece por esa cifra?
–Para poder hacer una estructura de centro o un modelo de financiación en el que la mitad de los fondos provengan de fuera de España es que te tienen que ver bien. Hablamos de movilizar al año alrededor de 14 millones de euros en proyectos de I+D y si la mitad vienen de fuera hablamos de cantidades que Europa no las regala: has de ser competitivo, eficaz, tener una buena red de contactos para montar proyectos y luego, por supuesto, hay que ganarlos porque en Europa la competencia es muy grande. Aparte, sí, nos miran bien: somos referencia en algunos ámbitos de la investigación a nivel europeo. Y luego viene la segunda parte...
–¿Que es...?
–Cartif tiene la mitad de la financiación de Europa porque lo necesita, porque la estabilidad del centro es muchísimo más sostenible en el tiempo si trabajamos con fondos europeos, porque Europa planifica con 7 años toda la I+D. Además, todo esto nos posiciona bien para que lo que somos capaces de generar con esos fondos luego lo podamos repercutir en el tejido empresarial de Castilla y León y de España.
Sergio Sanz
Subdirector general de Cartif
–Su jefe, José Ramón Perán, dice que los empresarios, especialmente los pequeños, se olvidan «de que innovar en España es casi gratis». ¿Por qué, entonces, no hay más innovación? ¿Cómo llega un empresario a Cartif y ustedes a las empresas?
–Hay muy poca casuística en esto. La primera, que un centro como nosotros fuera lo suficientemente conocido como para que empresas que tienen cultura de la innovación nos llamasen y trabajasen con nosotros.
–¿Es esa la realidad?
–La realidad es que eso sucede en muy contadas ocasiones. Cuando sucede, Cartif está aquí para dar una respuesta con equipos de trabajo, con capacidades, con competencias. Si está en nuestra mano resolver lo que necesita la empresa, le ofrecemos diferentes mecanismos para ello y que eso le pueda facilitar al empresario el que no se frene en esa necesidad que detecta. Pero eso es el 'rara avis' de la situación.
–¿Y qué es lo habitual?
–La segunda versión de todo esto es que Cartif, como centro, tiene capacidad para atraer fondos públicos de forma directa, que siempre son competitivos porque para atraer cualquier subvención pública, de cualquier nivel, tenemos que competir en convocatorias y presentar los mejores proyectos porque no nos los financiarían si no es así.
–¿Cómo se ve desde un centro de alta tecnología el momento actual de la comunidad?
–Lo primero es que la región, a nivel de lo que es nuestro mundo empresarial I+D, se descapitaliza. A lo mejor la palabra despoblación se utiliza demasiado, pero yo me centro más un poco en lo difícil que es ahora en Castilla y León encontrar investigadores que quieran incorporarse al centro, lo difícil que es que las empresas se involucren en la I+D... Digamos que tenemos una especie de sumideros de este tipo de iniciativas vía País Vasco y Madrid que...
–¿...se llevan el gato al agua?
–No digo que nos estén perjudicando masivamente, pero sí que se nota que hay una cierta tendencia a que nosotros cuando queremos crecer, nos cuesta: no encontramos las personas, no encontramos los investigadores tecnólogos lo suficientemente formados. Y luego, además, por qué no decirlo, económicamente somos menos competitivos que la comunidad de Madrid y el País Vasco. Además, el tipo de profesional que necesitamos está muy demandado a nivel nacional e internacional. Tenemos ese problema como región.
–¿Un problema sin solución?
–Lo que tratamos nosotros es de poner nuestro granito de arena en la medida en que el problema se pueda resolver por la vía de generar empleo y de generar innovación en las empresas. Estas para hacer innovación necesitan tecnología y nosotros estamos para esto. Sí tenemos un recorrido amplio con las empresas de Castilla y León buscando esto, pero la mejora cuesta.
–Sin embargo, ustedes han pasado de 160 a 205 ingenieros. Atraen y retienen talento.
–Más bien retenemos talento, pero no todo el que querríamos. De hecho, ahora mismo estamos en 205 pero si hoy mismo nos pusieran 15 investigadores en la puerta, los contratábamos. Nos falta gente para trabajar. Estamos en plena búsqueda y tenemos lanzada una búsqueda de investigadores en Latinoamérica porque vemos que aquí no llegamos.
–¿Toda Latinoamérica?
–Fundamentalmente tres países: México, Colombia y Argentina. En ellos hemos lanzado nuestra oferta de empleo porque no conseguimos recibir los currículum necesarios para cubrir nuestras necesidades.
Sergio Sanz
Subdirector general de Cartif
–Pero sí se están formando los jóvenes en las universidades de Castilla y León.
–El tipo de profesionales que necesitamos nosotros se está formando en Castilla y León, pero están muy demandados. Hay muchísimos cazadores de talento a nivel nacional que están a la puerta de las universidades esperando a que determinados titulados salgan de allí para captarlos inmediatamente y llevarlos a la actividad económica de Madrid, por un lado, y de País Vasco, por otro. Aún así, por supuesto que en Cartif atraemos gente de las universidades de Castilla y León e incluso les facilitamos un proceso en el que puedan terminar su carrera vía proyectos fin de carrera, doctorados y másteres y ya se integren. Pero nunca pensé en mis años aquí que llegáramos al punto de tener este déficit de investigadores y no poderlos conseguir de ninguna manera.
–¿El futuro es de los ingenieros?
–No necesariamente. Ahora mismo la ingeniería es una disciplina muy compleja y que tiene múltiples ramas sobre las cuales trabajar, que se adaptan muy bien a lo que hacemos en Cartif. Pero ahora mismo en Cartif además de ingenieros tenemos arquitectos, matemáticos, físicos, químicos, economistas... No, no necesariamente el futuro es de los ingenieros. Quizá el ingeniero es el profesional más completo en cuanto a sus capacidades y desarrollo, porque puede abordar diferentes disciplinas y está muy bien preparado.
–Además de ingeniero es profesor de Música. ¿Tanta técnica e ingeniería necesitaba un oasis vital de ese calado?
–Empecé con la música muy joven. Mi padre me animó a aprender algún instrumento y empecé con 7 años tocando la bandurria en la Orquesta de Pulso y Púa de Tudela de Duero. A los 10 años mi padre me insistió para que estudiará también Música. Cuando llevaba tres años en Ingeniería aprobé el octavo curso de Piano. Al acabar la Ingeniería y asentarme laboralmente saqué el título de profesor de Música. No es que sea un equilibrio entre lo técnico y lo humanístico, sino que desde crío he tenido vinculación a la música como algo que me enriquece personalmente.
–¿Cómo se está escribiendo la partitura del futuro de los jóvenes y cómo ellos pueden percibir si tienen motivos para el optimismo?
–Lo que todo padre busca, en general, es que el futuro de sus hijos sea atractivo, interesante, esté asegurado, tenga un buen nivel profesional, un trabajo que les guste, con el que ganen dinero y vivan bien. Puesto que eso es el común, el otro elemento de preocupación para la juventud es que desarrollen unos valores lo mejor posible en relación con lo que cada uno entienda como personas. En esto estoy preocupado.
–¿Y en qué lo concreta?
–Que la juventud tenga futuro va a depender del modelo educativo y este, en mi opinión, va hacia atrás. Muy tristemente lo digo. Es mi opinión: creo que están perdiendo algo de lo que es la cultura del esfuerzo, no se valora tanto a aquellos que hacen un esfuerzo máximo y son disciplinados. Se está perdiendo esto y creo que no les viene bien a los jóvenes. Y luego está que se está perdiendo la excelencia de quien se esfuerza más y de quien trata de hacer las cosas mejor. Y es que eso el mundo real sí lo exige, sin discusión.
–¿De qué manera?
–Todos lo que quieran entrar en el mundo profesional tienen que trabajar duro, ganárselo cada día y llegar a un grado de excelencia máximo si quieren triunfar en la profesión que elijan. El futuro es bueno si el enfoque que se le da a cada uno está adaptado a sus capacidades y competencias y sobre todo si reciben el ánimo correcto desde el ámbito familiar, que para mi es clave. Para triunfar a nivel profesional y tener un buen puesto de trabajo te tienes que esforzar, ser de los mejores y trabajar mucho.
–Tanta ingeniería y técnica, ¿le ha permitido en algún momento parar a meditar qué quiere ser de mayor?
–No me he sentado a hacer planes más allá de la carrera profesional. Esta terminará cuando tenga que hacerlo e imagino que me dejará un espacio posterior para hacer otro tipo de vida diferente, imagino que dedicada a la familia y a otro tipo de aficiones como la musical.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.