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A poco más de un mes del comienzo de la campaña en Ribera del Duero, todavía no se ha diseñado el protocolo social y sanitario para la acogida de los temporeros que lleguen a la zona para trabajar en las labores de vendimia. Una situación ... que preocupa en el hospital de los Santos Reyes de Aranda de Duero, que apela a la urgencia de diseñar un plan de acción a tiempo, con el fin de evitar posibles brotes y contagios de la covid-19, que empeoren la ya delicada situación sanitaria que vive la ciudad. En cifras, en la campaña de la vendimia se esperan alrededor de 4.000 trabajadores en Ribera del Duero. La oficina del Ecyl de Aranda registró en 2019, un total de 3.679 contratos formalizados durante la cosecha y, según los sindicatos, a mayores hay que sumar aquellos trabajadores que todavía existen en condición irregular.
Ante estos datos, los responsables sanitarios del hospital han trasladado, tanto al Consejo Regulador como al Ayuntamiento, la necesidad de realizar pruebas PCR a todos los trabajadores según llegan a la zona para evitar contagios; ya que si se espera a testar cuando desarrollen síntomas, sería obligatorio aislar a todo el entorno laboral y social.
También, desde el centro hospitalario proponen que, entre todas las partes afectadas, se determine una ubicación en Aranda para aislar en cuarentena a todos aquellos temporeros que den positivo en cualquier momento, porque en caso contrario, «sería imposible controlar el virus». Fuentes sanitarias muestran su preocupación ante un problema de salud pública, y recuerdan que «hay que tomar las medidas ahora, que todavía estamos a tiempo».
A pesar de que existen más opciones, defienden que uno de mejores lugares de aislamiento podría ser el recinto ferial permanente. Alberga el hospital de campaña que cerró el 30 de abril, pero se dejó instalado por si fuera necesario su uso ante un segundo brote. En ese mismo escenario, durante cinco años, entre 2010 y 2015, el Ayuntamiento desarrolló un programa de acogida de temporeros. Una iniciativa que se dejó de prestar al entender que solo agravaba el problema social y que eran las empresas y agricultores quienes tenían que responder de sus trabajadores. El consistorio arandino, a pesar de la crisis sanitaria, sigue desechando la posibilidad de recuperar ese servicio, en ese u otro emplazamiento.
De momento, la mesa de trabajo del plan de temporeros, en la que están representados el Ayuntamiento de Aranda, la subdelegación del Gobierno en Burgos, los sindicatos Comisiones Obreras y UGT, las organizaciones agrarias, el Consejo Regulador y la Asociación de Bodegueros, no tiene previsto reunirse hasta el día 7 de septiembre.
El secretario provincial de Comisiones Obreras, Ángel Cítores, apela a la obligación de anticipar el encuentro para establecer los protocolos de actuación y de formación para frenar cualquier tipo de problema. «En realidad en esta situación sanitaria es imprescindible un plan global. El problema ya no solo es el alojamiento, sino el transporte, la forma de realizar el trabajo, las comidas, todo», detalla.
Va más allá y recuerda que es un problema que se extiende a todos los trabajadores y habitantes de la comarca. La campaña, según el responsable sindical, genera un riesgo que hay que intentar atajar por el alta número de contrataciones, «muchas personas, que se mueven de un sitio a otro y hay que buscar fórmulas de seguridad». En la misma línea que los sanitarios, urge a la necesidad de dar una solución a las personas que den positivo para que puedan estar aisladas.
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