Fernando Arribas posa para la entrevista en el Parque de Las Moreras de Valladolid. RODRIGO JIMÉNEZ

Fernando Arribas | Mago, ilusionista, cantante y poeta

«¿Que un hombre no puede hacer dos cosas a la vez? ¡Los magos sí!»

Orgulloso de haber llevado a la Universidad los estudios de Magia, declara: «Un mago ha de entender hasta cómo funciona el cerebro»

J. I. Foces

Valladolid

Sábado, 20 de mayo 2023, 00:30

He aquí un hacedor de ilusiones. Nada por aquí, nada por allá... ¡Chás! Fernando Arribas (Valladolid, 1954). Mago, ilusionista, cantante y poeta. De los magos e ilusionistas más galardonados en el mundo. Casado y padre de Samuel, que sigue sus pasos tanto en lo de ... ilusionar a la gente como en lo de llenar la vitrina de premios, Fernando anda estos días enfrascado en la preparación del Congreso Nacional y Campeonato de Magia que se celebrará en Valladolid del 6 al 9 de julio. Se apoya en el Círculo de Ilusionismo Vallisoletano para que la capital del Pisuerga sea esos cuatro días de julio el centro del mundo del ilusionismo, profesión a la que Fernando Arribas ha dedicado tanto su vida, que llegó a conseguir que se estudiase en la universidad.

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–¿Hablaremos sin trucos?

–Y sin tapujos.

–Mago, ilusionista, cantante y poeta. ¿Pluriempleado?

–Me ha gustado siempre la farándula, toda. De pequeño, en las nocheviejas, mientras mi abuelo tocaba el acordeón, yo tocaba la pandereta con 4 años. A los 6 años, la bandurria; a los 8, el laúd; luego armónica, guitarra, acordeón, órgano... Tengo en casa unos 300 instrumentos musicales y toco prácticamente todos.

–¡¿Trescientos?!

–Esa es mi afición, la música.

–¿Y su profesión?

–La magia.

–¿Se vive de ser mago?

–Hombre! ¡No me ofenda!

–No lo pretendo...

–Vivo de la magia. No solo hago actuaciones, aunque estoy recién jubilado, y siempre he sido autónomo. He sido nueve años el director de la Universidad de Ilusionismo en El Escorial. Tenía 52 profesores dando clases, no solamente de los trucos y los juegos en sí, sino de todo lo que va alrededor de ello. Y organizo festivales. Por ejemplo, lo que se hace en ferias, lo que se hace en la Cúpula del Milenio, el Oráculo de Oro, la Leyenda Mágica, el Oráculo Promesas...

–Va a cumplir 70 años, ¿y ha vivido siempre de la magia?

–Desde los 30 años, sí. En exclusiva. En un restaurante que tenía organizaba los sábados las 'Cenas mágicas'.

–¿Cómo se inició en ese mundo?

–Por generación espontánea. Me gustaba estar en todo tipo de farándulas: hacer teatro, componer canciones, poesías... He sido cantautor. Me encantaba. Con 14 años un camarero del Hotel Imperial me hizo un juego de cartas y eso me cautivó. A partir de ahí, empecé a investigar, a buscar cosas. La magia era un secreto total.

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–Y ahora.

–¡No! Ahora si alguien quiere, tiene Internet, tiene escuelas a las que apuntarse...

Fernando Arribas. R. JIMÉNEZ

–Como la de El Escorial que puso usted en marcha. ¿Cómo fue?

–Hace unos 18 años conseguí meter en la Universidad de Valladolid una asignatura que se llamaba 'El Ilusionismo y su historia'. Era de extensión universitaria, de libre elección, en la que daban créditos para otras asignaturas. Cuando entró el Plan Bolonia lo quitaron y empecé a preparar unos estudios completos de Ilusionismo. Visité muchísimas universidades y lo conseguí en El Escorial, el sitio ideal. Me siento muy orgulloso. Mi quimera era llegar a conseguir esos estudios.

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–¿Trayectoria envidiable: De un truco en el Hotel Imperial, a sus 14 años, a elevar a universitarios los estudios de ilusionismo.

–La trayectoria de un punto al otro ha sido muy larga. Los magos siguen diciendo que yo soy muy original porque no tuve maestro: investigaba mis cosas, tengo mis métodos, hago juegos muy originales. Incorporo muchísimos elementos y cosas para que los magos no me los puedan copiar. Que haya gente original que cree sus juegos es muy difícil, pero yo siempre he huido de copiar.

–Como, por ejemplo...

–Gané un campeonato con el juego de una guitarra que crece.

–Lo dice como que fuera fácil...

–La guitarra crece, sigue afinada... Y juego muchísimo con el lenguaje.

–¡El lenguaje! ¿En la magia?

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–Presumo de ser vallisoletano y de hablar el mejor castellano. El juego con el que gané en 2006 el Campeonato de América en Colombia es una caja con mis iniciales FA, Fernando Arribas, y estoy todo el tiempo hablando con FA para terminar diciendo: 'Firmado Atentamente Fernando Arribas'.

Fernando Arribas, en el Parque de las Moreras. R. JIMÉNEZ

–¿En que se diferencia un mago de un ilusionista?

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–Son lo mismo.

–¿Y por qué se define como ambos por separado?

–A mí me gusta decir ilusionista porque yo no tengo poderes: tengo un trabajo hecho que demuestra que creo una ilusión. Pero es una ilusión, no es una verdad. Cuando un coche desaparece...

–¡No me diga que no desaparece!

–No desaparece: de alguna manera te lo he ocultado a la vista. Sin embargo, el mago se puede entender como que tiene poderes, que hace un chasquido mágico y desaparece el coche. Y eso es imposible. Lo nuestro es trabajo. Para mí la magia es el arte escénico de lo imposible.

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–¿Con un método?

–No importa por cual. Puede ser manipulativo, científico, matemático, químico. Lo que hace falta es que te cree la ilusión de que ha pasado algo que no es lógico que pase.

«Que haya gente original que cree sus juegos es muy difícil, pero yo siempre he huido de copiar»

Fernando Arribas

Mago e ilusionista

–¿Cualquiera puede aprender a ser mago?

–Todo el mundo. ¡Cómo no!

–Venga... Que no será tan fácil.

–Hay un caso del que estoy muy orgulloso. En la primera promoción de los estudios de El Escorial entró una señora de 51 años. Vivía en Vigo y tenía una librería. Empezó en la magia, la apasionó, vendió la librería, se dedica a actuar para niños en bibliotecas y es la persona más feliz del mundo. Haber conseguido que una persona de esa edad haya cambiado de profesión... Hay muchísimos casos así.

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–Puso usted en marcha el programa de Ilusionismo 'Wenceslao Ciuró' que tenía ¡90 Asignaturas! ¡Noventa! Hay ingenierías con menos materia...

–Ya, pero es que hay muchas cosas que estudiar.

–¿Para ser mago? ¿Cuáles?

–Cuando alguien ve a un mago piensa que no hace nada; y no es así: un mago hace muchísimas cosas. Hay que estudiar no solamente cómo se hacen los juegos y practicarlos muchísimas horas. Tienes que estudiar cómo funciona el cerebro de la gente. El mago tiene que ser un actor, tiene que saber lo que dice al dedillo y a la vez hacer esto con una mano y esto otro con la otra. Cuando se dice que los hombres no podemos hacer dos cosas a la vez, le aseguro que los magos sí. Si no, no eres mago. Un mago no hace lo que dice, hace lo que no dice... Hay dos caminos paralelos en el mismo efecto de magia: lo que el público ve y lo que no ve. Ambos efectos han de discurrir paralelos, aparentando que lo importante es lo que dices, lo que la gente ve, cuando lo realmente improtante es lo que no ve.

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–¡Qué dice!

–Claro, por eso se estudia Neurociencia, para entender cuándo una cosa parece mágica o no. Y tienes que estudiar iluminación, sonido, puesta en escena, saber el orden de los juegos, cómo mirar continuamente a la gente y conseguir que nadie se te vaya. Porque los actores tienen la cuarta pared, pero los magos, no.

–¿La cuarta pared?

–Donde termina el escenario está el público; para los actores tiene que haber ahí una pared, la cuarta. No es normal que un actor interactúe con el público, aunque a veces lo haga. Eso es la cuarta pared. El mago no la tiene porque ha de comunicar permanentemente y mantener hilos de invisibilidad con los ojos: saber qué y cómo has de hablar para que te entienda el de la última fila, no solo los de las tres primeras... ¡Son tantísimas cosas las que estudiamos los magos!

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–Y al final el público siempre se hace la misma pregunta, truco tras truco: «¿Cómo lo harán?»

–Por eso es mágico. Si lo entendiese el público, en lugar de mágico pasaría a ser lógico y eso ya no es magia. Cuando te enteras de que los Reyes Magos no existen se ha ido la magia. ¿Me sigue?

–Lo intento. En 1996 se proclamó usted campeón de grandes ilusiones en el congreso nacional de Vitoria.

–Con un juego en el cual partía a Rosa, mi mujer, en cuatro.

–¿Y está entera?

–¡Y feliz! Ese premio estoy seguro de que lo gané por la presentación. Como quería contar una historia lo hice a base de poner trocitos de canciones. Y sin hablar.

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«Yo no tengo poderes: tengo un trabajo hecho que demuestra que creo una ilusión»

Fernando Arribas

Mago e ilusionista

–¿Es por lo que es conocido por hacer magia de autor?

–Es así y le aseguro que eso no es ni medio normal.

–¿Y eso?

–Porque si hay en España, pongamos, unos dos mil magos...

–¡¿Dos mil magos en España?!

–Dos mil. De ellos, 1.900 hacen juegos que han visto a otra gente.

–Si le dejaran hacer desaparecer algo en la vida, ¿qué sería lo primero en lo que pensaría?

–Voy a ir por lo de todo el mundo, no se me ocurre otra cosa: la maldad, las mentiras... No puedo ir por otro sitio, porque no me voy a meter con nadie.

–¿Nunca le han dado ganas de hacer desaparecer a alguien? Los magos, con esa fuerza que tienen...

–¡Nooo! Eso sí, muchas veces me han pedido que haga desaparecer a la suegra de alguien, pero no, no, no, no he hecho desaparecer a ninguna.

Fernando Arribas, mago e ilusionista. RODRIGO JIMÉNEZ

–Valladolid será sede en julio del Congreso Mágico Nacional.

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–Un día no hace mucho, el presidente de la Federación Española de Sociedades Mágicas me propuso que me presentara yo para organizarlo en Valladolid, que si lo hacía lo tendría concedido por mis antecedentes, porque conocen mi seriedad a la hora de trabajar. Así que hablé con mi hijo y tiramos para adelante los dos. Nos hemos apoyado en el Círculo de Ilusionismo Vallisoletano, que es donde estamos unos treinta magos de Valladolid.

–¿Qué buscan con ese Congreso Mágico Nacional?

–Comenzará el 6 de julio y durará hasta el 9. En plenos sanfermines. Las patas de ese congreso serán el Campeonato Nacional, dentro del cual se presentan magos que han de estar avalados por una sociedad mágica. Las especialidades que hay de magia son seis de escena: grandes ilusiones, manipulación, magia general, mentalismo, magia para la infancia y magia cómica. Luego hay tres especialidades de magia de cerca: cartomagia, micromagia y magia de salón. Cada participante tiene entre 6 y 10 minutos para actuar y presentar ante el jurado un número.

«Muchas veces me han pedido que haga desaparecer a la suegra de alguien, pero no, no, no, no he hecho desaparecer a ninguna»

Fernando Arribas

Mago e ilusionista

–¿El público va a poder asistir?

–La segunda pata del congreso y el campeonato son tres galas para el público en el Auditorio de la Feria de Valladolid. Una, el día 6, la gala de apertura, con seis artistas. El día 8 será la Gala Internacional, con magos de Bélgica, Rusia, Estados Unidos... Y la tercera es el domingo 9 por la tarde, que es una gala infantil. Y todas las entradas se sacan en entradas.magiavalladolid.es

–¿Le ha dicho ya algún joven que quiere ser como usted?

–¡Muchos y muchas veces! Sobre todo los más pequeños. Y muchos magos, cuando presento un juego nuevo, me dicen que ese juego es Fernando Arribas. Es como una denominación de origen.

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–¿Y a sus 69 años ya sabe usted qué quiere ser de mayor?

–¡No quiero dejarlo! Ahora mismo estoy muy ilusionado con un proyecto con Natalia, la solista de la Coral de Arroyo: vamos cada miércoles a cantar gratuitamente a residencias de mayores las canciones que me cantaba a mí mi madre.

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