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En 2021 cambiaron su contrato de gas 67.290 consumidores de Castilla y León, una gran mayoría (86%) de una compañía en el mercado libre a otra también de precio liberalizado. Quienes salieron del mercado libre para volver al regulado fueron minoría y no llegaron ... a 4.000, es decir, el 5,9%. El año siguiente, los cambios se dispararon hasta los 122.069 y, con los precios por las nubes, el perfil de las mudanzas dio un vuelco: fueron 64.700, con un incremento anual del 1.531%, los que dejaron los contratos que aseguran un precio fijo durante doce meses para contratar la denominada Tarifa de Último Recurso (TUR). En la actualidad, esta última tiene un precio por kWh de menos de la mitad que el ofertado en los planes de empresas como Naturgy, Endesa o Iberdrola, gracias a la excepción ibérica del gas pactada por el Gobierno con la UE.
Esta 'red de seguridad para los consumidores', de la que se benefician quienes están en el mercado regulado seguirá vigente hasta el 31 de diciembre de este año. Fija un tope al precio del gas, un combustible que además marca el precio de la electricidad en torno al 30% de las horas anuales. Dicho tope empezó siendo en diciembre de 2022 de 40 euros/MWh y ha ido modificándose para ser ahora de 57,2 euros (terminará diciembre con un valor de 65 euros), no se ha activado desde febrero debido al desplome del precio del gas. Las altas temperaturas y el acaparamiento de reservas de gas mantienen el coste al nivel más bajo de los últimos años.
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La TUR se mantiene como la opción más económica a día de hoy y apunta a que así seguirá siendo este año, según un análisis realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que no aprecia que las rebajas de precios se estén trasladando a los contratos del mercado libre. Las condiciones de esta tarifa están fijadas por el Gobierno y se revisan trimestralmente. No tiene permanencia y se puede contratar para volver después al mercado libre cuando se quiera. Es la equivalente en el mercado del gas a la tarifa de precio regulado del mercado eléctrico, conocida como PVPC.
«El coste anual con la tarifa TUR para un hogar medio que utiliza el gas como calefacción y tiene un consumo de 9.000 KWh anuales es de 545 euros. En cambio, en la mejor de las tarifas del mercado libre ese importe es bastante mayor, y si no es una tarifa de las 'buenas', el coste se dispara», señalan desde la OCU, que en su web tiene un comparador de tarifas de luz y gas, al igual que existe otro en la página de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
Pese a que las comercializadores del mercado libre no igualan los precios con el regulado, al ser planes de larga duración, todavía son mayoría los hogares que están en esta modalidad. El número de puntos de suministro en España es de 7,9 millones (a 31 de diciembre de 2022, de los que están en el mercado libre 5,88 millones (73,6%), lo que deja 2,10 millones (26,3%) en el regulado.
En Castilla y León, también con datos de la CNMC pero del segundo trimestre del año pasado, había 511.319 de consumidores de gas, de los que solo el 16,1% estaban en la TUR. En el segundo trimestre de 2022, no obstante, se fueron del mercado libre al regulado 3.182 usuarios; en el tercero, 6.675 y en el cuarto, 52.422.
Según el último panel de hogares de Competencia, de diciembre de 2022, a pesar de que los indicadores sobre el conocimiento del sector energético mejoran año tras año, aún hay un buen porcentaje de hogares españoles que desconocen que pueden contratar sus tarifas energéticas sujetas a un precio regulado o a un precio liberalizado. En el caso del gas, el grado de conocimiento entre el mercado libre y la TUR creció del 22,7% a un 30%. Es decir, el 70% de los consumidores no saben cuál es la diferencia.
La CNMC ha constatado también que los hogares están cada vez más descontentos respecto al precio del gas natural y la electricidad, lo que ha hecho que el número de denuncias y reclamaciones a estas compañías haya aumentado en 2022, en contraste con las del resto de servicios, que van disminuyendo.
El porcentaje de usuarios satisfechos con los servicios de gas natural y de electricidad cae ininterrumpidamente desde el segundo trimestre de 2020. El 20,8% de los hogares manifestaron el año pasado poca o nula satisfacción con sus servicios de gas natural. La electricidad repite como el servicio peor valorado por los hogares españoles, con un porcentaje de insatisfacción del 22,2%.
Los datos muestran que el porcentaje de usuarios que presentaron denuncias y reclamaciones disminuyó en 2022 respecto a 2021 en el conjunto de servicios básicos, que incluyen las telecomunicaciones. No obstante, en los servicios de gas natural y electricidad aumentó 1,5 y 0,7 puntos porcentuales respectivamente. Esto significa que el 7,6% y el 7,9% de los hogares con gas y electricidad denunciaron y/o reclamaron.
Al cierre de 2022 había en Castilla y León 514.150 puntos de suministro de gas. De los 122.069 usuarios que se cambiaron de suministrador, 64.700 se fueron del mercado libre al regulado; 51.814 se mudaron de una comercializadora del mercado libre a otra también libre; 4.969 se fueron del mercado regulado o TUR a un contrato libre y 586 cambiaron de compañía regulada a otra también regulada.
Los principales motivos de insatisfacción de los clientes en el caso del gas son que se trata de un servicio caro (89,7%) y que falta claridad en las facturas y en los precios (55,9%). La falta de información sobre las condiciones de suministro y contractuales ocupa el tercer lugar en los motivos de descontento. La mala atención al cliente es el cuarto motivo, mientras que otros más residuales son los cobros indebidos y la falta de claridad en los servicios.
En la primera quincena de mayo, el precio diario español del gas cayó un 17,1% hasta los 35,31 euros/MWh y en los últimos días se ha situado por debajo de los 30 euros. También la demanda, un 6,2%, arrastrada a la baja por el descenso del consumo industrial, de pymes y de hogares, según informa el GrupoASE. Solo se ha mantenido la demanda de gas para generación eléctrica por la menor producción hidráulica y nuclear.
En los primeros quince días de mayo la llegada de buques de GNL se ha ralentizado por el alto nivel de gas almacenado y la escasa demanda están llevando a los compradores a dosificarse.
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