Juan Vicente Herrera conversa con Alfonso Fernández Mañueco y Raúl de la Hoz en 2017. Alberto Mingueza
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Herrera, ese comunista

Un señor de derechas, liberal en lo económico y orientado al centro en lo social, que llegó a presidente por designación digital del mismísimo José María Aznar en 2001

Susana Escribano

Valladolid

Sábado, 19 de febrero 2022, 18:24

El devenir político de Castilla y León va camino de convencernos de que Juan Vicente Herrera, con sus 18 años de gobierno en la Junta y su carné con solera del Partido Popular, escondía un alma comunista. Cuanto más a la derecha está quien tiene capacidad de decidir en política, más «izquierdista» parece alguien como Herrera. Un señor de derechas, liberal en lo económico y orientado al centro en lo social, que llegó a presidente por designación digital del mismísimo José María Aznar en 2001.

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Quien hoy tiene la llave de la gobernabilidad en Castilla y León es Vox, con sus 212.605 votos y sus 13 procuradores, que son imprescindibles para recrecer la bancada del PP y permitir a Alfonso Fernández Mañueco estirar una era de gobiernos populares que va camino de emular la del Partido Revolucionario Institucional mexicano, el incombustible PRI, que enlazó 70 años ininterrumpidos al mando de ese país. Mañueco depende de Vox y los de Santiago Abascal exigen el sacrificio de la Ley Contra la Violencia de Género en Castilla y León de 2010 y del decreto autonómico de Memoria Histórica y Democrática de 2018.

Esgrimen que es normativa «izquierdista». Firmadas ambas por alguien tan sospechoso de escorarse a babor como Juan Vicente Herrera. Las dos regulaciones situaron a la comunidad a la cabeza de la asistencia a las víctimas de malos tratos y del respeto a los derechos humanos. Por empezar por esto último, hay todavía 526 fosas comunes documentadas en Castilla y León y la regulación facilita los trámites de las exhumaciones. Es un decreto orientado a cerrar heridas, no a abrirlas y que incide en los valores de la Transición. Timorato para algunas asociaciones. Pero que tiene todas las papeletas de acabar como Juan el Bautista tras la danza de Salomé. Servido a Vox en bandeja de plata.

Quizás corra mejor suerte la Ley Contra la Violencia de Género, que coordina la asistencia a las mujeres maltratadas, a las personas a su cargo y a los huérfanos de asesinadas. Siempre en casos de violencia probada oficialmente, por sentencia, orden de protección, informe de la Fiscalía... Las fotos del presidente de la Junta y sus consejeros en los minutos de silencio tras cada asesinato de una mujer casan mal con derogar esa ley. El punto 473 del programa electoral de Mañueco compromete aprobar una nueva Ley de Atención Integral a las Víctimas de Violencia de Género esta legislatura.

La estabilidad para el PP en Castilla y León y la nómina de cargos, asesores y personal cuyo sueldo depende de conservar la Junta solo la garantiza Vox, que logrará lo que pida. Desde presidir las Cortes a dirigir consejerías, si realmente quiere hacerlo, porque no es igual mitinear que gestionar problemas, y la experiencia –de Cs con Mañueco y el CDS con Aznar– demuestra que en una coalición el socio grande vampiriza al chico. Y de regeneración política y medidas anticorrupción, de momento, ni una palabra, pese al calendario que se le abre al PP de Herrera y de Mañueco con la Perla Negra, la Trama Eólica o la instrucción por la posible financiación ilegal del partido durante las primarias que ganó el salmantino.

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El PP precisa socio y si Herrera tiene que pasar por cuasicomunista, será un mal menor.

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