Castilla y León

La eliminación del Impuesto de Donaciones impulsa las herencias en vida

Concretamente por un montante de 1.966,5 millones de euros que han pasado de padres a hijos, sobre todo, pero también de abuelos a nietos. Un legado en vida de los donantes que unas comunidades aplican y otras no, en un escenario de competencia tributaria en el que las autonomías articulan su propio modelo fiscal generando diferencias entre ciudadanos según el territorio de residencia.

«Se ha generado actividad económica. Se acaban donando cantidades a hijos o nietos para comprar una vivienda, un local comercial para poner un negocio...», defiende Carlos Fernández Carriedo, consejero de Economía y Hacienda, sobre la incorporación de este beneficio fiscal al marco de desgravaciones fiscales de Castilla y León.

Los donantes se ahorran en tributación 268 millones de euros. Es lo que hubieran abonado a las arcas autonómicas por el Impuesto de Donaciones con la tarifa aplicable antes de mayo de 2021. Para el responsable de cuadrar las cuentas regionales la supresión en la práctica del Impuesto de Donaciones (la autoliquidación es obligatoria, pero con una exención del 99%) no supone una 'renuncia' de la Junta a ingresar ese dinero vía impuestos.

«Las cantidades donadas ahora en muchos casos no lo habrían sido a no ser por esta medida fiscal», esgrime el consejero de Economía y Hacienda, convencido de que esos 2.000 millones «son donaciones que no se producían antes de tomar esta medida o que no se producían en este importe». A eso suma Carriedo que el movimiento de ese dinero en compras o inversiones ha generado otros ingresos tributarios a la comunidad por otros impuestos.

El ahorro medio es de unos 7.000 euros por donante. «A veces la crítica se centra en decir que es gente que se beneficia en cantidades importantes y no es así. Llegamos a muchísimas personas, se benefician especialmente los jóvenes y se ha hecho posible que haya 2.000 millones de euros que se han movilizado y se han convertido en transmisiones de recursos que han permitido poner en marcha actividades productivas, negocios, para muchos jóvenes comprar su primera vivienda...», precisa Carriedo. La oposición y los técnicos de Hacienda fueron críticos con esta supresión tributaria. «Son ahorros de padres y abuelos que se legan en vida, cuando más lo necesitan sus hijos y nietos», recalca el consejero de Economía y Hacienda.

La donación no tributa por este impuesto, pero luego sí debe reflejarse en otros de ámbito estatal como el de la Renta.

La supresión del Impuesto de Sucesiones y Donaciones en Castilla y León aplicada en 2021 eliminó la tributación para la donación en vida de los progenitores y culminó el proceso de gratuidad fiscal en las herencias tras fallecimiento entre padres e hijos y cónyuges, en la parte fiscal de Sucesiones, ampliando la bonificación casi total (99%) a las herencias más cuantiosas.

Hasta ese momento estaban exentos de pago desde la etapa de Juan Vicente Herrera los primeros 400.000 euros por heredero entre padres e hijos, nietos y cónyuges, lo que dejaba fuera de tributación a la inmensa mayoría de familiares directos. Desde de mayo de 2021, se extendió esa 'supresión' fiscal a los que heredaban a partir de esos 400.000 euros. El Impuesto de Sucesiones ha sido un tributo 'guadiana', que ha aflorado y desaparecido en Castilla y León en los últimos año, siempre entre familiares directos, en función de los ciclos económicos. Herrera optó por recuperarlo en 2012, ante la caída generalizada de la recaudación autonómica, y fue ampliando exenciones a partir de 2015, cuando la economía comenzó a ganar tono.

Herencias y donaciones entre hermanos, tíos y sobrinos sí tributan en la comunidad. Lo hacían antes y lo siguen haciendo ahora.