Los guardias civiles de Castilla y León, los únicos de España sin receta electrónica

La receta electrónica se creó con el objetivo de mejorar la accesibilidad, calidad y seguridad en la atención sanitaria y la prestación farmacéutica al paciente.

Los objetivos específicos y efectos derivados de la receta electrónica, tal y como recoge información de Sacyl son, permitir disponer de la información completa del ciclo de prescripción-dispensación, pudiendo ser consultada por los profesionales sanitarios;reducir tiempo de gestión de recetas en el centro y en la oficina de farmacia, así como mejorar la seguridad de uso de los medicamentos.

No disponer de este servicio, tal y como critica AUGC a través de un comunicado, supone que una persona con enfermedad crónica tiene que pedir cita con su médico de familia cada vez que necesita recetas para seguir con el tratamiento que tiene prescrito, mientras que con la receta electrónica el paciente puede acudir a su oficina de farmacia donde se le dispensará el medicamento en función del calendario de dispensaciones que haya establecido su médico.

La ausencia de este servicio está a su vez suponiendo una mayor carga de trabajo burocrático para los médicos de familia, colapsando aún más las listas de espera para una consulta.

Por este motivo, AUGC ha presentado este jueves una queja por escrito ante la Delegación Especial de Valladolid del Instituto Social de las Fuerzas Armadas (Isfas) para solicitar que los mutualistas de Castilla y León puedan disponer del servicio de receta electrónica.

Del mismo modo, solicita que la Delegación del Gobierno en Castilla y León realice las gestiones oportunas con la Consejería de Sanidad de Castilla y León para evitar que los guardias civiles «sufran una nueva discriminación en sus derechos con respecto al resto de funcionarios».