Un peregrino observa la ruta del Camino en un cartel de una de las etapas.. El Norte

Un goteo de peregrinos en el Camino de Santiago

Apenas han reabierto la mitad de los 90 albergues de Palencia, Burgos y León, que alojaron a 436.403 caminantes en 2019. El miedo a la covid reduce al 10% la ocupación de sus plazas

Jesús Bombín

Valladolid

Sábado, 25 de julio 2020, 08:56

Algunos lugareños de pueblos que atraviesa el Camino de Santiago se echaron al campo el 14 de marzo para alertar a los peregrinos de que se había declarado el estado de alarma. «Hubo que salir a advertir a los caminantes de que todo se cerraba, que no podían seguir. Una semana tardó en vaciarse la ruta y desde entonces hasta el 1 de julio no ha habido nada», resume Ángel Luis Barreda, presidente de la Asociación del Camino de Santiago de Palencia.

Publicidad

El camino francés es el itinerario jacobeo con mayor capacidad de atracción internacional, polo de confluencia de la mayoría de las vías medievales de peregrinación europeas. Con el 52% de su recorrido desde Roncesvalles a Santiago de Compostela atravesado por las provincias de Palencia, Burgos y León, supone el sostén económico de muchos pueblos, un recurso turístico que la pandemia ha echado abajo.

En la vertiente palentina la mitad de los albergues aún no han abierto, principalmente los de titularidad municipal y los gestionados con donativos voluntarios. «Económicamente no se pueden mantener, aunque algo se ha reactivado la afluencia de viajeros, pero nada que ver con los 500 diarios que registraba la comarca de Carríón de los Condes por estas fechas; ahora apenas unos veinte pasan a diario por la oficina turística del monasterio de San Zoilo», se lamenta Barreda, consciente de que la ruta es el principal activo de municipios como Carrión: 2.300 habitantes, una veintena de bares y restaurantes, cinco albergues, siete hoteles y hostales y media docena de casas rurales.

El año pasado 436.403 viajeros pernoctaron en alguno de los noventa albergues del Camino de Santiago a su paso por Palencia (71.436), Burgos (126.212) y León (238.755). Incertidumbre y prudencia marcan el diagnóstico de la situación que dibuja Luis Gutiérrez Perrino, presidente de la Federación Española de Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago y del colectivo Pulchra Leonina. «Todas las organizaciones trabajamos en la reactivación y para ello hemos de dar una información muy clara y veraz de cara a que los peregrinos sepan lo que se van a encontrar».

Un grupo de peregrinos en una de las etapas del Camino. El Norte

Con ello se refiere a dar a conocer las medidas de seguridad para evitar contagios de coronavirus. Desde restricción en el aforo de los albergues, descalzarse a la entrada, guardar las botas en una bolsa y depositarlas en un zapatero asignado, envolver la mochila en un plástico y guardarla en una taquilla –si no hubiera, al lado de la cama–, y llevar saco de dormir porque no se dispensan mantas. Además, se han clausurado las cocinas, únicamente se pueden calentar alimentos y bebidas en el microondas, y en los espacios comunes es obligado el uso de mascarilla y distancia social.

Publicidad

«La activación del camino será paulatina, aunque ahora el bajón es espectacular, hay un goteo de caminantes, se tiene miedo. Los meses de mayor afluencia para los extranjeros eran abril y mayo y todo estuvo cerrado; queda agosto y septiembre para que los nacionales se animen», confía Gutiérrez Perrino.

Italianos y alemanes

Si se engloban todo tipo de alojamientos turísticos, el número de pernoctaciones entre enero y diciembre de 2019 casi llegó a las 500.000 en el itinerario francés del Camino de Santiago a su paso por la región. Según un informe de la Consejería de Cultura y Turismo, el 74,3% de esas estancias correspondieron a extranjeros, llegados de Italia 17,2 viajeros de cada cien, de Francia (15,2), Alemania (14,2) y de Estados Unidos (10,3), entre otras procedencias.

Publicidad

Más por la necesidad de disminuir gastos tras los meses de parón que por la perspectiva de ganancias, el albergue Cuatro Cantones reabrió el pasado sábado sus 65 plazas en la localidad burgalesa de Belorado. «La situación está muy floja, apenas un 10% de los peregrinos que suelen venir por estas fechas, pero hemos decidido trabajar porque mentalmente estamos mejor, esto es nuestra vida», cuenta Jana Rueda, propietaria del establecimiento que ha visto rebajada al 50% su capacidad para dar mayor seguridad. «Y ni aun así llenamos, estamos teniendo unas quince personas diarias; pensé que iba a recibir más españoles, pero la mayoría son extranjeros».

También de otros países llegan los pocos viajeros que estos días hacen un alto en el municipio palentino de Villalcázar de Sirga. «Levantamos la persiana el 14 de julio y ha habido días sin clientes; hoy tenemos alojados a dos italianos y para la semana que viene no hay ninguna reserva cuando por estas fechas teníamos entre 12 y 15 viajeros de media», refiere Mariano Garrido, del albergue Don Camino. «La mitad de los bares y restaurantes de la zona no han llegado a abrir». Con casi cuatro mil plazas, los albergues son el tipo de alojamiento preferido por los caminantes en su paso por Castilla y León, este año escasos aunque con las expectativas del sector turístico de que los andarines retomen la ruta con fuerza en 2021, con la celebración del Año Jacobeo.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

0,99€ primer mes

Publicidad