Alfonso Álvarez-Ossorio | Presidente de la Federación Mundial de Puzles y Rompecabezas
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Alfonso Álvarez-Ossorio | Presidente de la Federación Mundial de Puzles y Rompecabezas
«Todos tenemos un gen puzlero»He aquí una mente privilegiada y paciente. Alfonso Álvarez-Ossorio (Palencia, 1968). Preside la Federación Mundial de Puzles y Rompecabezas. De profesión informático, desde hace unos meses se dedica al cien por cien a la organización de campeonatos y actividades vinculadas con el mundo del ... puzle. Su agenda puzlera incluye ya para este año viajar a Suecia, a San Diego (EE UU), a Alemania, a Canadá, a China y a Australia.De momento, porque esto del puzle absorbe toda su energía y su día a día. A la vez, prepara que Valladolid vuelva a ser este año sede del Campeonato Mundial de Puzles, aunque este acontecimiento empieza a ser reclamado por otros países, como detalla en esta entrevista en la antevíspera del Día Internacional del Puzle, en la que cuenta las, a su juicio, bondades de una afición que no duda en asegurar que forma parte de sus genes. «Mi abuelo fabricaba puzles».
–¿Cómo que fabricaba puzles?
–Antes de la II Guerra Mundial los puzles de cartón no estaban extendidos. El puzle era como una cosa casi elitista; el que tenía un puzzle era como un juguete de lujo. O los hacías tú o los comprabas y costaban ni se sabe. Eran de madera. Mi abuelo fabricaba puzles para la familia.
–Pero el puzle tiene siglos de vida.
–250 años, lo inventó un cartógrafo inglés, John Spilsbury. Como era educador, para enseñar a sus alumnos se le ocurrió seccionar un mapa de Europa con los países para que aprendieran. ¡Sin querer, inventó el puzzle!
–Y de aquella casualidad...
–Como gustaba la cosa, empezó a diversificarse en temáticas. Pero eran para clase social alta y con fin educativo. El uso extendido del puzle de cartón como todos lo conocemos fue en torno a mediados del siglo XX. El puzzle de madera se sigue vendiendo.
–Su abuelo pasó la afición a su padre; este, a usted. ¿Ya está haciendo lo mismo con su hija de 7 años?
–Todo el mundo piensa que es muy aficionada a los puzles, pero como ha vivido con ellos desde que ha nacido no les presta mucha atención.
–En casa del herrero...
–¡Exactamente! Le gustan mucho los legos, le gustan los juegos de construcción, pero los puzles los ve en casa y, es más, no se me ocurre regalarle un puzle por su cumpleaños. No obstante, me gusta hacer puzles con ella y se emociona con los campeonatos en categorías infantiles.
–Es una afición de las que dejan huella desde pequeños.
–Estamos reivindicando que se considere deporte.
Alfonso Álvarez-Ossorio
Presidente de la Federación Mundial de Puzles y Rompecabezas
–¡Deporte!
–Si vemos la definición de deporte, los puzles conjugan todas las características de algo que se puede considerar deporte.
–A saber...
–Algo que requiere técnica, entrenamiento y es competitivo.
–¿Pero o se vive en la familia, se transmite en ella o como que no se accede a este mundo?
–¡Qué va! Todos tenemos el gen puzlero dentro. ¿Quién no ha hecho de pequeño un puzle alguna vez? Hombre, las generaciones actuales es muy difícil porque están con las consolas y los móviles. Desde la Asociación Española del Puzle estamos haciendo la reivindicación de que ocupe como juego de mesa el lugar que antes ocupaba.
–Temo que lo tiene complicado.
–Es que ahora los niños nacen pegados a las pantallas. Les regalas juegos de mesa y no quieren saber nada. Nosotros estamos haciendo un esfuerzo importante para recuperar ese espacio.
–¿El puzle es un juego demasiado individual?
–Siempre se ha considerado como algo solitario, pero desde la incursión de las redes sociales y la interacción entre las personas hay mucha gente a la que se le ha despertado la afición y se han creado comunidades que organizan eventos para hacer puzles entre gente que comparte esa pasión.
–Por cierto, que avanza la entrevista y no aclaramos la madre del cordero: ¿Puzle o puzzle? ¿Con una Z o con dos?
–¡Gran cuestión! La Real Academia Española dice que con una, pero mi hermano Fernando se ha dirigido incluso a la RAE reivindicando puzzle, con dos.
–¿Con qué argumentación?
–Una de las razones es que no se verá uno que se venda en España con una sola Z. La palabra puzle con una Z está solo en el diccionario de la RAE. En todas las cajas de puzzles, estén en inglés o en castellano, siempre se escribe con dos Z.
–Al que hace puzles se le llama...
–Puzlero.
–¿Y no sería mejor que se le denominara 'El paciente...' seguido del nombre de pila del autor? ¡Vaya carga de paciencia la de un puzlero!
–El puzle requiere mucha paciencia, pero alguien al que le gusten los puzles ha de tener algunas cualidades entre las que la de la paciencia es algo muy relativo.
Alfonso Álvarez-Ossorio
Presidente de la Federación Mundial de Puzles y Rompecabezas
–Explíquese.
–Si yo me propongo hacer un puzle que está fuera del alcance de mis posibilidades porque no tengo la práctica suficiente, sería imposible por mucha paciencia de la que haga gala. ¡Tiraría la toalla a la primera! Por eso siempre decimos que quien quiera iniciarse en esto del puzle ha de empezar con los fáciles: si empiezas con uno difícil, por mucha paciencia que tengas, te provoca frustración.
–Un pan como unas tortas, vamos.
–Por eso hay que empezar con puzles de 300 o 500 piezas y vas mejorando experiencia y técnica.
–Claro, hay normas no escritas: empezar por los bordes.
–Pues no es así.
–¡Ah! ¿no?
–No tiene por qué. Le puedo poner ejemplos.
–Adelante.
–Puzles que son fotos de un cuadro, con marco y todo: te encuentras que todas las piezas del borde son iguales. Te va a costar muchísimo empezar por el borde. Lo de empezar siempre por el borde tiene contraindicaciones.
Alfonso Álvarez-Ossorio
Presidente de la Federación Mundial de Puzles y Rompecabezas
–¿Hacer puzles es adictivo?
–Yo creo que sí. Pero en el sentido sano de la palabra adictivo: en el momento que ves que eres capaz de hacerlo, es una adicción sana. Esa sensación de poner la última pieza, esa liberación de dopamina...
–¿Inexplicable?
–Casi. Poner la última pieza equivale, más o menos, a cruzar la meta de una carrera. Produce el mismo placer. Y luego está que hacer puzles es un descanso mental. Es un ejercicio a la vez que descanso mental: te abstraes, te concentras.
–Viene bien para la salud mental, aseguran los expertos.
–Como herramienta medicinal está superrecomendado.
–Y mejora la capacidad de organización.
–Claro: un puzle lo que trata es de deshacer un caos y poner orden en las piezas. Además, algunos científicos defienden que hacer puzles retrasa las enfermedades seniles, tipo alzheimer. Es bueno para la memoria. ¡Lo tiene todo! De niño, de joven, de mayor... ¡muy recomendable! Muchos psiquiatras para combatir la depresión y otras patologías recomiendan puzles.
–¿Cuántos tiene colgados usted en su casa?
–¡Ni uno! Los hago por divertimento, no para exposición.
–¿Cuántos puzles acumula?
–No los he contado, pero más de cinco mil puzles sí tengo ahora.
–¡¿5.000?!
–En un local, almacenados, lleno de puzles. Antiguos algunos.
–¿El puzle más grande en número de piezas que haya completado?
–He participado en montar alguno de 42.000. Fue en un encuentro entre 100 personas para hacerlo. Y una vez hice uno de 18.000 en casa de mis padres. Ahora, que me dedico más a la organización de campeonatos, casi no tengo tiempo de hacer puzles.
–Goya pintó al infante Luis María de Borbón estudiando geografía jugando con un puzle. ¡La consagración del puzle!
–No, pero la prueba de que era un juguete muy relacionado con la realeza y las clases altas; eran las que se lo podían permitir.
–Por cierto, ¿puzle y rompecabezas no son sinónimos?
–No, no son lo mismo. Rompecabezas es la palabra que usamos para referirnos a los cubos de seis caras. Pero en inglés la palabra puzle no significa lo mismo que en español: significa acertijo, con lo cual los ingleses engloban también en eso sudokus y juegos de lógica. Los puzles de cartón se llaman 'jigsaw', que hace referencia específicamente al puzle de piezas.
–¿Cómo se llega a presidente de la Federación Mundial de Puzles y Rompecabezas?
–Fundándola y poniéndote de acuerdo con gente de muchísimos países para establecer la organización con el fin muy concreto de llevar el puzle de velocidad a ser considerado un deporte, como puede ser el ajedrez. ¡La gente pierde kilos en un Campeonato mundial!
–¿Y eso?
–Por el estrés, por la preparación... Has de estar muy bien armado de cabeza.
–Juntó el año pasado en Valladolid a jugadores de 60 países. ¿Dónde queda España en esa larguísima relación?
–En los primeros lugares, aunque cada vez le va a costar más estar arriba. España tiene una cultura competitiva de puzle mejor que otros países que ahora están despegando y están cogiendo nivel. Por toda España se celebran cada año más de cien competiciones de puzles. Eso da un nivel de experiencia a los participantes muy elevado. España en eso lleva esa ventaja, pero nos la están reduciendo otros países. En 2022 apareció una chica noruega que quedó segunda y repitió en 2023, a 30 segundos del primero. Los campeonatos cada vez más se deciden por segundos.
–Como para no estresarse...
–Se te cae una pieza al suelo y te puede costar el campeonato. El nivel de concentración que se necesita es máximo.
–Hacer un puzle es una actividad manual y mental. ¿A salvo de la invasión de las nuevas tecnologías?
–Siempre va a tener su espacio. Ahora todo lo analógico está como volviendo a ganar. Aunque ahora el puzle vive una época dorada por la pandemia, que originó que muchos retomaran esa afición. Estamos notando que la media de edad de los puzleros está bajando, de 38-39 años a 34-35. Eso es bueno porque quiere decir que la gente joven se involucra cada vez más. De momento, está a salvo de las nuevas tecnologías.
–51 años como lleva haciendo puzles, ¿dónde halla aliciente para seguir?
–Los que hago son por que necesito evaluar la dificultad antes de los campeonatos. Para saber la dificultad he de hacerlos y así poder decidir.
–¿Qué se conforma con conseguir como presidente de la Federación Mundial de Puzles?
–En 2019 le dimos forma definitiva a la federación. Nos ayudan instituciones y empresas privadas. Vamos a negociar que el año que viene se celebre también en Estados Unidos el Campeonato Mundial, en Cleveland. Ellos quieren organizarlo. Al Campeonato Mundial viaja gente de todo el mundo y de todas las culturas. Eso muestra que la afición a los puzles une a muchísimas personas. Y se han creado relaciones de amistad fuertes entre los participantes. La IV Edición en Valladolid está programada para septiembre, pero no sabemos si será la última o no, porque hay otros sitios que plantean poder organizarlo.
–Y entre puzle y puzle, ¿ya se ha parado a pensar qué quiere ser de mayor?
–Lo que ya soy. Estoy contento porque tengo trabajo, familia, una hija preciosa, no puedo pedir nada más. Y estoy contento también por que esto que estamos haciendo en la Federación Mundial de Puzles hace feliz a la gente.
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