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He aquí un hombre de leyes muy comprometido con sus semejantes. Javier García Medina, profesor de Filosofía del Derecho, Teoría del Derecho y Derechos Humanos en la Universidad de Valladolid, de cuya Facultad de Derecho es decano, a la vez que dirige el Observatorio de ... Derechos Humanos y la Clínica Jurídica. Lleva toda su vida entregado al estudio, análisis, investigación y docencia de una materia muy delicada pero muy esencial para las personas y las sociedades en las que viven, la de los derechos humanos y su cumplimiento, pero también su incumplimiento por países, gobiernos, estados, organizaciones, empresas e individuos.
–Existe la impresión de que hablar de derechos humanos trata una materia muy etérea...
–Entiendo bien esa preocupación, pero precisamente lo que tratamos de poner de relieve es que los derechos humanos tienen un contenido normativo muy concreto. No son una llamada al buenismo, ni a que haya que hacer las cosas bien: son un contenido normativo, que está en los compromisos internacionales del Estado español. No se trata de algo etéreo. En muchas ocasiones, por ejemplo, cuando se habla del derecho a la libertad de conciencia o a la libertad de expresión o a la educación son contenidos muy concretos y tasados por distintos pronunciamientos de órganos de expertos.
–Rebatido que no sea una cuestión etérea, la segunda sensación es que son solo teoría: «Todos somos libres e iguales en dignidad y derechos». Pero, ¿dónde está su aplicación práctica?
–Tiene mucha aplicación práctica. ¡Mucha! El tribunal europeo de Derechos Humanos cada vez incorpora más los pronunciamientos de órganos de expertos internacionales. Por ejemplo en materia de violencia de género, de defensa de colectivos LGTBI... Las sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos son las que después dirigen la actuación después de los tribunales internos, como pueda ser en nuestro caso el Tribunal Constitucional. Otro ejemplo: se están configurando los Presupuestos del Estado, las comunidades autónomas y las corporaciones locales. La cuestión es si quienes hacen esos presupuestos se preguntan cómo impactan en los derechos humanos de los colectivos vulnerables, sobre todo. ¿Este presupuesto protege, garantiza, aumenta, disminuye la accesibilidad, la disponibilidad y la calidad de la Educación? ¿Mejora los profesorados?
–¿Cree de verdad que un político se plantea si los presupuestos que elabora que respeten o no los derechos humanos?
–La cuestión sería esta: si somos políticos y nos hacen esa pregunta, tendremos que pensar si estamos formados en derechos humanos y lo incorporamos. Porque es una obligación como Estado. Si, por el contrario, somos ciudadanos y preguntamos al político si se está guiando por los derechos humanos, seremos ciudadanos críticos y debidamente formados. Los derechos humanos sirven como mecanismo de control porque no son una nebulosa, sino un contenido normativo concreto.
–Siendo tan esenciales, ¿por qué los derechos humanos son cuestionados en todos los sitios, incluso en los países más desarrollados?
–Aquí hay una falla. Por un lado hablaríamos de, ¿los derechos humanos son universales? Evidentemente la respuesta es que sí por que derivarían de una dignidad intrínseca del ser humano. Otra cosa son las dos dimensiones que tienen los derechos humanos, una dimensión de intensidad y otra de extensión.
–Ha de explicarse...
–Cuando decimos 'Todos los seres humanos son libres', 'Todos los seres humanos son iguales', 'Todos los seres humanos tiene derecho a la educación' en el fondo estamos hablando de una igualdad formal. Pero, claro, y esta es una cuestión muy importante porque los derechos humanos existen y están ahí, nosotros podemos medir la intensidad de su aplicación, la calidad de un derecho, cuándo se está cumpliendo y hasta qué punto se hace. Por eso podemos saber que en determinados sitios se incumplen al 20%, al 40% o al 100%.
–Y siendo tan trascendentales, ¿porque parece que sale gratis saltárselos?
–Porque en muchas ocasiones es así, en el sentido de que se devalúan y se banalizan y porque no hay una buena formación en derechos humanos. Sinceramente creo que probablemente por ahí hay unas fallas serias. No descubro nada si digo que Naciones Unidas expresan desde 1984 la necesidad de que exista en los países un programa de formación en derechos humanos y que, a la vez, exista un Plan Nacional de Derechos Humanos.
–Ambos no existen en España.
–Han de ir juntos. Salvo una pequeña etapa de 2008 a 2012, en la que hubo algo que se quería parecer a un plan nacional de derechos humanos, sin un plan de formación en derechos humanos, en España no se ha cumplido eso. Tenemos una falla en educación en derechos humanos.
JAVIER GARCÍA MEDINA
–¿Qué hacen las universidades para que se eduque en derechos humanos?
–Las políticas públicas educativas no salen del sector de la Educación, salen del poder político.
–Pero ni en Primaria, ni en Secundaria ni en Universidad hay una asignatura que se llame 'Derechos humanos'.
–La mía, Teoría de Derechos Humanos.
–Vale, pero solo para estudiantes de Derecho. Y para uno de Medicina, de Arquitectura o de Veterinaria, ¿qué?
–¡Exactamente! Eso es, no lo hay. Completamente de acuerdo. En los distintos niveles se hacen esfuerzos por una formación en derechos, en cultura de paz, pero sobre los derechos, tal y como aparecen en el ámbito de formación de las distintas etapas, como marca Naciones Unidas, no se ha hecho. En ocasiones hemos ido a la Facultad de Medicina o a la de Educación a explicar lo que es el derecho a la Educación como derecho humano. O el derecho a la salud....
–Pero vamos, que alguien que está en Secundaria y luego opta por estudiar Mecánica o Electrónica ya no recibe ninguna enseñanza sobre derechos humanos. Por ejemplo, el derecho a la vivienda, tan de actualidad en estos tiempos...
–Ese es el problema. Estamos privando de una formación en distintas etapas educativas aun cuando desde Naciones Unidas se han marcado distintas etapas. Se decía que hay que formar en derechos humanos por ejemplo a los profesores, maestros, etc. Progresivamente se señaló a otros grupos, como los periodistas, los jueces, las Fuerzas Armadas y los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y en la última etapa se establece el foco en los jóvenes.
–¿Por qué motivo es así?
–Por cuestiones evidentes de formar a la gente en el Estado de Derecho en el que vive, cuyos tres elementos fundamentales son el imperio de la ley, la separación de poderes y los derechos fundamentales. Por tanto, hay que conocer esta tercera pata del Estado de Derecho porque si no nuestra calidad democrática va a disminuir de alguna forma en este sentido.
–Eso en la práctica se traduce en...
–Por ejemplo, sobre el derecho a la vivienda hay una observación del Comité de Derechos Humanos que describe qué es y, entre otras cosas, se dice que el derecho a la vivienda se cumpliría si una unidad familiar no dedicase a vivienda más del 30% de sus ingresos. Si una familia dedica por encima de ese porcentaje, bien en compra bien en alquiler, podemos medir desde la perspectiva normativa de los derechos humanos la situación de ese derecho en un determinado país.
–Escuchándole, muchos jóvenes pondrían ahora el grito en el cielo. Algunos ni con el 100% de su sueldo tienen para vivienda.
–¡Por supuesto! ¡Por supuesto! Ahí está el quid de la cuestión sobre derechos humanos y su cumplimento.
–¿Se le han dado casos en el ámbito universitario de detectar incumplimientos de determinados derechos humanos?
–La universidad es un marco privilegiado en cuanto al disfrute de derechos, sinceramente. Es verdad que puede haber de todo, pero dentro de la universidad no encontramos grandes dificultades. Ese tipo de materias también es verdad que no nos llegan a nosotros, sino que lo hacen ala Defensora de la comunidad universitaria. Pero hemos hecho informes de la propia ciudad y otros sobre los centros de internamiento para extranjeros. Y hemos colaborado con otras clínicas jurídicas en el momento de la pandemia y es verdad que hemos estado detectando una serie de problemas que permiten ver que en ocasiones los derechos humanos sí que se han vulnerado en España.
–¿Se refiere que haya pasado recientemente?
–Las personas con discapacidad durante la pandemia han visto vulnerados algunos de sus derechos relacionados con la libertad ambulatoria, lo que se llamó la pena de balcón, cuando se señalaba a las personas con autismo cuando hacían los paseos terapéuticos porque son una necesidad imperiosa para estas personas el salir a la calle y se propusiera que fueran señalados a través de un brazalete como en otros tiempos otros grupos han estado en unas condiciones negativas. O el acceso al trabajo de las personas con discapacidad, que la pandemia les ha impactado de una manera increíble, considerando que muchas mujeres con discapacidad sufren violencia de género, en su caso se incrementaba.
–La trata de mujeres con fines de explotación sexual es el ejemplo más indecente de vulneración de derechos humanos que puede tener una sociedad que, como la nuestra, se define como desarrollada y moderna?
–La trata de seres humanos es... Es... No encuentro palabra. Es tan asquerosa... El que un ser humano utilice a otro de semejante manera es realmente sobrecogedor. Cuando a los estudiantes se le pone el tema encima de la mesa no son capaces de percibir realmente que está tan cerca y que funciona como un mercado.
–Sin demanda no habría oferta.
–El cliente demanda determinadas cosas y los tratantes ofrecen y presentan lo que se demanda. Pero claro, en la figura de la trata encontramos una cantidad de personajes... que incluso muchas mujeres que son víctimas de trata pagan su deuda captando a otras mujeres lo cual ya es el colmo del retorcimiento humano. La trata de seres humanos, y sobre todo con fines de explotación sexual, y ahí entran la prostitución, el turismo sexual, la pornografía, etc, es una forma también de violencia de género en el marco de los derechos humanos. Otra forma de trata de seres humanos es también con fines de explotación sexual pero de otra forma: matrimonios forzosos, por conveniencia, por servidumbres... Todo eso existe. Y la trata con fines de explotación laboral. El trafico de órganos, los niños soldado, lasa redes de mendicidad... todo eso es trata de seres humanos. La trata es la esclavitud del siglo XXI y es de todo punto intolerable.
–¿Qué nivel de interés detecta en el alumnado universitario en la materia de los derechos humanos?
–Sinceramente, no tengo queja. La asignatura que imparto está llena. El interés es muchísimo. En muchas ocasiones los estudiantes sinceramente creo que esperan un tostón y cuando les presentas una herramienta y que lo que vemos en clase son vidas humanas. En mis clases ha pasado como testimonio desde una maestra de pueblo, en materia del Derecho a la Educación. O han pasado representantes de Greenpeace, o de la Policía, o de Amnistía Internacional, o de la UME.... Todos ellos contribuyen a la realización de los derechos humanos y se dan cuenta de que la materia de los derechos humanos está más cerca de lo que parece.
–Tantos años de profesor y, ahora, en el máximo cargo de la Facultad de Derecho le han dejado tiempo de pararse a pensar qué quiere ser de mayor?
–Seguir haciendo lo que he hecho hasta ahora. Tengo la suerte de que lo que he querido hacer y lo que he podido hacer coinciden.
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