Ingresos estatales, fondos UE y recaudación propia harán crecer las cuentas de Mañueco y Gallardo

Ese techo de gasto no financiero, que ha salido adelante en las Cortes con los 44 votos de PP y Vox y dos abstenciones de Por Ávila y Ciudadanos, asciende a 12.470 millones de euros, 1.490 millones más que en 2021, año en que se aprobó el último presupuesto autonómico, prorrogado en la actualidad.

Las dos cifras capitales son los 8.136,22 millones de euros que llegarán de las cuentas del Gobierno de la nación, con una subida del 20,38% respecto a hace dos ejercicios, y los 1.985,94 millones procedentes de la Unión Europea, que son un 62,35%. Los ingresos que gestiona la Junta directamente suman 1.197,12 millones y crecen «fundamentalmente por la mejora en la recaudación de los tributos cedidos» con cálculos de 828 millones de euros, reconoció el consejero de Economía y Hacienda.

«Estas cifras están permanentemente sometidas a los diferentes riesgos de evolución de los mercados, que en esta ocasión presentan más indefinición que en el pasado inmediato», puntualizó Carlos Fernández Carriedo.

Esas partidas de ingresos, a la que se sumará otra de origen financiero, permitirán al Gobierno de coalición armar un presupuesto creciente para 2023 sobre el que Mañueco aventuró la tarde del martes, en el hemiciclo autonómico, que reflejará partidas de inversión reforzadas en las nueve provincias de la comunidad. Todas ganarán en un año con elecciones municipales.

PP y Vox se bastaban para sacar adelante el techo de gasto y se bastarán para aprobar en unas semanas el presupuesto en el hemiciclo. Unas cuentas en las que, según remarcó Javier Carrera, procurador de la formación ultraconservadora, García-Gallardo va a «marcar la impronta que como partido nos caracteriza» y para el PP son un ejemplo de realismo, frente a los números de «ciencia ficción» de los presupuestos estatales de Pedro Sánchez, remarcó la popular Leticia García Sánchez.

A partir de ahí, todo fueron críticas. Desde el PSOE, Rosa Rubio, censuró a los integrantes de la Junta que oculten que «los ingresos de Castilla y León van a aumentar en 2023 por el dinero que va a llegar del Gobierno central», algo que «omiten deliberadamente» desde el PP y desde Vox. Rubio ironizó sobre cómo Vox se conformará con que Mañueco borre del presupuesto el logo de la Agenda 2030, documento que regía las últimas cuentas del PP y Cs. «Van a ser los nuevos pagafantas», se refirió la socialista a los procuradores del Vox, para remarcar que en el capitulo presupuestario «lo único que le importa al señor Mañueco es su sillón».

Luis Mariano Santos, de UPL, recordó al PP que se abstuvo en 2021 dando un «voto de confianza» a la Junta por la pandemia y que luego no se admitió ni una enmienda leonesista y Pablo Fernández, de Unidas Podemos, coincidió con el PSOE en que llega a Castilla y León «una ingente cantidad» de dinero del Gobierno de España y de la UE y replicó a la demanda de reforma de la financiación autonómica que había hecho Carriedo con una pregunta: «¿Por qué no modificó el PP el sistema de financiación autonómica cuando gobernaba con mayoría absoluta para beneficiar a Castilla y León?»

De la bancada de la oposición, Cs y Por Ávila se inclinaron por la abstención. El abulense Pedro Pascual conminó a los integrantes de la Junta a «pintar» el presupuesto «con los colores de la justicia social y la cohesión territorial» y Francisco Igea lamentó que en materia fiscal PP y Vox «no hagan en Castilla y León lo que piden a los demás». Igea remarco que sube la recaudación autonómica y la rebaja planteada por la Junta para 2023 se quedará muy corta, en la práctica en 10 euros por ciudadano. Especialmente crítico fue el exvicepresidente con la mejora de la desgravación por nacimiento para municipios de menos de 5.000 habitantes. Ceñirla a ese ámbito y excluir localidades mayores la limita «al 3% de los nacimientos de la comunidad. Desde Sara y la Biblia no ha ocurrido que nazcan niños allí donde la edad media supera los 70 años», ironizó Francisco Igea.