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Los festejos taurinos se cobran 45 heridos y dos muertos en lo que va de añoLa temporada taurina da sus últimos coletazos en Castilla y León. Tras el fin de las fiestas de Olmedo, el calendario de encierros, capeas, corridas y novilladas baja notablemente de intensidad y ahora, que la campaña toca a su fin, el balance de heridos graves ... y fallecidos este año es sensiblemente inferior al que se dio el año pasado. 45 personas han resultado heridas graves y dos han fallecido en Castilla y León en los festejos taurinos celebrados desde enero de 2023, según los datos facilitados por la Delegación del Gobierno, mientras que la temporada pasada acabó en la comunidad autónoma con un cómputo de 58 heridos graves y cuatro muertos, según las mismas fuentes.
Hasta la fecha, el municipio que se lleva la peor parte del balance de heridos es Ciudad Rodrigo, donde se han registrado el 22% de los percances graves ocurridos en 2023. Trece fueron los heridos graves que tuvieron que ser atendidos en la fiestas de carnaval de la localidad salmantina en febrero, un abultado dato que contrasta, por ejemplo, con el número de heridos graves reflejados por la Delegación del Gobierno a lo largo de toda la campaña en la provincia de Valladolid, donde se han contabilizado siete heridos en todos los festejos que se han llevado a cabo.
El año pasado perdieron la vida dos personas en La Seca, otra en Traspinedo y una más en la localidad abulense de San Esteban del Valle. Mientras que en lo que va de 2023 un hombre ha muerto en Ledesma (Salamanca) y otro ha fallecido en Olmedo.
El fallecido en Ledesma tenía 81 años. Fue prendido por un toro en junio, cuando estaba apoyado en una de las peñas del recorrido que tiene lugar en las inmediaciones de la Plaza de Toros. El animal se ensañó con él durante unos segundos propiciándole varias cornadas, la más grave por debajo del esternón, y finalmente acabó muriendo en el Hospital de Salamanca.
El hombre que perdió la vida en Olmedo tenía 60 años. Falleció en el Hospital Clínico de Valladolid el 29 de septiembre después de recibir una cornada en el cuello que intervino en primera instancia el equipo médico del que forma parte la doctora Asunción Caminero, que relata así lo ocurrido: «Entró en la enfermería inconsciente, completamente ciánotico –coloración azulada de la piel debida a una oxigenación insuficiente de la sangre– y le intubamos rápidamente. La anestesista fue muy hábil para hacerlo porque la cornada era en el cuello y llevaba la carótida al aire. Lo reanimamos y salió estable, con buena tensión y buen pulso. Le trasladamos al hospital en helicóptero y llegó bien, pero luego vieron que había un trombo del golpe que obstruyó la carótida y eso dejó al cerebro sin vascularizar», explica la doctora.
El año pasado fue uno de los que ha dejado más heridos en festejos taurinos desde que se tienen registros. Los profesionales achacaron el elevado número de siniestros de 2022, especialmente hasta agosto, a las ganas que tenían los aficionados de volver a disfrutar de su pasión tras el parón generado por la pandemia. Ahora, ese interés por la vuelta a la normalidad se ha disipado, pero los toros siguen cogiendo y lo están haciendo especialmente a un tipo de aficionado, tal y como explica la doctora Caminero, que ha estado presente en buena parte de los festejos repartidos por la comunidad autónoma. «Las cornadas este año se las están llevando muchos espectadores mal ubicados, que deciden quedarse dentro del recorrido junto a la talanquera porque no ven bien fuera. De esos hemos tenido varios y son gente que en ningún momento va a correr un encierro, que calculan mal y cuando llega el toro no les da tiempo a meterse», indica.
Otro denominador común de los heridos este año tiene que ver con la procedencia, según Asunción Caminero, que tiene bien claro que pocos de esos 45 heridos son oriundos del municipio en el que fueron cogidos. «A los autóctonos no les suele coger en su pueblo. Hemos notado que muchas de las personas que atendemos por cogidas son veraneantes. Por ejemplo, este año hemos tenido que atender a varios vascos que han ido de vacaciones al pueblo. Puede ser una coincidencia, pero ha sido así», concluye la doctora Caminero.
La factura para celebrar festejos taurinos se ha disparado en 2023. El precio de un utrero (novillo de tres años) el año pasado oscilaba entre los 1.800 y los 2.000 euros, pero este año se han llegado a pagar cifras que rondan los 3.000 por cabeza en alguno de los pueblos de la comunidad.
Ese aumento del precio de las reses tiene un claro responsable, tal y como explica el ganadero de bravo Pedro Caminero, que trabaja con pueblos con una tradición taurina tan arraigada como Cuéllar, Peñafiel, Portillo o Medina del Campo. «Los toros valen más dinero porque a nosotros se nos han multiplicado los gastos de la paja y los piensos por la guerra de Ucrania. La Junta nos ha ayudado y lo agradecemos, pero eso no llega a paliar el coste que tiene actualmente criar un toro bravo», asegura este reconocido ganadero.
Otro aspecto que ha aumentado notablemente la factura de los festejos taurinos es el precio de los seguros, que se ha incrementado tanto que en municipios como Peñafiel han llegado hasta a duplicarse. «Ente el incremento del seguro y el del precio de los toros este año nos ha costado más o menos un 35% más todo lo relacionado con los festejos taurinos», explica el concejal de Fiestas de Peñafiel, Javier Bernabé.
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