La falta de médicos, los pacientes crónicos pendientes y la covid saturan la asistencia

Muchas consultas hospitalarias aún mantienen la atención telefónica incluso en pacientes que no han visto a su médico en el último año y medio y los centros de salud, que cerraron el pasado año habiendo alcanzado el 30% de las citas presenciales médicas y el 70% de las de enfermería, se encuentran en la normalidad precovid en cuanto a demanda; pero con marcados problemas asistenciales. La pandemia ha dejado un gran volumen de pacientes crónicos relegados que sus médicos de Familia tienen que ver para volver a poner en orden y, a la par, se acumulan los nuevos enfermos. Además, indican estos facultativos, la remisión al hospital cuando es precisa incrementa la demora al sumar los retrasos de los dos sistemas asistenciales.

Así que, explica Eduardo Lamarca, presidente de la sociedad de médicos de Familia Socalemfyc, «hay una clara sobrecarga asistencial, arrastramos un problema importante de falta de médicos agudizado por las muchas bajas laborales por covid porque al sanitario hay que dársela siempre (hay casi un millar de baja en la región). No ha cambiado nada, seguimos con la inercia del funcionamiento desde antes de la pandemia pero con todos los pacientes crónicos acumulados y tenemos una gran demora arrastrada. Una persona con pluripatología, que toma diez o doce pastillas y que solo está controlada por teléfono, no puede ser que siga sin lograr acceder a su médico. Al final muchos terminan en urgencias porque se han descompensado. Con los recursos que hay es imposible remontar y además se suspenden continuamente permisos y vacaciones y los médicos no pueden seguir así. Nadie adopta medidas, estamos parados... o se ponen más recursos o.... Hay diferencias no obstante, hay zonas urbanas de Valladolid o Salamanca que están mejor que otras rurales de tamaño medio o pueblos pequeños con quinientas tarjetas pues han podido ponerse al día. Algunos centros están muy saturados. Es desigual la situación;pero hay una clara carga de trabajo alta. El día a día es muy intenso, con profesionales muy quemados. Hace cuatro años que no hay contratos en las plazas vacías de los jubilados».

También el presidente del Colegio Oficial de Médicos de Valladolid, José Luis Almudí, alude a esta falta de medios y «a que llevamos meses sin que se adopten decisiones, seguimos formando médicos para que se vayan fuera. Hay mucho trabajo, la Atención Primaria está sobrecargada porque hemos vuelto –asegura el también coordinador de la zona de Peñafiel– a la actividad presencial casi por completo y los casos de covid siguen siendo importantes». A este respecto explica que «la pandemia sigue ahí. Está claro. Aunque solo hagamos pruebas a los mayores de 60 años y sigamos los casos de inmunodeprimidos o con más patología, la demanda asistencial es alta y se ha perdido el control de buena parte de la población. Sigue circulando igual y además los más jóvenes sociabilizan más y en grupos más variados, laborales, de amigos, de viajes... y se expande. En ellos son casos leves o moderados pero si tienen cerca personas mayores, ahí llega el problema porque además la vacuna, ya lo sabemos, impide cuadros complejos y graves pero no la transmisión».

Destaca el presidente de la organización colegial de Valladolid que, ahora, «todo se basa en la responsabilidad de estas personas, en que sea hagan un autotest, los más responsables lo comunican al centro de salud o se aíslan y lo trasladan al trabajo y no acuden... pero está en sus manos. Durante toda la pandemia la responsabilidad personal ha sido importante pero ahora es casi todo lo que hay».

Los datos se han disparado por encima de los balances del pico de la sexta ola. Vuelve Castilla y León a superar el millar de nuevos casos diarios como ocurriera en febrero o marzo;pero dichos balances se superan y solo con la contabilidad de los mayores de 60 años. Aunque las hospitalizaciones, eso sí, eran entonces muy superiores, incluso llegó al centenar en la UCI frente a los 29 de este martes y a los 800 frente a los 547 en planta. No obstante, los últimos días, desde finales de marzo han vuelto a remontar los ingresos que siguen un trazo marcadamente al alza.

La demanda de los test de farmacia se ha disparado. Consecuencia lógica de que no haya otra forma de conocer si se padece el covid para proteger, además, al entorno. «Está claro, ya desde antes de Semana Santa, que la venta de los test han aumentado entre un 20% y un 30% en las oficinas; pero sobre todo hemos notado que la demanda de información ha crecido muchísimo. Ahora es el farmacéutico el que orienta sobre los resultados y su significado, sobre qué hacer si resulta positivo», explica Javier Herradón, presidente del consejo autonómico de farmacéuticos, el Concyl.

Así que la AtenciónPrimaria soporta una incidencia de 116.066 casos activos de covid; aunque otros muchos ni le lleguen porque cientos de afectados se hacen la prueba ellos y se confinan para proteger el entorno. O no porque al cuarentena ya no es obligatoria. Ni la mascarilla. Algo que desde las empresas se tiende a facilitar con el teletrabajo. Hasta mediados del pasado enero, los centros de salud nunca habían superado los cien mil casos bajo su amparo positivos a la vez. No llegaron a 60.000 –que fue récord– en enero de 2021.